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17 de junio de 2023

Silvina Giaganti, 3 poemas 3



LAS MUJERES QUE ME VOLVIERON LOCA DE VERDAD

Las mujeres que más amé
las que me volvieron loca de verdad
las chicas con las que quise todo, escribían.

Mi mamá hizo hasta segundo grado y no
me miró los cuadernos ni pudo
colorear un mapa conmigo o ayudarme
en un ejercicio de contabilidad.

El colegio y casa eran
una cadena rota en mi cabeza.
Cada vez que la veía firmar algo,
el boletín de la primaria,
un documento en el banco,
notaba que lo hacía lentamente
como alguien recuperándose de un golpe.

Me pregunto si las mujeres que amé
las que me volvieron loca de verdad
las chicas con las que quise todo
fueron mi movilidad intelectual ascendente,

si elegir mujeres que escriben
es disimular eso que me falta
cada vez que las dejo
o que me dejan.



NADA MÁS

Pone la mesa y me da de comer.
Desenrolla con paciencia
los individuales de bambú
y trae a la mesa la botella de agua
de vidrio verde y tapa a presión
que alguna vez fue de cerveza.
La casa está en silencio.
No hay espacio para poner música entre ella y yo.
No entra nada más en esta relación.
La escena que más le gusta del cine
es de una película de Chantal Akerman
donde una mujer alimenta a otra,
la alimenta dos veces, le trae una bandeja
con Nutella y leche, cogen toda la noche.
De madrugada, una se levanta, se viste y se va
en fade, como la vida.


Fotografía de Dorothy Shoes

HERRADURA

Bueno, ya terminamos,
incorpórate despacio,
cuando puedas bajá de la camilla”,
me dijo la osteópata después
de sacarse los guantes de látex que usó
para trabajar los puntos críticos
de la mandíbula trabada hace tres semanas,
desde el sábado al mediodía que fui
a la casa de Luisa y le di
un beso en la boca apenas
abrió la puerta de madera
de tres metros de altura, la puerta
con manijas de bronce que embestí
como un bisonte.

La mandíbula es una herradura
una hamaca, un vaivén, un obrero que hace todo,
que cuelga de casi nada.

A mí se me trabó cuando le volví a dar
un beso a una chica tres meses después
de separarme de otra.


Tarda en apagarseCaleta Olivia Ediciones, 2017


Tarda en apagarseCaleta Olivia Ediciones, 2023
12va Edición




Ph Sebastián Freire
Silvina Giaganti
(Avellaneda, Bs. As., Argentina, 1976)
ESCRITORA/FILÓSOFA/DOCENTE/TUITERA
de Tarda en apagarseCaleta Olivia Ediciones, 2017
12va Edición, 2023
Prólogo de Santiago Llach
para leer una entrevista en EL SALTO
para leer + en EMMA GUNST

13 de octubre de 2021

Guillermo Bawden, 8 poemas 8 (de Historia de la lluvia)


Fotografía de Shaun Pierson

Geosmina es lo que hace oler a lluvia
como tierra mojada
es una bacteria que se suelta con la humedad
Un olor que también tienen los camellos
del desierto de Gobi
Una caravana que atraviesa lo árido
mientras huele la esperanza
como la fe en la garganta de los sedientos



Fotografía de Austin Tott

Cuando al fin cae
todo es lluvia, incluso lo que se protege
lo que no moja
acaso en la gota que se detiene
en la punta del paraguas
o en el viejo picaporte con fauces de león
esta el poema


Fotografía de Chrissie White
Hay algo mejor que la lluvia 
las horas que le siguen 
frescas, descansadas 
cuando algo 
parece revelar lo posible


Fotografía de Elina Brotherus
Hay una lluvia que no cae, que llueve
hasta la mitad del cielo
moja aviones y alas de pájaros
Se llama virga y se mide también
en milímetros


Fotografía de Alberto Polo Iañez

El mundo cree que la gota cae como lágrima
que algo llora
pero el agua es orden y cae redonda
como la esfera perfecta que describen los sabios


Fotografía de Chrissie White

El hombre ciego tiene razón
cada vez que llueve me las imagino
con cara de película de los cincuenta
esperándome, yéndose
todas, una tras otra
desfilan en la esquina del bar
sé que existe el amor
porque existe la lluvia


Fotografía de Dorothy Shoes

Quiero que me hables de la lluvia
no del buen tiempo
El buen tiempo
me pone los dientes ásperos

Es en la boca
dónde más se extraña la lluvia


Ping Zhu fotografiada por Leandro Castelao

Desde la Revolución Industrial ocurrieron grandes cambios en los regímenes de lluvias de todo el planeta
ahora llueve más en las partes orientales de América del Norte y del Sur
el norte de Europa y el norte y centro de Asia
pero menos en el Sahel, el Mediterráneo, el sur de África partes del sur de Asia y en el pelo de una mujer
que se aleja en un viento seco, lejos, lejos de mí





Guillermo Bawden
(Córdoba, Argentina, 1977-2024)
ESCRITOR/ARTISTA PLÁSTICO/MÚSICO
para escuchar una entrevista en RADIO CUT
para leer + en POETAS SIGLO XXI
su canal de YOUTUBE


13 de septiembre de 2019

Zoila Mercedes Cuevas Paralizábal, 4 poemas 4


Fotografía de Pavel Mirchuk
Hoy he sentido más que nunca
la insidia inherente a mi sexo,
la divina invalidez del desvalido.
La esterilidad e ineficacia de las leyes
que rigen el mundo aparente de los hombres,
el impulso exacerbado hasta
romper con la armonía que nos rige,
el imperativo de gritar y ser oído
en el ámbito que nos circunda.
Hoy he sentido más que nunca
la burla y el escarnio manifiesto
en la vasta incomprensión de los humanos,
el aherrojamiento férreo de los goznes [...]
la inútil voz de la conciencia,
la escala de valores suprimida
la dignidad humana arrodillada
al no darse a entender con los vocablos,
la no identificación de los lenguajes [...]



Fotografía de Dorothy Shoes
COMPAÑERO

Detén un momento tu marcha, compañero
ahora vuelve tu rostro a contemplarme,
no esquives más mi mirada, sé sincero,
acepta mi mente, mis palabras,
no soy la sombra de hace siglos.

Por derecho soy tu igual, no me rechaces,
derriba el muro de ayer, que hoy nos separa,
hay mucho por hacer en este mundo de penurias,
estrecha la mano cordial que te aproximo;
y emprendamos juntos la lucha, compañero.



Fotografía de Pavel Mirchuk
DESPIERTA MUJER

Desde tu cuna mujer se te señala
el camino a seguir en esta vida,
te encasillan en un mundo de presiones,
es el molde a emular, el de tu madre.
Patrón cultural de hace diez siglos...
Si te atreves mujer a rebelarte
y levantas la cabeza desafiante
usando tu razón y tu derecho
¡Mil soplos de calumnia te acorralan!
Despierta mujer de tu letargo
intégrate a la realidad que te circunda [...]



Fotografía de Pavel Mirchuk
¿A DÓNDE VAS?

Tu ausencia de valor me estremece
carente de ilusiones hoy te muestras
los conceptos de la vida, atrofiados
sin querer reconocer que en cualquier tiempo
se lucha por conquistar ideales propios.
No sigas destilando amargura
decídete a enfrentar la vida
aparta la indolencia que te ahoga[...]



Zoila Mercedes Cuevas Paralizábal
(México, 1931 - 2006)
POETA/PROFESORA DE EDUCACIÓN PRIMARIA/
MAESTRA EN LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLA
publicados en la Revista mexicana Papel de Estraza (1975-1986)
para leer + en LETRALIA




7 de septiembre de 2019

Graciela Falbo, Poema suelto (+1)


Fotografía de Dorothy Shoes
POEMA SUELTO

Este cuerpo
que tiene una memoria de elefante,
que se niega a olvidar
cuando flotaba
y volaba corriendo por las calles
sin sentir la planta de los pies.
Este cuerpo
habituado a su propia maravilla,
un mundo que funciona
justo y en sus tiempos
sin esperar órdenes
de afuera,
a veces queda desconcertado.
Cuando quiero algo,
dispuesto a lo que sea,
va a buscarlo
con la velocidad de un pájaro.
Pero hoy, que por años
fue educado,
obligado,
entre muchas otras cosas,
a caminar
más que a bailar
a quedarse sentado,
su memoria carretea como siempre
y
el vuelo no responde.
Por eso
se anda cayendo a cada rato.
Yo, ilusa, explico esto
diciendo
que estoy vieja.


B O N U S  T R A C K 



Fotografía de Brooke DiDonato

TODO LO QUE DIGO SE DICE

Todo lo que digo, se dice
cuando lo digo.
Algo se dice en mí,
un verdor brota de la herida
en la tierra,
la luz del día está atrás,
entrando por una ventana que no veo,
pero el saber que está,
no la luz,
es lo que me ilumina.





Graciela Falbo
(La Plata, Bs. As., Argentina, 1951)
POETA/DOCTORA EN COMUNICACIÓN/PERIODISTA/
ESCRITORA/LECTORA/PROFESORA
poemas extraídos de la selección de Iris Rivera
para leer una entrevista en ENTRETIENS LECTURES D'AILLEURS
para leer + en REVISTA ANFIBIA
y + en AROMITO
su FACEBOOK


14 de agosto de 2019

Natalia Castro, 5 poemas 5 (+1)



EN DEUDA

No soy feminista -dijo-
creo en la  i g u a l d a d.  
Eso es feminismo -comenté.
Y ella:
¿y por qué todo se debe nombrar?
Contemplé sus libros
- Diderot, Pessoa, Freud,
Cortázar, Jacques Lacan-
y callé:
¿de qué vale leer
a quién no sabe pensar?

Ella dijo: no soy feminista.
Aunque esas mujeres
- putas,
            violentas,
feministas,
                  locas-
libertaron su voz
para que pueda hablar.  



Fotografía de Kristen T. Cates

PORCENTAJES

La encontraron
en un descampado/
con el sexo al sol/
y la pena entre los dientes/

En los diarios/ nada:
otra hembra más
vuelta estadística/



Fotografía de B. Berenika

ALGO EN COMÚN.

Soy
        -somos todos-
                                  un reloj
                                                que se deshace.




Obra de Lisa Adams

PRUEBA DE REALIDAD

Todo lo que está vivo
                     -no gime-
         arde.




Fotografía de Dorothy Shoes
TERAPÉUTICA

en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
Mario Benedetti         

Si la memoria es olvido/
el olvido/ silencio/
No/el olvido no silencia/
memoria/Y qué/
si cuando olvido memorio
pero al soñar se olvida
la mustia elipse del día/
olvido al relatar/
porqué muero.



B O N U S  T R A C K






Natalia Castro
(Mar del Plata, Bs. As., Argentina, 1996)
POETA/ESTUDIANTE DE PSICOLOGÍA


5 de septiembre de 2018

Ana Castillo, Las mujeres no se rebelan


Fotografía de Dorothy Shoes



LAS MUJERES NO SE REBELAN

(para N.B.S)

Las mujeres no se rebelan, ni en las maquilas de Malasia, México o Corea,
ni en los talleres clandestinos de Nueva York o El Paso.
No se desmadran
en las cocinas, en las lavanderías o guarderías.
Ni por centenares ni por miles, ni cambiando
sábanas en hoteles, ni en lavanderías
mientras se escaldan con agua caliente,
ni en restaurantes, mientras limpian y limpian
y limpian hasta que las manos les quedan al rojo vivo.

Las mujeres no se sublevan, ni sobrias y reconcentradas,
ni colocadas ni exhaustas, las mujeres de ningún color, 
de ninguna raza, ni pobres ni ricas,
ni medio pobres o ricas. Y sobre todo las madres, sean de la clase que sean,
jamás se tomarán las calles por asalto.

En la universidad quienes mucho reflexionaron
se toman de las manos en los momentos cruciales, portan pancartas,
se las llevan a rastras mientras protestan.
Repartimos manifiestos, organizamos pulcras vigilias,
al día siguiente regresamos al trabajo.

A nosotras las mujeres nos esterilizan, tienen más niños
de los que pueden alimentar,
no hablan el idioma oficial,
se antojan de las cosas que ven en la televisión,
añoran tener un televisor -
Mujeres abusadas de niñas,
violadas,
golpeadas,
acosadas, lo cual quiere decir
hasta la última mujer, tarde o temprano;
mujeres que se defendieron por su cuenta
o mujeres que no lograron defenderse o no supieron cómo.
Nosotras no, nosotras nos negamos en redondo a rebelarnos y a empuñar las armas.

Nosotras no arrasamos ciudades a nuestro paso,
No nos apoderamos de los medios, ni emitimos declaraciones conjuntas
perentorias. Ni un llamado del tercer milenio--
desde este día en adelante, no más; no más conmigo, no más con mi hija,
ni con la hija de mi hija.

Las mujeres no forman un batallón, marchando hombro con hombro, 
atravesando continentes, unidas
por una misma lengua, una misma clase de alimento o su carencia,
un mismo Dios, un mismo abandono,
un mismo corazón roto,
criando los hijos por nuestra cuenta, 
con tantas miserias infinitas en común
que tendrían que terminar
no para una mujer, o para cada mujer,
sino para el bien de todas nosotras, juntas.

Calladitas, no obstante, cada una y todas agarran su ofensa, 
el desprecio, el despido burocrático, la enfermedad
que nunca debió ocurrir, el insulto,
el empujón, el golpe en la cabeza,
el cuchillo en la garganta.
Ella no luchará, ni gritará siquiera—
Enseñada como ha sido
a ser derribada, como por sorpresa.
Ella morirá como una hormiga debajo de un tacón que pasaba por ahí.
Hoy fue ella. La próxima vez quién sigue.

--1998, Chicago

Traducción de Anabel Torres
Propuesta de traducción de Emma Gunst


WOMEN DON'T RIOT

(For N.B.S)

Women don't riot, not in maquilas in Malaysia, Mexico, or Korea,
not in sweatshops in New York or El Paso.
They don't revolt
in kitchens, laundries, or nurseries.
Not by the hundreds or thousands, changing
sheets in hotels or in laundries
when scalded by hot water,
not in restaurants where they clean and clean
and clean their hands raw.

Women don't riot, not sober and earnest,
or high and strung out, not of any color,
any race, not the rich, poor,
or those in between. And mothers of all kinds
especially don't run rampant through the streets.

In college those who've thought it out
join hands in crucial times, carry signs,
are dragged away in protest.
We pass out petitions, organize a civilized vigil,
return to work the next day.

We women are sterilized, have more children
than they can feed,
don't speak the official language,
want things they see on TV,
would like to own a TV--
women who were molested as children
raped,
beaten,
harassed, which means
every last one sooner or later;
women who've defended themselves
and women who can't or don't know how
we don't--won't ever rise up in arms.

We don't storm through cities,
take over the press, make a unified statement,
once and for all: A third-millennium call--
from this day on no more, not me, not my daughter,
not her daughter either.

Women don't form a battalion, march arm in arm
across continents bound
by the same tongue, same food or lack thereof,
same God, same abandonment,
same broken heart,
raising children on our own, have
so much endless misery in common
that must stop
not for one woman or every woman,
but for the sake of us all.

Quietly, instead, one and each takes the offense,
rejection, bureaucratic dismissal, disease
that should not have been, insult,
shove, blow to the head,
a knife at her throat.
She won't fight, she won't even scream--
taught as she's been
to be brought down as if by surprise.
She'll die like an ant beneath a passing heel.
Today it was her. Next time who.

--1998, Chicago





Ana Castillo
(Chicago, Illinois, EE.UU., 1953)
ESCRITORA/POETA/EDITORA/ACTIVISTA/PINTORA
de Yo pido lo imposible / I Ask the Impossible: Poems
Anchor Books, 2001 
para leer una entrevista en: AL DÍA FILADELFIA
para leer MÁS
su WEB


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