23 de junio de 2016

Malena Martinic Magan, 2 poemas 2


Fotografía de Teresa Freitas


VELANDO AL MUERTO

Tengo suficiente tierrita en mis uñas.
Es que acabo de enterrarte.
Arduo fue el intento de eliminarte. Difícil fue el intento.
Casi  una quimera y, por momentos, una utopía... de las más enrevesadas.
Resultó difícil, sobre todo, convencer al corazón.
Siempre me juega un combate desde las antípodas.
Nunca acuerda ni con mi cuerpo ni con lo que pienso.
Tengo un corazón cobarde, poco lúcido y creyente.
Tan esperanzado él con esto del amor, como si fuera cierto.
Tuve largas reuniones argumentando lo imperioso de tu muerte.
Pero él salía con esto del lado izquierdo, del hilo rojo, del para siempre.
Tengo un corazón idiota. Sépanlo.
Así que, acabado el espacio del debate inteligente, le empecé a mentir.
Le dije al corazón que iba a quererte.
Que tus imbecilidades resultaban, en fin, encantadoras.
Que no desearte no implicaba abandonarte.
Que no arder de ganas... no era tan grave.
Que me gustaba fingir.
Que adoraba tus olores, tus chistes y tus torpezas.
Y se sentó en silencio entre las sábanas desordenadas, de dormir no más,
y brindamos con ron pero en silencio.
Mi corazón y yo, por fin de acuerdo.
Con un corazón dormido, intoxicado y en ponzoña. Así recorrí la noche.
Con un corazón espasmódico y trepidante, así recorrí esta calle.
Y te maté con certeza. Sin venganza. Con alivio.
Mordí uñas, tragué tierra.
Con un corazón arrojado a patadas a la alcantarilla es posible matar... para vivir.




Fotografía de Teresa Freitas

TRAMPAS

Cuando hago trampas siento que hago justicia.
Porque a mí sí que me entramparon desde siempre.
Las trampas deberían ser nuevas flores para tanta vida de jardines pequeños.
Me vendieron alegría en risas con chistes complejos, sórdidos, irónicos y elitistas.
Me convencieron de orgasmos a los gritos, jadeando y con litros de sudor.
Me tatuaron a fondo el sentido de lucha en plazas, en marchas y en cafés literarios esperando la revolución.
Me dijeron que los verdaderos amores eran incondicionales y que parir era con dolor.
Me estamparon en mi rígido que la infidelidad era traición, y la doble moral una mentira piadosa.
Me hicieron temerle a los fantasmas y a las brujas europeas.
Me animaron a llorar cuando algo no sale, cuando suena el himno o cuando veo una película de enfermos.
Me dijeron que si no tengo regalo es mejor no ir a la fiesta. Y que en auto se llega más rápido y tranquilo.
Me advirtieron que las arañas son peligrosas y los ratones transmiten rabia.
Me asustaron con sirenas, con ladrones, con calificaciones bajas, con silencios largos.
Me indicaron que sonría a los viejos y a los bebés, por ancestrales y tiernos.
Me apuñalaron el corazón con frases de un amor que nunca llega.
Me dijeron que bailar tango era bailar una pena y que la chacarera era alegría.
Me abrazaron con manos con anillos y sin ternura.
Me ligaron la ilusión a un príncipe color azul. Cuando supe que ni color tenía el chabón...ya era tarde.
Entonces ahora...hago justicia.
Entramparé mi vida una vez más.
Si alguien me cree...bienvenido al mundo de los idiotas.





Malena Martinic Magan 
(Punta Arenas, Chile, 1967) 
Radicada en La Plata, Argentina 
DRAMATURGA/POETA/CUENTISTA
de Amoralarabia, Prosa Amerian Editores, 2015/
reeditado por La raíz invertida, 2022, Bogotá
su BLOG

2 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Me encantó!
...
tengo un corazón cobarde, poco lúcido y creyente...
A mi me resulta fácil enterrar muertos, sin velarlos obviamente.

No conocía a Malena, fue un gusto saber de ella.

Cariños.

EG dijo...

Qué lindos son los encuentros lector-poeta!!!

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