Fotografía de Grudzien |
Cuando volvía a casa el otro día,
cargada con las bolsas de las compras
en la canasta de mi bicicleta,
di la vuelta a una esquina y me detuve:
un camión de bomberos taponaba
la calle; una figura diminuta,
en la ventana de un noveno piso,
agitaba frenética los brazos
encaramada sobre la cornisa;
y un grupo heterogéneo de curiosos
se había congregado en la vereda:
dos jubilados señalando el cielo,
él apoyado en su andador, su esposa
haciéndose visera con la mano;
un par de adolescentes con sus piercings
y sus mochilas del colegio, enviándose
mensajitos de texto el uno al otro;
dos policías gordos que tomaban
café en vasos de plástico, apoyados
sobre el capot de un patrullero, mientras
un tercero le hablaba por megáfono
al potencial suicida; un camarógrafo
de incipiente calvicie, con la cámara
junto a él en el suelo, ociosamente
mascando chicle; y una periodista
con su espejo de mano, retocándose
el maquillaje mientras esperaba
para salir al aire.
Yo seguí
mi camino. Ya en casa, horas más tarde,
prendí el televisor de la cocina
para mirar el noticiero mientras
preparaba la cena. Oí que hablaban
del hombre que había visto en la cornisa:
trabajaba limpiando las ventanas
de algunas oficinas de la zona.
Lo habían disuadido los bomberos.
Cuando lo entrevistaron, declaró:
“Yo me pasé la vida en la cornisa.
No sabía qué más podía hacer”.
En la cocina, tras la cena, sola,
mientras fregaba la olla que había puesto
en remojo, me puse a pensar qué hace
que una vida reclame la atención
de las demás. Y fui a acostarme al cuarto.
Mi marido dormía con la tele
en un canal de compras. En su mesa
de luz, el velador aún estaba
prendido. Nuestra foto había quedado
mal apoyada sobre un libro, al borde.
Amy Benoit
(Canadá)
Traducción Ezequiel Zaidenwerg
extraído de ACÁ
extraído de ACÁ
8 comentarios:
La decisión acertada es aquella que tomas sin dudar. . .
Será?
Sabés las veces que me equivoqué tomando la decisión sin dudar...
dicen que no hay errores sino actos extraños, y lo creo, creo en lo que surge de adentro...pero nos estamos yendo del tema, el poema te gustó?
Un poema muy bonito. Me ha dejado la sensación de estar en el borde, de ser un equilibrista que con un simple soplo cae al vacío. Hay vidas que se mantienen por un hilo muy fino.
Un abrazo.
y las relaciones también, siento como vos, todo es tan frágil...
Ah!! era un poema?
Pensé que los poemas eran de otra manera... me pareció tipo cuento...
qué yo... soy una ignorante..!
Hace tiempo que te leo, un placer escribirte por fin.
Un placer leerte también.
Saludos.
Hola a todos. Trece años mas o menos han pasado de los comentarios que han hecho sobre este increíble poema de Amy Benoit. No tengo mucho para aportar, solo hablar de los signos de puntuación. Me parece maravillosa la pausa que otorga la coma en el último verso. "apoyada sobre un libro, al borde." La cornisa esta en esa coma. Su meditación de la relación que tiene con su pareja esta en esa coma. La foto de ellos quedo mal apoyada y la coma es la pausa que tiene el personaje para mirarse y decidir que hacer de ahora en mas. Otros poemas de la autora como: "El Lamento de Eva" y "Hasta que la muerte nos separe" nos ayuda a pensar la relación de pareja. Leer a Benoit es la oportunidad que tengo como lector de poner pausa con coma, parar la pelota. Porque solo con la pausa necesaria que nos da ése signo puedo poner punto aparte o final.
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