12 de marzo de 2024

Natalia Leiderman, 3 poemas 3 (+1)


Fotografía de Cig Harvey
ante todo 
no te culpo
pero por qué entregarte 
sin vértigo 
al deseo ajeno
dejar tu trabajo y entregarte 
a los hijos 
dejar el alemán porque aprendías rápido 
y él no lo soportaba 
aceptar el silencio, blanca
una amante 
un hijo de otra 
otra amante 
seguir seguir 
como si nada
tiemblo
qué cosas estaré soportando 
yo ahora 
opacadas bajo el trabajo milimétrico 
de la costumbre 
qué fuerza ejerce sobre mí el hombre 
que amo, para volverme más inútil 
sin saberlo 
y qué fuerza ejerceré yo, sobre quién 
hasta aplastarlo 
no te culpo
yo tampoco he sabido rebelarme. 

de Stařenka, Editorial Caleta Olivia, 2021





Fotografía de Cig Harvey

irán quedando pedazos de mí a lo largo de la tierra
en los lugares más íntimos y más públicos
de las ciudades del norte
y del sur

siempre es otoño
las finas capas de mis órganos caen
y luego crujen en el suelo
bajo el peso ligero de los transeúntes

en cada acto de amor estallo
como una granada
y después de la sobremesa
-una vez que ya hemos digerido la muerte-
me recolecto, metódica y mansa

pero estoy empezando a perder la paciencia

tengo un fuego y un miedo grande
por los años futuros:
cómo serán las próximas casas
los próximos almuerzos, sin lengua
o sin manos

cómo serán los próximos hombres y mujeres
que me desvistan
y qué pasará cuando quiera armarme
y no encuentre, por ejemplo, el corazón.



Fotografía de Cig Harvey
el día que me dijiste que no me amabas
y el corazón se me volvió pesado como el plomo
deforme como una fruta extravagante
vos decías cosas muy tontas
(la verdad que el desamor se ve: 
es un gesto
y ya estaba dado
pero vos insistías en explicarme)
y entonces me explicabas
y me dabas náuseas al mismo tiempo
hasta que yo dejé de escucharte 
y noté que estaba lloviendo 
(qué derroche, qué pena
yo acá confinada en esta burocracia
¿no podemos hacer trampa 
y saltear los desenlaces?) 
cuando terminaste tu discurso
-poco esmerado por cierto 
porque nunca fuiste demasiado interesante- 
yo con una risa ácida, lúcida
al mismo tiempo te dije: 
está todo bien, querido
sólo lamento que esté lloviendo 
porque este amor, sabes, es olvidable, 
pero ahora que llueve, este día
voy a recordarlo, 
no hay escapatoria
y así fue
aquí la prueba.

Poema inédito


B O N U S  T R A C K


Fotografía de Cig Harvey
LLEGAMOS AL PUNTO

ya conociste mi ropa de verano y de invierno
ya me sacaste la ropa
de verano
y de invierno

tengo una pregunta

¿dejamos acá 
o empezamos de nuevo?



Natalia Leiderman
(Buenos Aires, Argentina, 1990)
POETA/ESCRITORA/FOTÓGRAFA/TRADUCTORA
para leer + en OPCIT.POESÍA



10 de marzo de 2024

Cumelén Labrit, 2 poemas 2 (+1)


Ilustración de Timothy Karpinski


Cuando te veo regar las plantas
pienso que el mundo necesita eso:
la combinación justa entre la presencia y el cariño.
En tus manos cualquiera se animaría a florecer


Ilustración de Timothy Karpinski

Se nos pasa el tiempo
midiendo errores o aciertos
que jamás cometimos.
Se nos va la energía vital
en suposiciones
que refuerzan
solo
la ansiedad
de no dar un paso al frente.
Y el creer
no ser merecedorxs de algo
se convierte
en el eslogan de nuestros miedos.
No es cuestión de merecimientos.
La existencia
no se puede medir
por ser dignxs -o no- de algo.

Leído en LA TINTA

B O N U S  T R A C K

Texto y fotografía extraídos de su FACEBOOK

Llueve y suena el soundtrack de la nostalgia
llueve y el otoño se convierte en una tienda de antigüedades
llueve y la introspección es el abrazo mas auténtico
hace una semana y media que llueve
hace una semana y media que me lluevo
la lluvia me recuerda a todos los llantos
a todas las tristezas.
Llorar como baldearse,
como hacerse mar.
La primera vez que lloré feliz
estaba debajo de la mesa familiar
terminaba cinema paradiso
y aunque era chica y no cachaba bien el subtitulo
había entendido todo
el amor nos iba a salvar
en ese momento sentí por primera vez el sabor a la emoción, a la nostalgia de una felicidad ideal.
Y cinema paradiso se convertía en la película favorita
de mi corta existencia
por hacerme sentir la unión entre el llanto y la risa
la felicidad y la tristeza
y claro, el amor al cine.

Lloremos, lloremos mucho, lloremos bien
vaciemos el lagrimal hasta que el sol seque las manchas de humedad.
pero no esperemos que nos vengan a salvar
hagamos el amor y salvémonos nosotrxs mismos
y lloremos.
por que entendimos.



Cumelén Labrit
(Buenos Aires, Argentina, 1994)
Reside en Córdoba desde el 2012

5 de marzo de 2024

Virginia Gutiérrez de Pineda, Mujeres


Fotografía de Oswaldo Rocha

MUJERES

Rosa Delia de los santanderes, Deyanira del Valle, Carmen Elisa de los llanos del Tolima y el Huila, María de la Costa Pacífica, Alta Gracia del Litoral del Caribe, Raquel de Antioquia, Floralba de la trilogía Caldense, Etelvina de los altiplanos cundiboyacense, Bertila de Nariño y del Cauca, Rosa María de los Llanos Orientales:

Mujeres que lavan arenas auríferas en la pluviosa selva.
Que 'harapean' jirones para vestir a sus hijos.
Que traen 'lichigos' a la espalda en los mercados provincianos.
Que 'bultean' sal y recogen divividivi en los sedientos cardonales guajiros. 
Que bordan capelladas de alpargatas, recogen algodón
y modelan vasijas de barro primigenio.
Que venden 'cocadas' por las calles, anuncian el pescado frito
y cargan en la cabeza la botija de agua en las soleadas llanuras norteñas.
Que enseñan el abecedario y los guarismos en las escuetas aulas.
Que cosen pacotilla mal pagada y escriben cartas de gerencia.
Madres solteras de todos los sitios colombianos.
Co-esposas que comparten el pan y el marido transeúnte.
Mujeres que viven el periódico abandono de su hombre,
siempre en pos de 'otra', o que lloran su muerte.
Madres que conciben, gestan y paren en tugurios, en ranchos de “cuatro estacas”, en la labranza y en la canoa ribereña.
Madres todas que se ganan el pan, que lo multiplican en la boca de sus hijos hambreados y lo mezquinan en la propia.
Que duplican su vida para ser padres y madres.
Indefensas madres, gestoras de esta patria:
para vosotras mi trabajo y mi fe sin límites.





Virginia Gutiérrez de Pineda
(Socorro, Santader, 1921 - Bogotá, Colombia, 1991)
ANTROPÓLOGA/INVESTIGADORA COLOMBIANA/EDUCADORA
en LAS AURORAS, de la Red de Mujeres Víctimas en la Provincia Comunera,
Santander, 2010
para leer una nota en EL PAÍS
y + en UN PERIÓDICO
en WIKIPEDIA



28 de febrero de 2024

Amanda Durán, Desaparece una casa...


Fotografía de Maarit Hohteri

Desaparece una casa
en ella tuve un hijo,
pude ver su carita tantas veces y aun así hay días que no logro recordarla.
Es tan fácil no ver nada afuera de esas paredes, 
Y siempre siento pánico de que se abra esa puerta.
Los rincones vacíos están todos repletos y en alguno de ellos perdí la memoria.
Están conmigo unos muebles que lo adormecen todo,
Y hay en una de las piezas un barranco vacío del que mis pies cuelgan como si saltara,
Desaparece un hijo que sepulta todo tajo de mi voz, tala mi boca
para irme con él me disuelvo
pero mis pies siguen colgando al vacío 
de una casa que desaparece sin un solo rastro de mi carne.




Amanda Durán
(Santiago, Chile, 1982)
Reside en Lima, Perú
POETA/PERIODISTA/ILUSTRADORA
para leer una entrevista 
y + poemas en BLOG TIERRA AMARILLA
+ en HETEROGENESIS
y + en EMMA GUNST
Leído en su FACEBOOK

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