7 de diciembre de 2020

Lara Segade, 5 poemas 5 (+1)


Fotografía de Greta Langianni



Me preparo para verte
como un anfibio a punto
de dejar el agua.

 
Fotografía de Greta Langianni

     
Lo que pedís es preciso:
mi mano
en las partes blancas de tu mano
en el pozo del esternón
en cada sístole, una luz
de pecera
un diagnóstico
un poco de orden.

 

Fotografía de Greta Langianni


Quiero saber si vamos a dejar
la marca de los esqueletos
en la piedra, el dibujo
de un trébol,
algo
de nosotros dos
juntos, en este planeta.

 
Fotografía de Greta Langianni

Tal vez en unos años
seamos agua negra
bajo la tierra
y hagamos crecer todavía
algunos árboles.

 
Fotografía de Greta Langianni

Como los perros
atados en la puerta del súper
a cada rato, el corazón
un vuelco y enseguida
la desilusión, la posibilidad
de que nunca venga
el que esperan
y de ahora en más
esto sea todo.


B O N U S  T R A C K


Fotografía de Charo Larisgoitia


No sé si podríamos vivir
en un lugar como este
bajar
cada diciembre
a las manifestaciones
como quien baja al chino
sentir cómo se filtra, lacrimógeno
el aire de afuera
en nuestro cuarto.
Aunque así nos conocimos
y era diciembre.
¿Podríamos vivir
mirando por la ventana
lo mismo que por la tele?




La maquinaria celesteZindo & Gafuri, 2019




Lara Segade
(Buenos Aires, Argentina, 1981)
POETA/DOCTORA EN LETRAS/
MÁSTER EN PERIODISMO NARRATIVO
para leer + en ETERNA CADENCIA
+ en OPCIÓN






1 comentario:

O. dijo...

Una piña atrás de otra fue esto, pedir una mano en mi mano, una mano en el esternón si hay suficiente confianza corporal, (un diagnóstico si la médica te atiende más de siete minutos), tratar de dejar alguna huella: que alguien se entere de que alguna vez hubo una mano o un torpedo de naranja compartido a las 3 am frente a una estación de servicio (que se entere la mismísima persona con la que compartí ese helado, a la cual hoy llamé después de cierto tiempo y dijo no recordar el hecho), esperar como el perro en la puerta del Coto que venga quien esperamos, que ya decidió que no va a venir, desde que tengo 14 años que deciden eso, y ni siquiera avisan.
Faltaron unos jazmines creciendo indómitos en una casa abandonada, alguien con vergüenza de invitar a alguien a oler jazmines antes de que termine la temporada o comience la demolición, apenas aludiendo a la posibilidad, alguien no respondiendo ese email.

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