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7 de junio de 2017

Jamila Medina Ríos, Estrategias de babosas


Cindy Sherman "Untitled #97", 1982



ESTRATEGIAS DE BABOSAS

Una de estas noches que se pasan en blanco
sin erratas sin dormir
ven, tigre, a devorar hipopótamos/ gacelas
sobre mi mano adormilada
herida por mil picas por mil hielos.

Ayer en una fiesta
tuve la visión del tempo de las actrices porno
los productores de televisión y las cantantes mundanas
de cabaret

oíamos el último disco del trovador iluminado
y una mujer orinaba
—la saya rosa dejando ver el pubis sin rasurar
estremecido—
en un cuadro contra la pared.

En nuestra única noche
quiero reunir todas las sensaciones probables
pitos de trenes
tremando
perdidos sobre rieles
oros del horizonte disueltos en la arena
de playas privadas vacías
el sabor de las aceitunas negras en vinagre
chocolates con semillas
helados de menta
vinos y yogures de fruta
hongo
de quesos azules holandeses
vello púbico
de una princesa sefardí.

Cuando caiga la noche no me dejes dormir
he preparado un mus
un striptease/ un baile de disfraces
he llenado la alacena
y he secado la leña
puse geranios junto a la ventana
cortinitas suaves
y margarina entre mis nalgas
como en aquellas
tostadas francesas
que te comías en París

hay agua fría en la nevera
y agua caliente en la ducha
si no lo hacemos
por lo menos no dirás
nadie
me atendió en esta casa.

La naturaleza es sabia:
hay serpientes que se pasan por muertas
hay palomas ratas ranas
que despiden un hedor de cadáver
cuando las asfixia el miedo
el pez vampiro se protege virándose al revés
con una capa de espinas de goma
alardes celebración y mímesis.

Gira conmigo hasta que ya no sienta el suelo
fornica conmigo hasta que deje de temer.

Las babosas de mar
convierten el agua en una gelatina viscosa
una baba que se queda entre las manos
mientras escapan mararriba hechas un nudo.

Voy a ponerme bocabajo
tengo miedo del tedio
voy a ponerme bocarriba y de costado
hazme la quinta posición
cuando se ponga la luna
no me dejes dormirme
no me dejes caer
no dejes

no.



Jamila Medina Ríos 
(Holguín, Cuba, 1981)
POETA/PROFESORA/ENSAYISTA/
NARRADORA/EDITORA
para leer más en: POESÍA NÓMADA
en WIKIPEDIA

18 de agosto de 2015

Julia Álvarez, 3 poemas 3


Fotografía de Marta Bevacqua

Yo ya no filialmente y drapeada
sobre tu regazo,
sino más feroz, mujer, una extranjera
que ningunx de lxs dos conoce demasiado bien:
Red Riding Wolf*, como me he puesto
a llamarla a partir del popular libro
sobre las mujeres salvajes internas
que corren con los lobos.
Hasta ahora la mía no ha hecho
grandes progresos,
cada vez que sale sola,
la niña que lleva adentro se cansa,
la nena se queja que quiere irse a casa,
la heroína quiere a su héroe,
y toda yo termino
en la cama con vos!
Esta vez he venido a hablar
de mi transformación,
no segura de si va a resistir

* juego de palabras entre Red Riding Hood (Caperucita Roja) 
y wolf (lobo) (N. de T.)



I no longer daughterly and draped
across your lap,
but fiercer, womanly, a stranger
neither of us knows too well:
Red Riding Wolf, as I’ve grown
to call her after the popular book
about the inner wild women
who run with the wolves.
So far mine hasn’t made
much progress,
each time she sets off on her own,
the girl inside her tires,
the child whines for home,
the heroine wants her hero,
and all of me ends up
in bed with you!
This time I’ve come to talk
of my transformation,
unusure if it will hold





Fotografía de Cindy Sherman
CASTING

Porfirio nos llevó en el auto a Mami y a mí
al pueblo de montaña de la cocinera
a buscar una nueva muchacha para la despensa.
La cocinera le había dado a Mami el dato
de que su pueblo estaba lleno de chicas,
los hombres atraídos hacia las ciudades.
Anduvimos en el auto hasta el interior,
subiendo un camino empinado, serpenteante,
de rezá-tus-últimas-plegarias.
Me incliné hacia mi madre
como si mi peso pudiera llevar
el equilibrio del auto hacia el otro lado
de la caída vertical que había abajo.
Al final de la mañana entramos
en un polvoriento pueblo de chozas.
Mami bajó su ventanilla
y le preguntó a una mujer vieja,
¿Conoce alguna chica
buscando trabajo como sirvienta?
Pronto fuimos rodeadas
por una docena de señoritas.
Bajo la cantina de techo de paja
Mami llevaba a cabo las entrevistas—
una mezcla de preguntas personales
y tests de inteligencia tipo Esfinge.
¿Tenés hijos, un novio?
¿Le pegarías a un niño si te pegara?
Si te doy 25 centavos para comprar
bananas por dos por 5 centavos,
¿cuántas vas a traer?
Mientras ella entrevistaba yo estaba sentada al costado,
mirando a las chicas;
una de ellas estaría pronto
diciéndome qué hacer,
informando sobre mis inconductas.
La mayoría parecían bastante simpáticas,
haciéndose amigas mías con sonrisas,
exclamaciones sobre mi lindo pelo,
mi ser tan bonita.
Ésas eran las que yo prefería.
Las engañaría con miradas dulces,
mejoraría mi mala reputación.
Mientras entrevistábamos oíamos
al lado del arroyo que fluía cerca
una voz alta y clara cantando
una canción de cuna plañidera...
como si la luz del sol que llenaba
las corolas de las allamandas,
el cielo turquesa veteado
de nubes como plumas de ángel,
el arroyo goteando hacia abajo
por el verde esmeralda de la montaña
hubieran encontrado una voz en su voz.
Escuchamos.  La cara dura de
futura empleadora de Mami
se ablandó con una dulzura tranquila.
La voz se acercó, más alta—
una chica delgada con una canasta
de trapos retorcidos sobre su cabeza
pasó por el costado de la cantina,
ajena a nuestra presencia.
¿Quién es ella?, preguntó mi madre.
Gladys, contestaron las chicas.
¡Gladys!, llamó mi madre
como lo haría durante meses por venir.
¡Gladys, vení a llevarte los platos!
¡Gladys, atendé la puerta!
¡Gladys! la joven giró—
Abruptamente, su canto detenido.



AUDITION

Porfirio drove Mami and me 
to Cook's mountain village 
to find a new pantry maid. 
Cook had given Mami a tip 
that her home town was girl-heavy, 
the men lured away to the cities. 
We drove to the interior, 
climbing a steep, serpentine, 
say-your-last-prayers road. 
I leaned toward my mother 
as if my weight could throw 
the car's balance away 
from the sheer drop below. 
Late morning we entered 
a dusty village of huts. 
Mami rolled down her window 
and queried an old woman, 
Did she know of any girls 
looking for work as maids? 
Soon we were surrounded 
by a dozen senoritas. 
Under the thatched cantina 
Mami conducted interviews-- 
a mix of personal questions 
and Sphinx-like intelligence tests. 
Do you have children, a novio? 
Would you hit a child who hit you? 
If I give you a quarter to buy 
guineos at two for a nickel, 
how many will you bring back? 
As she interviewed I sat by, 
looking the girls over; 
one of them would soon 
be telling me what to do, 
reporting my misbehaviors. 
Most seemed nice enough, 
befriending me with smiles, 
exclamations on my good hair, 
my being such a darling. 
Those were the ones I favored. 
I'd fool them with sweet looks, 
improve my bad reputation. 
As we interviewed we heard 
by the creek that flowed nearby 
a high, clear voice singing 
a plaintive lullaby... 
as if the sunlight filling 
the cups of the allamandas, 
the turquoise sky dappled 
with angel-feather clouds, 
the creek trickling down 
the emerald green of the mountain 
had found a voice in her voice. 
We listened. Mami's hard-line, 
employer-to-be face 
softened with quiet sweetness. 
The voice came closer, louder-- 
a slender girl with a basket 
of wrung rags on her head 
passed by the cantina, 
oblivious of our presence. 
Who is she? my mother asked. 
Gladys, the girls replied. 
Gladys! my mother called 
as she would for months to come. 
Gladys, come clear the plates! 
Gladys, answer the door! 
Gladys! the young girl turned-- 
Abruptly, her singing stopped.

(Publicado en The New Yorker, June 12, 1995)




Fotografía de Rebecca Miller
La Casa Blanca ha desinvitado a lxs poetas
al té cultural en honor a la poesía
después de que el Servicio Secreto se enteró de un complot
para llenar los oídos de Mrs. Bush con versos antibélicos.
¿Tenían miedo de que lxs poetas pudieran persuadir
a una muchacha sensible que siempre amó leer,
a una bibliotecaria que llena las estanterías con Poe
y Dickinson? O tenía miedo, ella misma,
de ser influida por las arrulladoras palomas, y vivir en desacuerdo
con los chillones halcones de su familia?

Las sirvientas latinas están guardando las tazas
y las cucharas de plata, tristes por perderse
la música* que rara vez pueden oír
en los sagrados salones... El valet suspira
mientras enrolla las alfombras y pasa el plumero a las persianas.
¡Maldición, un poco de Langston sería bueno
en este lugar triste como un mausoleo!
¿Por qué tiene que ser tan blanca la Casa Blanca?
El chef de Baton Rouge está hambriento de versos
no censurados por Seguridad Nacional.

¡NO HAY POESÍA HASTA NUEVO AVISO!

En cambio los salones son aspirados y preparados
para reuniones a puertas cerradas que planean un ataque
contra aquellxs que siempre llevan la peor parte
del silenciamiento: lxs pobres, lxs desamparadxs,
lxs que sirven, lxs que portan poemas, no armas.
¿Entonces por qué temernos, Mrs. Bush?
usted está casada con un tipo más temible.
Le traemos noticias de gran júbilo—
no sólo paz sino poesía sobre la tierra.


The White House has disinvited the poets
to a cultural tea in honor of poetry
after the Secret Service got wind of a plot
to fill Mrs. Bush’s ears with anti-war verse.
Were they afraid the poets might persuade
a sensitive girl who always loved to read,
a librarian who stocked the shelves with Poe
and Dickinson? Or was she herself afraid
to be swayed by the cooing doves, and live at odds
with the screaming hawks in her family?

The Latina maids are putting away the cups
and the silver spoons, sad to be missing out
on música(*) they seldom get to hear
in the hallowed halls. . . The valet sighs
as he rolls the carpets up and dusts the blinds.
Damn but a little Langston would be good
in this dreary mausoleum of a place!
Why does the White House have to be so white?
The chef from Baton Rouge is starved for verse
uncensored by Homeland Security.

NO POETRY UNTIL FURTHER NOTICE!

Instead the rooms are vacuumed and set up
for closed-door meetings planning an attack
against the ones who always bear the brunt
of silencing: the poor, the powerless,
the ones who serve, those bearing poems, not arms.
So why be afraid of us, Mrs. Bush?
you’re married to a scarier fellow.
We bring you tidings of great joy—
not only peace but poetry on earth.

(escrito al enterarse de que Laura Bush canceló un té para poetas
después de escuchar que algunos de ellos planeaban protestar contra la guerra en Irak)

* en castellano en el original (N. de T.)




Julia Álvarez 
(Nueva York, EE.UU., 1950)
Reside en Vermont
POETA/ENSAYISTA/ESCRITORA
Medalla Nacional de las Artes y Humanidades, 2014
Traducción de Gabriela Adelstein
Propuesta de traducción de Emma Gunst
para leer una nota en: THE NEW YORK TIMES
para leer MÁS
su WEB

15 de junio de 2015

Stephanie Lenox, Disfruto con el robo menor de material de oficina



Fotografía de Cindy Sherman

DISFRUTO CON EL ROBO MENOR DE MATERIAL DE OFICINA

(después de Christopher Smart)

Porque no eres el primero en coger lo que no es suyo.
Porque la empuñadura del bolígrafo se adapta perfectamente a tu mano.
Porque la cadena de clips se transforma un accesorio elegante.
Porque el trabajo engendra más trabajo, y mientras tanto, necesitas una caja de grapas.
Porque hay grapadoras y luego están las grapadoras RESISTENTES.
Porque nunca puedes tener suficientes post-it.
Porque el stock de tarjetas es magnífico y abundante y merece un destino más elevado.
Porque tienes un deseo insaciable de productos de papel.
Porque la oficina recibe una increíble oferta para compras al por mayor.
Porque eres el que realiza todo el pedido.
Porque tus hijos regresan a la escuela y esta es una manera de ayudar a la matrícula.
Porque que no habrá ningún aumento este año.
Porque el gerente te obligó a hacer horas extras tres días seguidos para revisar el presupuesto que debería haberse cerrado el mes pasado, y la compensación fueron unas [carpetas de manila.
Porque el abrecartas rasga con esmero.
Porque todas las plumas Pilot Precise V5 Retractable Rollerball de casa se han secado.
Porque tu hijo está haciendo un proyecto de ciencias y precisa transparencias.
Porque es sólo una pluma, no una pensión.
Porque coger lo que te hace falta es una recompensa implícita del trabajo.
Porque todo el mundo comete errores y necesita un corrector.
Porque uno de cada doce sobres te pertenece.
Porque uno de cada doce archivadores de anillas de cada tamaño te pertenece.
Porque te adeudan una resma en cada caja de papel.
Porque te has dejado los ojos en la pantalla del ordenador.
Porque las muñecas te duelen por la noche por la tendinitis.
Porque han maltratado tus manos montones de expedientes.
Porque tu manuscrito ha sido impreso y copiado a expensas de tu jefe.
Porque tu jefe es un generoso mecenas de las artes y la educación, aunque no lo sepa.
Porque tu jefe tiene un portafolios de cuero con sus iniciales grabadas, y tu calendario de mesa es un pedazo de mierda.
Porque tu jefe ni siquiera sabe cómo poner en marcha el fax.
Por la deferencia del jefe hacia ti considerándote su compañero de trabajo.
Porque has prestado tus oídos a diario a las triviales letras de la radio local que escucha [tu querido compañero de oficina.
Porque has soportado el olor de la trucha recalentada en la sala de descanso.
Porque eres el único que vuelve a llenar la cafetera cuando se ha vaciado.
Porque hay una sobreabundancia de rotuladores fluorescentes, y tú sólo estás
[echando una mano.
Porque tu trituradora de papel favorita es demasiado grande para llevártela a casa.
Porque nadie sabe qué pasa con todos los lápices mecánicos.
Porque has escrito un manual que nadie leerá.
Porque la tinta es cara y apreciada.
Porque indexar facturas y deudas, aún se considera trabajo.
Porque has entregado tu vida a esta empresa, y a cambio nunca tendrás que comprar [otro portafolios doble.
Porque hay un precio que pagar.
Por lo que se llama desgaste.
Por lo que se denomina rendimientos decrecientes.
Por lo que se llama un sustituto para la moral de los empleados.
Porque pasas más tiempo en tu silla con ruedas que en tu propia cama.
Porque esto es lo esperable y parte del presupuesto anual.
Porque los sobres con cierres pequeños sujetan firmemente su contenido.
Porque los sobres con ventanas no son baratos.
Porque reciclar es mostrar respeto por el planeta.
Porque no puedes vivir sin una perforadora de tres agujeros.
Porque los blocs de notas legales han demostrado su valía.
Porque, en primer lugar, llevarás el trabajo a casa de cualquier manera, en espíritu o en [el maletín.
Porque, en segundo lugar, temes que bolígrafos recargables se conviertan en reliquias [del pasado.
Porque, en tercer lugar, estás reduciendo la oficina del excedente de existencias.
Porque, en cuarto lugar, has sacado punta a tus lápices con precisión.
Porque, en quinto lugar, siempre has querido un sello con la fecha.
Porque, en sexto lugar, estás liberando las bandas elásticas y las chinchetas de su [inutilidad.
Porque, en séptimo lugar, podrías ser despedido en cualquier momento, y es bueno tener [reservas.
Porque, en octavo lugar, estás preparando un expediente con tu excelente rendimiento.
Porque, en noveno lugar, serás acusado de cogerlos, tanto si lo has hecho como si no.
Porque, en décimo lugar, es trabajo para abastecer a tu familia.
Porque habrías considerado abandonar la empresa si no fuera por las 20 libras de papel [blanco premium de fibra de algodón con marca de agua.
Porque un hombre o una mujer pueden ser medidos por su surtido de utensilios de [escritura.
Porque sólo el armario de suministros tiene tanto espacio.
Porque la calculadora de energía solar no puede funcionar en interiores.
Porque el cuaderno de mensajes resulta útil en la comunicación con tu cónyuge.
Porque rebanarías el mundo.
Porque adoras a todas las provisiones de oficina por igual.
Porque nadie más que tú sabe realmente lo que valen.





REJOICE IN THE PETTY THIEVERY OF OFFICE SUPPLIES

(after Christopher Smart)

For you are not the first to take what is not yours.
For the ballpoint's grip aligns perfectly to your hand.
For the string of paperclips makes an elegant accessory.
For work begets more work, and in the meantime, you need a box of staples.
For there are staplers and then there are HEAVY-DUTY staplers.
For you can never have enough Post-its.
For the card stock is beautiful and thick and deserves a higher purpose.
For you have an insatiable desire for paper products.
For the office receives an unbelievable deal for ordering in bulk.
For you are the one who does all the ordering.
For your children are returning to school and this is a form of tuition assistance.
For there will be no raises this year.
For the manager kept you after hours three days in a row to review the budget that should have been completed last month, and your compensation is manila folders.
For the letter opener sings with meaning.
For all the Pilot Precise V5 Retractable Rollerball pens at home have gone dry.
For your son is doing a science project and requires transparencies.
For it is just a pen, not a pension.
For to take what you need is an implicit reward of work.
For everyone makes mistakes and has need for whiteout.
For one in every dozen envelopes belongs to you.
For one in every dozen binder clips of every size belongs to you.
For one ream in every box of paper is owed to you.
For you have given your eyes over to the computer monitor.
For your wrists ache at night with tendonitis.
For your hands have been lacerated by the filing stack.
For your manuscript has been printed and copied at the boss's expense.
For the boss is a generous patron of the arts and education, though unwittingly.
For the boss has a leather portfolio with her initials engraved, and this desk calendar, it's a piece of crap.
For your boss does not even know how to turn on the fax machine.
For having considered the boss and yourself, you will consider your coworker.
For you have given your ears daily to the inane lyrics of your officemate's beloved country station.
For you have endured the smell of trout being reheated in the break room.
For you are the only one to refill the pot of coffee once it has been emptied.
For there is an overabundance of highlighters, and you are just helping out.
For your favorite cross-cut shredder is too large to carry home.
For no one knows what happened to all the mechanical pencils.
For you have written the manual that no one will read.
For ink is costly and dear.
For the indexing of bills and debts, which is still considered work.
For you have given your life to this company, and in return you should never have to buy another two-pocket portfolio.
For there is a price to pay.
For it is called attrition.
For it is called diminishing returns.
For it is called a substitute for employee morale.
For you spend more time in your roller chair than in your own bed.
For this is expected and part of the annual budget.
For the envelopes with small clasps hold their contents firmly.
For the envelopes with windows do not come cheap.
For to recycle is to show your respect for the planet.
For you cannot live without a three-hole punch.
For the legal pads have proved their worth.
For firstly work will come home with you either way, in spirit or in satchel.
For secondly you fear that erasable pens will become relics of the past.
For thirdly you are relieving the office of overstock.
For fourthly you have sharpened your pencils to the finest point.
For fifthly you have always wanted a date stamp.
For sixthly you are liberating the rubber bands and pushpins from their uselessness.
For seventhly you could be downsized at any time, and it is good to have reserves.
For eighthly you are assembling a portfolio of your outstanding performances.
For ninthly you will be blamed for taking them whether you have or not.
For tenthly it is your job to supply for your family.
For you have considered leaving the company if it weren't for their 20 lb. cotton fiber premium white paper with watermark.
For a man or woman can be measured by their assortment of writing utensils.
For the supply closet only has so much space.
For the solar-powered calculator cannot function indoors.
For the message pads come in useful when communicating with your spouse.
For you would laminate the world.
For you love all office supplies equally.
For no one but you really knows what they're worth.


(*) Christopher Smart's Jubilate Agno has always been a favorite of mine. I've read Smart's reverential scrutiny of his cat Jeoffrey so often that the anaphora and rhythm of his lines feel inevitable. When I first encountered his work, it intrigued me that he wrote this poem while imprisoned in a madhouse, apparently for being a public nuisance and praying (sometimes naked) in the streets. From Smart's prison cell and mangy cell-mate, fast-forward to the modern cubicle, and you'll see that I've shamelessly stolen from the original in order to write "Rejoice in the Petty Thievery of Office Supplies."



Fotografía de Sabina Samiee
Stephanie Lenox 
(Elgin, Illinois, EE.UU., 1977 )
Reside en Salem, Oregon
Traducción de Carlos Alcorta
para leer MÁS
su WEB

4 de junio de 2015

Glauce Baldovin, 3 poemas 3


Fotografía de Cindy Sherman 
XXV

Mi padre dijo:
Los criollos son vagos.
Yo lo amé.
Levantó la casa aró sembró
Y se echaba de bruces en la tierra para ver crecer los pastos.

Pero en invierno sequía, en octubre granizo, en el verano langostas.
Y otra vez la siembra, la espera, la sequía. El desalojo.
Y Pablo que se muere. Y el silencio.
Y con el silencio, el vino.
Después de todo eso, el vino.

A veces apoyaba sus manos callosas sobre esta mesa blanca
de pino
Me miraba desde lejos y decía:
¿Cómo aguantás, vos, Lucía?
Y las lágrimas le mojaban las manos.



Fotografía de Cindy Sherman 

XXVI

¡Cuánto odiaba su vino!
A veces derramaba gotas en el mantel y quedaban grandes manchas
doradas.

Sábados y domingos volvía más allá de la una cantando un valsecito
Y yo me tapaba la cabeza con la almohada.

¡Cuánto odiaba su vino!
Pero por envidia.
Porque aún hoy iría al almacén y me sentaría en rueda con mi vino
Para volver como él volvía
Sin nada en la memoria.
Tambaleando.




Obra de Anna & Elena Balbusso
XXVII

Ha llegado mi amante. El invierno.

Con frágiles pies camino sobre la escarcha
la quiebro con flores, en catedrales,
en una hierba obstinada por agarrarse a la tierra.
Mojo las manos en el estanque y se me ponen violáceas,
hablo, y un vapor celeste me sale de la boca.
¡Estoy embrujada!

El invierno me hechiza.
El, el mago del sueño,
el que adormece a las plantas y a los animales todos,
a mí me despierta, me embruja, me transforma
en la antigua muchacha
y huye.




Glauce Baldovin 
(Río Cuarto, Córdoba, Argentina, 1928-1995)
de Libro de Lucía, 1986
en Glauce Baldovin, Antología poética
Ediciones Letras y Bibliotecas Córdoba, 2010
Prólogo de Julio Castellanos
para leer MÁS
y + en UNA BALLENA PODRIDA EN LA PLAYA
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