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Fotografía de Maciek Lesniak |
EL CÉLEBRE SENTIMIENTO
Cuando morí por vez primera
–aún sé cómo ocurrió–,
morí en silencio y fue del todo,
pasó en Hamburgo, el mes de abril,
y yo tenía dieciocho.
Cuando morí por vez segunda
la muerte me hizo daño.
Yo te dejé bien poca cosa:
el corazón batiendo en tu portón,
sobre la nieve huellas rojas.
Pero al morir por vez tercera
no me dolió ya tanto.
Tan cotidiana como el pan
y los vestidos fue la muerte.
Ya no me muero más.
Traducción de Inmaculada Moreno
DAS BERÜHMTE GEFÜL
Als ich zum ersten Male starb,
ich weiß noch, wie es war.
Ich starb so ganz für mich und still,
Das war zu Hamburg, im April,
Und ich war achtzehn Jahr.
Und als ich starb zum zweiten Mal,
Das Sterben tat so weh.
Gar wenig hinterließ ich dir:
Mein klopfend Herz vor deiner Tür,
Die Fußspur rot im Schnee.
Doch als ich starb zum dritten Mal,
Da schmerzte es nicht sehr.
So altvertraut wie Bett und Brot
Und Kleid und Schuh war mir der Tod.
Nun sterbe ich nicht mehr.
LA SENSACIÓN CONOCIDA
Aún sé cómo fue
la primera vez que morí.
Morí aislada y en silencio,
fue en Hamburgo, en abril,
con dieciocho años sobre mí.
¡Y la muerte dolió tanto
al morir por segunda vez...!
Muy poco te dejé:
en tu puerta, mi corazón latiendo,
en la nieve, una roja huella del pie.
Pero al morir por tercera vez
el dolor menor fue.
Tan conocida me era la muerte
como el dormir y el comer, el vestirse y el calzarse.
Ya no me quedan muertes por padecer.
Traducción de María González de León
(Chrzanów , Austria -hoy Polonia, 1907 - Zurich, 1975)
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