Mostrando entradas con la etiqueta aino kannisto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta aino kannisto. Mostrar todas las entradas

5 de octubre de 2023

Anna Belle Kaufman, Frío consuelo (+1)

Fotografía de Aino Kannisto
FRÍO CONSUELO

Cuando mi madre murió
uno de sus pasteles de miel permaneció en el congelador.
No podría soportar verlo desaparecer,
así que esperó, perdonó
en su cueva de hielo detrás de las bandejas de metal
por dos años más

En mi cuadragésimo primer cumpleaños
Lo saqué
una resurrección rectangular
sopesé el peso muerto en mi palma.

Antes de que se descongelara,
corté con cuchillo de sierra
la más delgada de las rebanadas-
Eucaristía judía.

Los cuadrados ambarinos
con sus cristales traslúcidos de nueces
probado – incluso tostado – de congelador,
de escarcha,
un manjar con pasas entregado
de una tienda de delicatessen en el inframundo.

Anhelaba recordar la vida, no la muerte.
el cuerpo inmóvil en su camisón rosa en la cama,
como me recuesto en la cuna poco profunda de las sábanas dispersas
después de que se la llevaron
inhalando su aroma por última vez.

Cierro los ojos, saboreo una oblea de
pastel sagrado en mi lengua y
trato de saborear a mi madre, para discernir
el mensaje que ella horneó en estos panes
cuando estaba demasiado enferma para comerlos:

Te quiero.
Terminará.
Deja algo de dulzura
y sustancia
en la boca del mundo.


COLD SOLACE

When my mother died,
one of her honey cakes remained in the freezer.
I couldn’t bear to see it vanish,
so it waited, pardoned,
in its ice cave behind the metal trays
for two more years.

On my forty-first birthday
I chipped it out,
a rectangular resurrection,
hefted the dead weight in my palm.

Before it thawed,
I sawed, with serrated knife,
the thinnest of slices —
Jewish Eucharist.

The amber squares
with their translucent panes of walnuts
tasted — even toasted — of freezer,
of frost,
a raisined delicacy delivered up
from a deli in the underworld.

I yearned to recall life, not death —
the still body in her pink nightgown on the bed,
how I lay in the shallow cradle of the scattered sheets
after they took it away,
inhaling her scent one last time.

I close my eyes, savor a wafer of
sacred cake on my tongue and
try to taste my mother, to discern
the message she baked in these loaves
when she was too ill to eat them:

I love you.
It will end.
Leave something of sweetness
and substance
in the mouth of the world.

Publicado originalmente en THE SUN, 2010
Leído en THE MARGINALIAN

 B O N U S  T R A C K 

Fotografía de Aino Kannisto

VUELO

Una petirrojo se estrelló
anoche en mi ventana
con un sonido como de disparo.
La habitación tembló
mientras volaba a toda velocidad
en un espejismo de libertad azul clara
sólo para encontrarse con un golpe igual a su poder.
Corrí a buscarla y la encontré boca arriba,
agitando salvajemente su cola,
un abanico gris parpadeante
contra los ladrillos rojos,
sus piernas se torcieron oblicuamente
antes de que se calmara.
Mi corazón se rompió un poco,
atrapado de nuevo
entre el amor y el desamparo.

Pensé en mi madre
viéndome volar hacia mi primer matrimonio,
sabiendo del peligro.
En la boda, su rostro traicionó
su miedo de que fuera un funeral.
Sin embargo, sin que se lo pidieran, había cocinado durante días
fuentes de sus piroshki hojaldrados
y blinis finitos de trigo sarraceno
con crema agria y caviar.

A veces nuestros seres queridos vuelan,
alimentados por el fervor
y la inocencia, hacia un fantasma.
¿Mantenemos nuestros corazones abiertos?
¿Nos paramos junto a nuestros hornos por ellos?
¿Podemos amarnos a nosotros mismos, dar gracias,
cuando volvamos a estar de pie sobre nuestras piernas tambaleantes,
agitar nuestras alas en dirección a
otro pedazo de cielo?
¿Rezamos por la petirrojo
que chocó demasiado pronto, demasiado fuerte,
que yacía fría y sola
y se la llevó un predador en la noche?

Traducción de Olga Outside
FLIGHT

A robin slammed
into my window last night
with a sound like a shot.
The room shook
as she flew full throttle
into a mirage of clear blue freedom,
only to meet a blow equal to her power.
I ran to find her on her back,
wildly thrashing, her tail
a flashing gray fan
against red bricks,
her legs bent awry,
before she stilled.
My heart broke a little,
caught again
between love and helplessness.

I thought of my mother
watching me soar into first marriage,
knowing  the danger.
At the wedding, her face betrayed
her fear it was a funeral.
Nonetheless, unasked she’d cooked for days,
platters of her flaky piroshki,
thin buckwheat blini
with sour cream and caviar.

At times our loved ones fly,
fueled by fervor
and innocence, towards a phantom.
Do we hold our hearts open?
Do we stand at our stoves for them?
Can we love ourselves, give thanks,
when we stand again on wobbly legs,
shake our wings, head for
another piece of sky?
Do we pray for the robin
who collided too soon, too hard,
who lay cold and alone,
carried off by a predator in the night?



Anna Belle Kaufman
(Estados Unidos, 1949)
Reside en Sebastopol, California
POETA/ARTISTA/ESCRITORA/PSICOTERAPEUTA DE ARTE/
para leer + en THE SUN MAGAZINE




15 de septiembre de 2023

May Sarton, Cuando una mujer se sienta sola (+1)


Fotografía de Aino Kannisto
CUANDO UNA MUJER SE SIENTA SOLA 

"Cuando una mujer se sienta sola, cuando la sala
esté llena de demonios", dice la tribu
Nootka, "ahí estará La Anciana".
Ella viene a mí atravesando miles de kilómetros
¿y qué tiene para decirme, a mí, la atribulada
"por los fantasmas de la noche"?
¿De veras está acá?
¿Cuál es la palabra que salva desde tan adentro en el pasado
desde tan adentro como la raíz antigua de la secoya,
desde tan adentro como el lecho primero del océano,
desde tan adentro como un corazón de mujer de nuevo en flor
después de un nacimiento o una muerte difícil?
Aquí, bajo el impacto del amor, me abro
a vos, espíritu Primero, una con la ola y con la piedra,
una con las sobrevivientes de la inundación y del fuego,
que un millón de veces reconstruyeron su casa,
que perdieron a sus hijos y los volvieron a dar a luz.
Las palabras que escucho son fuerza, risa, entereza.
Te encuentro, Anciana, en lo más hondo de mí.
Ahí, en las raíces de la fertilidad,
mundo sin fin, como cuenta la leyenda.
Debajo de las palabras, sos mi silencio.

Traducción de Sandra Toro


WHEN A WOMAN FEELS ALONE

‘When a woman feels alone, when the room
is full of daemons,” the Nootka tribe
Tells us, ‘The Old Woman will be there.”
She has come to me over three thousand miles
And what does she have to tell me, troubled
“by phantoms in the night”?
Is she really here?
What is the saving word from so deep in the past.
From as deep as the ancient root of the redwood,
From as deep as the primal bed of the ocean,
From as deep as a woman’s heart sprung open
Again through a hard birth or a hard death?
Here under the shock of love, I am open
To you, Primal spirit, one with rock and wave,
One with survivors of flood and fire,
Who have rebuilt their homes a million times,
Who have lost their children and borne them again.
The words I hear are strength, laughter, endurance.
Old Woman I meet you deep inside myself.
There in the rootbed of fertility,
World without end, as the legend tells it.
Under the words you are my silence.

en The Poetry of May Sarton Volume One:
Letters from Maine, Inner Landscape

*

Fotografía de Kalle Kataila
MEDITACIÓN BAJO LA LUZ DEL SOL

1

En el espacio, en el tiempo, me siento
a miles de pies sobre el mar
y medito
sobre la soledad, sobre el amor

Cerca, todo es marrón y pobre
las casas están hechas de tierra
el sol abre cada puerta
la ciudad es un hogar

Lejos, todo es azul y extraño
el cielo mira hacia abajo en la nieve
y se encuentra con la cordillera
donde el tiempo es luz, no sombra

El tiempo en el corazón se detiene
el espacio es como el dios del hogar
y la alegría en lugar de la voluntad
conoce el amor como soledad

Conoce la soledad como amor
conoce el tiempo como luz, no sombra
a miles de pies sobre
el mar donde estoy ahora


MEDITATION IN SUNLIGHT

1

In space in time I sit
Thousands of feet above
The sea and meditate
On solitude on love

Near all is brown and poor
Houses are made of earth
Sun opens every door
The city is a hearth

Far all is blue and strange
The sky looks down on snow
And meets the mountain-range
Where time is light not shadow

Time in the heart held still
Space as the household god
And joy instead of will
Knows love as solitude

Knows solitude as love
Knows time as light not shadow
Thousands of feet above
The sea where I am now


Cloud, Stone, Sun, Vine: Poems Selected and New
W. W. Norton & Company, 
1961




May Sarton -Eleanore Marie Sarton- 
(Wondelgem, Bélgica, 1912 - 
York, Maine, EE. UU., 1995)
Nacionalizada Estadounidense
Lectura recomendada por Maria Popova
para leer + en THE MARGINALIAN
y MÁS

24 de mayo de 2022

Agustina Zabala, 3 poemas 3


Fotografía de Aino Kannisto

PUEDO ESCRIBIR LOS VERSOS ETCÉTERA

Quiero dejar de buscar inspiración las 24 horas
La inspiración no me lleva a lugares
Mis piernas me llevan a lugares.
Los taxis me llevan a lugares.
Todo es plata.

A veces cuando hablamos
nos observo desde arriba
y siempre es el mismo día aunque no sea el mismo día.

A veces me permito ser tonta
y pienso que la lluvia suspira para mí
pero no es la lluvia
ni son tus palabras.
Es la pausa
que haces entre lo que dijiste
y lo que querías decir.

Quiero dormir ocho horas ininterrumpidas
lavarme la cara, el teléfono apagado, preparar café
Quiero empezar un poema sin decir QUIERO
A nadie le importa lo que yo quiera y eso está bien.

QUIERO que pongas la plata sobre la mesa
QUIERO dejar de leer poemas en internet
sobre el deseo, los vidrios
y los besos en fiestas.

A nadie le importa lo que yo tenga para decir y eso está bien.

Estas palabras no son mías
porque no salen de mi cuerpo,
caen desde una gotera
lo traspasan
y rebotan
sobre mi espalda
pocas veces mis manos las atrapan.

Si no son mis manos
serán otras.


Ilustración de Andrea Ucini

SIN TÍTULO

Camino por Once en un vestido floreado
para que la gente me mire y piense
que alguien me ama.

Salto el molinete, se me ve la bombacha.
Viajo de estación final a estación final
Corro de una distracción a otra.

En Uruguay parada contra la puerta
me alivia que mis palabras sean gratis y no le importen a nadie.

Subo las escaleras en Lacroze y sospecho que mi dolor es una postura artística.

Me quedo quieta.
No sé por qué este atardecer es importante.
Interrumpo el paso y me empujan.

Yo miro cómo el cielo se abre mientras todo se está rompiendo.

Estoy contenta de que el futuro
haya terminado.



Fotografía de Marta Bevacqua

TODO ESTO ANTES ERA MÍO

Dejaría mi barrio y a todos mis amigos
por estar en una nave en el espacio con mi gato
y para siempre una vista
espectacular.

En silencio sigo el hilo del que estás tirando.

Diamantes negros,
el trote de los caballos en zig zag,
el horizonte dorado
de Constitución.

Un gran día nos olvidaremos de cenar
y lloraré en un recital como una adolescente
y llorarás en mis brazos como un bebé muy alto.

Es cierto.
Wild women don’t get the blues,
pero los mejores paisajes
son nuestros.

Enlazadoras Editorial, 2020
Selección a cargo de Valeria Mussio y OXI




Ph Malena Cámpora
Agustina Zabala
(Neuquén, Argentina, 1998)
POETA/ESCRITORA/TALLERISTA/FOTÓGRAFA
Enlazadoras Editorial, 2020
Selección a cargo de Valeria Mussio y OXI
para leer + en VUELA PALABRA
para colaborar en su proyecto de publicación autogestivo



20 de febrero de 2022

Andrea Muriel, 2 poemas 2


Fotografía de Aino Kannisto


COSAS QUE PIENSO DURANTE LA CUARENTENA

me gustan las videollamadas porque puedo hacerlas en calzones
se escuchan más los pájaros desde el balcón
¿será que todos nos vamos a morir?
mi mamá está sola y tiene asma
y no sé cuanto tiempo más tardaré en verla
¿cuál es la probabilidad de que dejen de vender cerveza
en la tiendita de la esquina?
me da ansiedad hacer videollamadas
mi piel está más seca que de costumbre
y mis cejas se despeinan todo el tiempo
pero no he pensado para nada en ninguno de mis ex
ya se me hizo costumbre tomar una cerveza diaria
para controlar la ansiedad
los demás licores me dan asco
siempre digo que quiero tiempo para maquillarme
aunque ahora me siento sin ganas
luego pienso que al menos estoy escribiendo este poema
que no sé si es un poema
o si quiero que sea un poema
lo que en este punto no puede interesarme menos
no me aburro, pero sí me desespero
estoy harta de hacer videollamadas
uff las ganas que tengo de ir un restaurante
y mirar la carta
y tardarme en decidir
y de una hamburguesa al carbón
que no llegue aguada
y de ver a mi mamá
y de salir de mi casa y caminar por caminar
y caminar horas y horas, y sentarme en un parque
porque ningún filtro de Instagram me hace olvidarme de lo que estamos viviendo
ni las películas de Tarantino o las de Tarkovski
mi momento favorito del día es colgar la ropa en la azotea
sentir que produzco vitamina D y que estoy más preparada para la pandemia
en qué momento sucedió esto
se parece a tantas películas que me da miedo
mis amigos dicen que ver ciencia ficción los tranquiliza
pero yo siento que en cualquier momento podrían acecharnos los zombies
que va a acabar siendo verdad que los extraterrestres
quieren dominar la tierra
que las teorías conspirativas
sí son
sí son
sí son
y que el mundo
es desconocido, un gran misterio
pero hay cosas más graves sucediendo allá afuera
todavía la guerra, los intereses multimillonarios, la Deep Web
y también adentro de las casas
violencia y hambre y ganas de que pare
ya lo dije antes, pero lo confirmo
se escuchan más los pájaros desde el balcón
pero menos desde abajo de mis sábanas



s/d del autxr

LOS CIRUJANOS PLÁSTICOS NUNCA DICEN LA VERDAD

Me sacaron un quiste de la nalga izquierda
la operación fue lo de menos
lo de más fue pensar que mi cuerpo había cambiado
dejé de ser la que tenía una bolita en la nalga izquierda
que se sentía rara para mí y para los que alguna vez la tocaron
aunque yo dijera que no, obvio es raro
pensar que te agarran una nalga y tienes una bola
y te dicen que no importa, como si no se hubieran dado cuenta
cuando los dos saben que sí
el quiste era horrible: rojo, grueso, jugué con él un rato
hasta que el cirujano se acordó que debíamos llevarlo para biopsia
a mi pobre engendro
me dio mucho asco ponerle nombre, aunque sí lo pensé,
luego el doctor me dijo que mis nalgas eran perfectas,
y me fui toda contenta pensando que si alguien tiene
la autoridad moral para hablar de la perfección de unas nalgas
era un cirujano plástico
cuál kim kardashian, mis nalgas chiquitas son perfectas
entonces pensé tristemente en todos mis ex
pobrecitos de ellos
que no conocerán mis nalgas perfectas
que agarraron la bola entre sus dedos
y pensaron que eso era todo lo que yo podría ofrecerles
y pues resulta que no
pero qué sabrían ellos, si me dejaron igualmente
si encontraron más pretextos para encontrarme imperfecta
si pensaron que había algo en mí
que no se podía arreglar
y prefirieron irse
pero ahora mis nalgas son perfectas
aunque tal vez eso es lo que el cirujano tenía que decir
para que yo saliera feliz de su consultorio
obviamente me va a quedar una marca
pero quiero que sea bella, quiero quererla mucho
y llevarla siempre conmigo
no como a ellos
que pensaron que mi fealdad era permanente
ninguno de ellos podrá mirar mi cicatriz.

Leídos en REVISTA CARDENAL


A veces el amor es un cactusEdiciones Liliputienses, 2021


Andrea Muriel 
(México DF, México, 1990)
POETA/ESCRITORA/TRADUCTORA/
EDITORA/PROMOTORA CULTURAL/
LICENCIADA EN LINGUÍSTICA Y LITERATURA HISPÁNICA/
MÁSTER EN LETRAS MODERNAS-INGLESAS
de A veces el amor es un cactus, Osa menor 2019, 
para leer + en VUELA PALABRA
+ en ZENDA

11 de septiembre de 2021

Inés Estévez, Tocar el alma (+1)


Fotografía de Aëla Labbé

TOCAR EL ALMA

Estoy triste esta noche.
Se deslizan mis manos 
sonámbulas, 
tanteando vaguedades.
Toco mi alma:
está entera. 
Y eso es lo que le duele.
En un marco de insospechada 
espera                                                                                            
de rigores, verdades
de errático futuro 
mi alma se desbroza 
ocultando el cobijo de su completa 
esencia.
Adopta un aire de falsa vacuidad 
de conspicua bondad inacabada, 
de torpeza legal. 
Para que no se note 
que es el alma 
de un hada.

f r a g m e n t o 


Fotografía de Aino Kannisto
AUSENCIA

Hay algo de macabro en la memoria
algo manso y algo diletante
algo turbio y algo mustio.
No hay nada. Sin embargo
se siente la presencia del miembro amputado
entre los huesos.
Y la ausencia.
Y todo es casi nada
y nada es casi todo
y falta
pero existe.
Y evocar dura tanto como dure la vida.
Y la propia existencia inexorable
es la terca verduga del duelo de acordarse.
No es posible olvidar,
sería como andar sin corazón que lata,
sin mente, desvestido.
Entonces arrastramos.
Y todo lo que no,
lo que ya no,
lo que pudo haber sido
habita nuestros pasos
los puebla de minutos invertidos,
desamparados, torpes,
ganados y perdidos,
aún sin madurar los más pequeños,
los maduros, vencidos.
Y estamos llenos dentro
de algunos hijos muertos
de algunos malheridos
y de otros, no nacidos.


 Desesperamor, Editorial Sudestada,
Colección Poesía Sudversiva, 2021




Ph Gabriel Machado 
Inés Estévez
(Dolores, Bs. As., Argentina, 1964)
ACTRIZ/DIRECTORA DE TEATRO/DOCENTE/
CANTANTE/POETA
de Desesperamor, Editorial Sudestada,
Colección Poesía Sudversiva, 2021


29 de mayo de 2021

Silvia Mellado, 3 poemas 3


Fotografía de Aino Kannisto

COOKING

Imaginé agarrarlo como a la carne picada
con todos lo dedos
para que se escape
deslizándose
amoldándose a las huidas.

O cortarlo en pedacitos
después de pelarlo
como al tomate
mientras se resbala
y me hace pensar
que es mejor vestido
sin tocarlo
mucho,
sólo consumirlo
para refrescarme.

Y si no, comerlo como al alcaucil
untarlo
chuparlo
deshojándolo.

O esperar
a que asome
con la misma presura
con la que me someto
a esas plantas que sólo florecen
si se las cuida excesivamente
para después no durar nada
como si fueran realmente
importantes.

Ahora que tengo un hombre en la mesada
no sé qué hacer con él
y las horas del almuerzo se me pasan.

(de AcetatoEduco, Neuquén, 2009)


Fotografía de Aino Kannisto

HERENCIA

Nos dejaron
por herencia
la idea de que todo pasado fue mejor
de que nuestras malas letras de rock
les arruinan el lenguaje que
sólo se decían en la intimidad.
Me achacan que no planche las camisas
con la misma inquietud
con la que se admiran
de que me acuesto ilegalmente
y no uso cancanes
cuando hace calor.

Ya hubo otras locas
que supieron suicidarse
o morirse
de sobredosis,
hasta las muertes están inventadas,
ni en la Patagonia desértica
podemos tener un gesto
innovador.
Ninguna presidenta como la gente,
maestras normales
pero amantes de Sarmiento,
malas costumbres
contemporáneas
y todo para que
criemos hijas
con resentimiento
pero en tiempo y forma.

(de AcetatoEduco, Neuquén, 2009)



Fotografía de Aino Kannisto

Confundida entre lo que escucha lo que lee y lo que piensa
mirando con el cuarto del ojo una cucaracha que sube por la
ventana al sur del continente
debajo de los tres mundos
debajo de la línea de pobreza
debajo de otro departamento
eternamente abajo
bien abajo.
Cuando cree que se siente sola y solo hasta que encuentra
la dulzura de animal tierno en los dos ojos que poco a
poco le regalan un nimbo de sommiers efímero pero eficaz
descubre que hay un solo abajo que le hace bien.

(de Celuloide, Colección chicas de bolsillo N° 6, 
La Plata, Editorial Universidad Nacional de La Plata, 2005)



Silvia Renée Mellado
(Zapala, Neuquén, Argentina, 1977)
Reside en Neuquén capital
POETA/DOCTORA EN LETRAS/PROFESORA
INVESTIGADORA DEL CONICET/
Premio Nacional de Poesía Alfonsina Storni (2021)
para leer una entrevista en LAMÁS MÉDULA



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...