24 de marzo de 2011

Irene Gruss, Mientras tanto


Fotografía de Sonya Jach (Polonia)

MIENTRAS TANTO

Yo estuve lavando ropa 
mientras mucha gente 
desapareció 
no porque sí 
se escondió 
sufrió 
hubo golpes 
ahora no están 
no porque sí 
y mientras pasaban 
sirenas y disparos, ruido seco 
yo estuve lavando ropa, 
acunando, 
cantaba, 
y la persiana a oscuras.



Irene Gruss 
(Buenos Aires, Argentina, 1950 - 2018)
de El mundo incompleto, Libros de Tierra Firme, 1987
su BLOG

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto tu blog, sin pedirte permiso lo incluí en "Los blogs que sigo a diario".
Ahora te pido permiso para seguir visitandote.
un saludo
Gino

EG dijo...

No me hagas sentir mal Gino, yo jamás pedí permiso para seguir a nadie! Si te gusta este espacio sos más que bienvenido! estamos escasas de voces masculinas, eso sí, espero que sepas leer entre líneas y no te enojes mucho con nosotras.
Saludos, Emma

Carmela dijo...

Un fiel reflejo de una triste realidad. La vida sigue.
Besos

vera eikon dijo...

Magnífico poema para el día de hoy(como se dice por aquí, tú no das puntada sin hilo Emma)...No son muchos los que en determinados momentos se reconocerían a sí mismos cerrando las persianas,lavando la ropa. Es un acto de valentía reconocer la propia cobardía o indiferencia, pues en ciertas circunstancias lo que prevalece es el instinto de supervivencia.Pero en sus palabras sí somos muchos los que podemos reconocernos...
Besos

Marga dijo...

Son (seríamos?) tantos los que lavan la ropa mientras tanto...

Magnífica fotografía, muy apropiada, esconder la cabeza no sólo en tierra.

GL dijo...

Me encantó el poema y leerlo un día como hoy. Tremendo post Emma!

José Antonio Fernández dijo...

Suscribo el comentario de Vera, siempre muy acertados. Pero añado que ese instinto de supervivencia no es hacia uno mismo, si no hacia el propio hijo, dicho en el verso "acunando". Mi lectura es la prtotección del hijo hacia las inclemencias externas, el instinto de protección tan arraigado entre las mujeres.
Un gran poema.
Abrazos.

vera eikon dijo...

Qué interesante José Antonio!!!Aunque sí me había quedado prendida de la palabra "acunado", me había puesto a pensar en los otros niños, los que fueron arrancados de sus familias, sin caer (¡tonta de mí!)en el cariz que esa sola palabra le imprimía al texto. Esto es lo bueno de los comentarios, que las palabras de los otros arrojan una nueva luz a nuestra propia visión.
Beso

vera eikon dijo...

"Acunando", quería decir..que se me quedó una "n" enganchada entre los dientes. Por cierto Emma que la imagen me recuerda terriblemente a la poco glamourosa estampa de Sylvia con la cabeza en el horno...¿no hubo en su muerte también algo de agachar la cabeza bajo tierra? Pobre, pobre Sylvia.. Pienso en todos esos poemas que nunca escribió..y que en los que escribió seguramente habitaba el germen de esa muerte prematura...

EG dijo...

Si Vera, la foto la encontré pensando en lo que me habías contado de Sylvia (yo no lo sabía) y después me pareció adecuada...dudé, pero quedó.

Ustedes (todos) no tienen ni la más pálida idea de lo que me hacen pensar con sus comentarios!

Gracias a todos! =)

Malena dijo...

Hay que reconocer que la mayoría se quedó lavando. Y me pregunto que haría yo si hoy volviera a pasar.


No lo sé.

Malena dijo...

Entiéndanme, no es un elogio a la cobardía.
Todos y cada uno de los que salió de su casa a escribir, a gritar, a putear, a cantar ... son admirables, valientes, héroes.

Blue dijo...

No veo cobardía. Veo amor, protección y miedo.
Besos, Emma.

Irene Gruss dijo...

Emma, acabo de pescar tu blog en internet buscando un poema mío que ya no tengo en archivo. Leo los comentarios y, además de agradecerte que hayas publicado este poema, quisiera aclarar algo, que no es poco: lo escribí tratando de expresar la ambivalencia que se vivía en esos tiempos en la Argentina, esto es, apenas redundante, la sensación real de vida y de muerte. Mi primer hijo nació en el '74, yo lo acunaba y al mismo tiempo lo protegía o quería protegerlo de lo que dice el texto que pasaba afuera(y también pasaba dentro de la casa, ¿o no?). En ningún momento se habla de complicidad, creo yo. La ropa se lava antes, durante y después de la dictadura (no estaba cocinando bocadillos ni haciendo guirnaldas); sigo lavando ropa como miles de mujeres y hombres también ahora, en democracia. En ningún momento, creo, esa persiana a oscuras es signo o símbolo de cobardía, negación o lo que fuera. El que lo lee así o tiene cola de paja o no se ha fijado bien en la unidad de sentido. Que justo hayas puesto ese poema un 24 de marzo me llena de orgullo. Mi abrazo, Irene Gruss

Irene Gruss dijo...

Sigo: desde ya, te invito a visitar mis blogs: elmundo incompleto.blogspot.com y lamitadelaverdad.blogspot.com
Irene G

EG dijo...

Gracias a vos Irene! por detenerte a leer y contarnos! Yo subo poemas que me gustan y los lectores me enseñan a comprender más y más y con los/as poetas me pliego, me abro, los siento. Creo, que en su mayoría, hemos entendido el poema. Fue adrede que lo subí el 24 de marzo, lo leí semanas antes y lo guardé para la ocasión.

Muchas gracias Irene, otra y otra vez

Irene Gruss dijo...

Muy bueno tu blog, Emma. Gracias, Irene

Unknown dijo...

Por que crees que la mujer estaba con la persiana a oscuras?

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