Obra de Catrin Welz-Stein |
Este amor es como ese jueguito que traían
las compus de antes
nadie lo entendía y sólo habían
unos, dos, tres y cuatros
y de un soplo
explotaban las minas
no te salvabas de pisar en falso
pero igual corrías el riesgo
toda decisión traía peligro
y no alcanzaba con perder
una dos tres cuatro veces
para caer en la rendición
nuestro amor es un campo minado:
no entendimos el juego
ni una dos ni tres y así sucesivamente
entonces pienso que todo podría volar
en mil dos mil tres mil pedazos
en milésimas de segundos
y por eso te decía:
ahora sé que no veré crecer al limonero
y que por cada fruto que caiga
se enterrará un recuerdo
justo ahora que los jazmines
comienzan a brotar y yo esperaba
que su aroma fuera el anfitrión al llegar a casa
justo cuando logré atrapar
los dos ratones que dijiste que eran fábulas mías,
te los mostré muertos en sus ratoneras
como los gatos cuando honran la evidencia
en las puertas de sus amos
(ahora tenemos un gato
para cazar ratones
y no desconfiar de nosotros)
todo eso y sumale
las dos tres cuatro veces
que limpié las manchas del sillón
después de verte que las escondías con el codo
igual que las tres cinco siete medias
debajo de tu lado de la cama
que dejé pasar varias veces
Así y todo creo que podrían caer
uno dos tres millones de limones
que jamás me olvidaría
de todo lo que vimos crecer
Este amor es un campo minado:
no voy a salvarme
pero debo correr el riesgo
una dos tres y así sucesivamente
Obra de Catrin Welz-Stein |
No creo que pueda
escribir hoy un poema
el día está terrible
mi corazón también
no sé mucho sobre mi corazón:
¿se le dice corazón al corazón?
¿o se le dice así a otra cosa?
por lo que he escuchado
corazón se llama a algo invisible
que puede convertirse en poco soportable
se frena, acelera, palpita, galopa
suda por dentro –si es que está dentro-
como una fuerza independiente
que no obedece imperativos
o los obedece demasiado
toda esa estructura
que se aquieta
con el salvaje ritmo
del tiempo incesante
el trabajo la casa los chicos
el supermercado: hace falta
agua pan leche
no hice la cena
tengo un vino voy a beberlo
luego volvemos
hasta el momento en que se oye
-tu tum tu tum tu tum-
un hombrecito golpeando
una pared sin puerta
rogando que alguien le abra
y se duerme
todo está en calma
vuelvo a empezar
esta metonimia de nunca acabar
olvidé donde quiero llegar
no sé si quise escribir un poema
o asegurarme la vida en el pulso
el corazón la vida el poema:
todas hipótesis de lo mismo
María Dolores Urra
(Bahía Blanca, Bs. As., Argentina, 1988)
PSICOANALISTA/POETA
de Tres millones de limones, Editorial La Docta Ignorancia, 2020
para escucharla en PLH RADIO
Contratapa de Daniel Martínez
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1 comentario:
Belleza!
Y los dibujos de Catrin son absolutamente deliciosos.
La he elegido tambíen hace tiempo para ilustrar mis poemas.
Un beso.
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