Como la huella de nuestros cuerpos,
no quedará señal de que estuvimos aquí.
El mundo se clausura a nuestro paso
y la arena, nuevamente, se acomoda.
Ya se avizoran fechas
en las que no estarás más;
vientos que arrastrarán nubes
que no derramarán
sobre nosotros lluvia.
Y tu nombre
en las listas de pasajeros de barcos
y en registros de hoteles
cuyas razones, sólo de oírlas,
hielan el corazón.
Los tres idiomas que conozco,
todos los colores con los que veo y sueño:
Ninguno me ayudará.
Yehuda Amijai
(Wurzburg, Alemania, 1924, Israel, 2000)
Traducción de Gerardo Lewin
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extraído de ACÁ