28 de agosto de 2017

Marguerite Yourcenar, No debí dudar... (+1)



Fotografía de Imogen Cunningham



NO DEBÍ DUDAR...

No debí dudar; debí acudir
debí llamar; no debí callar.
He seguido por demasiado tiempo mi camino solitario;
nunca presentí que fueras a morir.

Nunca presentí que vería agotarse
el manantial en el que una bebe y se refresca;
No comprendí que bajo la tierra yacen
frutos amargos y dulces que la muerte debe madurar.

El amor no es más que un nombre, la existencia sólo un número;
bajo la ruta del sol yo encontré tu sombra;
mis remordimientos tropiezan con los ángulos de una tumba.

La muerte, menos indecisa, te ha alcanzado.
Si piensas en nosotras tu corazón se compadece
porque una queda ciega cuando se extingue una antorcha.

Traducción de Marina Kohon


JE N’AI SU QU’HÉSITER...

Je n’ai su qu’hésiter ; il fallait accourir;
Il fallait appeler ; je n’ai su que me taire.
J’ai suivi trop longtemps mon chemin solitaire;
Je n’avais pas prévu que vous alliez mourir.

Je n’avais pas prévu que je verrais tarir
La source où l’on se lave et l’on se désaltère;
Je n’avais pas compris qu’il existe sur terre
Des fruits amers et doux que la mort doit mûrir.

L’amour n’est plus qu’un nom ; l’être n’est plus qu’un nombre;
Sur la route au soleil j’avais cherché votre ombre;
Je heurte mes regrets aux angles d’un tombeau.

La mort moins hésitante a mieux su vous atteindre.
Si vous pensez à nous votre cœur doit nous plaindre.
Et l’on se croit aveugle à la mort d’un flambeau.




B O N U S  T R A C K 


FIRME PROPÓSITO

Ni ampararse del día bajo el árbol de nieblas,
Ni morder el verano en las frutas dormido,
Ni besar en los labios lentos de tinieblas
Al muerto evaporado y vano de haber sido.

Ni penetrar el centro del álgebra frío,
Ni en el vacío clavar la máscara infinita.
Ni sembrar el olvido en el glorioso río
Y derramar la nada en la tumba bendita.

Ni rozar, Amor mío, tu boca entregada,
Ni su deseo quemar sin la llama esperada,
Ni arrastrar en el cuerpo rendido la herida.

Ni rezar con las manos juntas de la pena,
Pero traer consigo en la noche serena
El hondo corazón donde sangró la vida.

Traducción de Silvia Barón-Supervielle




Marguerite Yourcenar 
(Bruselas, 1903- Northeast Harbor, Maine, 1987)
-Marguerite Cleenewerck de Crayencour-
POETA/ESCRITORA/TRADUCTORA/DRAMATURGA
de Les Charités d’Alcippe (poemas escritos entre 1929 y 1963)
Gallimard, París, 1984
para leer más en: BATALLA DE PAPEL

2 comentarios:

Marisa Aragón Willner dijo...

Exquusito. AMOR Y MUERTE.

EG dijo...

y arrepentimiento...si escucháramos nuestro corazón evitaríamos tantos dolores, no Marisa?
Saludos

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