Fotografía de Yulia Gorodinski |
Masajeo mi corazón con lo único
que puede hacerle reaccionar ahora,
un poco de música de los noventa.
Obra de Alan Feltus |
TILA
La enfermera me trajo un vaso de plástico
con agua hirviendo y tres bolsitas de tila.
Nunca había tomado tila,
no conocía la muerte
y jamás hubiera imaginado
que el dolor del alma
pudiera tratarse con yerbas.
s/d del autor de la fotografía |
ERA ESO
En la mañana de domingo
Los Fabulosos Cadillacs
suenan como una ventana
completamente abierta al sol.
Correteamos por la casa
con una alegría nueva.
Soñamos despiertos.
Todavía no sabemos nada
de las cosas que vendrán.
Fotografía de Neil Krug |
SESIÓN DE TARDE
¿Te acuerdas de qué lejana quedaba la muerte
en aquella cocina
donde nos metíamos mano al atardecer
cuando no estaban tus padres en casa?
Yo me acuerdo de la luz amarilla
y de tus besos húmedos, mejores que la fruta,
Y de la embriaguez de no cansarme
nunca de tu boca.
Me acuerdo de la hierba entre los dedos de los pies
y del barro de los parques donde pasábamos
tardes infinitas.
Y de que la muerte era algo
que habíamos visto en las películas de Tarantino
y nos hacía reír.
Paula Lamamié de Clairac (Madrid, España, 1981)
FILÓSOFA/BAILARINA/COREÓGRAFA/POETA
extraídos de su blog IOWA LITERARIA
su otro BLOG
3 comentarios:
Un ramillete de preciosos poemas, especialmente el último, me encantan.
un saludo
La muerte en ráfagas...
Creo que la poesía breve es la felicidad pura, aunque de la muerte se trate.
Gracias, Miriam.
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