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Serie “Tendernesses”, obra de Isabella Ducrot Photograph by Giorgio Benni |
TÚ
¿Recuerdas tu primera noche en este mundo?
No fue en El Cairo, París,
Kinshasa o Buenos Aires tu primera noche.
Podrías haber nacido en un pueblo tranquilo junto al río
o junto a un rascacielos
pero tu primera noche fue en la faz de la tierra.
Lo que rodea el lugar de tu nacimiento
no son las ciudades ni las localidades adyacentes
ni siquiera los países o los continentes vecinos
sino las galaxias y los planetas.
Probablemente tu nombre se decidió hace meses
y hubo quien empezó a atribuirte algunas características:
nervioso, tranquilo, reflexivo o sabio
pero tú eres un ser extraño
más cerca del espacio que nosotros.
Contigo no podemos superar la confusión de los primeros momentos
de la llegada del invitado
preguntando por el viaje
esperándote en la sala de parto
o encontrándote en plena calle.
No sabemos exactamente cómo llegaste hasta aquí
ni podemos decirte: “la casa es tu casa”
hasta ahora no sentimos eso
y aunque actuábamos como si poseyéramos este lugar
somos invitados como tú
en este mundo.
Este es un buen momento para recordarlo
y esta es tu primera noche
en la faz de la tierra.
No estabas aquí cuando llovía esta mañana
pero la hierba aún está mojada fuera.
Entonces no sabías lo que era el tiempo.
Los días, las semanas y los meses no significaban
nada.
Después de eso
todo se repetirá,
tus palmas se cerrarán y se abrirán
y empezarás a distinguir la noche del día.
Tus ojos se acostumbrarán a los matices de los colores
luego empezarás a fijarte en las caras de la gente durante mucho rato
de alguna forma.
La ciencia hasta ahora no lo comprende.
Dirás tus primeras palabras
y los mayores te pedirán que las repitas
y por alguna razón también
eso será maravilloso.
Luego el río, el rascacielos
y el rápido tren subterráneo tendrán nombre.
Entonces creerás que posees este mundo
o cosas en él, como tu hermana
o tus hijos
y podrás hacer la guerra
o arrancar los árboles.
A pesar de todo, por muy cruel que seas,
en algunos momentos de tu vida algo te sacudirá
y te recordará tu primer hogar
la vista de las colinas, por ejemplo,
pero eso llegará a su debido tiempo
ahora eres frágil y desconcertante,
todavía no tienes una vida
todos te observan.
Esta es tu primera noche en la faz de la tierra
y el ambiente es como de fiesta
por eso todos te consideran un regalo
pero si repetimos esta frase lo suficiente
“Esta es tu primera noche en la faz de la tierra”
descubriremos que en realidad eres un viajero
que acaba de llegar a una posada
en medio de una tormenta
pero las puertas de la posada siempre están abiertas
nunca se cierran
y tanto tú como la tormenta
entraréis.
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Obra de Isabella Ducrot |
AHORA VEN, POEMA
El último poema que leíste en tu teléfono móvil
-su luz ilumina tu rostro-
en el autobús que viene de Jerusalén
de pie, apoyada en la puerta,
con el bolso entre los pies
y el teléfono en la mano. El poema en el que piensas ahora
al cruzar la rotonda del faro
con las manos en los bolsillos
y la bufanda cubriéndote la mitad de la cara. El poema que
leíste a primera hora de la mañana, antes de despertarte del todo,
antes de que te atacara el mundo. El poema que leíste en tu cama durante la segunda Intifada(1), mientras los tanques rodeaban la zona y aún no sabías nada del mundo. El poema que leíste en un caluroso verano,
en una ciudad extraña donde no conocías a nadie. El poema que leíste mientras
lees otro libro. El poema que leíste a Barshak por la noche, después de que todos los prisioneros se durmieron. El poema que sabe algo que aún no sabes sobre ti misma.
El poema que no recuerdas exactamente pero recuerdas cómo caminaste por Nablus después de él, como si el mundo fuera un gran secreto. El poema que leíste durante la guerra
y no te consoló pero te distrajo durante unos momentos. El poema
que encontraste mientras estabas aburrida hojeando un libro en casa de tus amigos
porque no sabías qué decir. El poema que tu abuelo seguía repitiendo incluso después de perder la razón. El poema que leíste mil veces.
El poema que querías compartir con todos tus conocidos. El poema en el que piensas ahora
al cruzar la rotonda del faro
con las manos en los bolsillos
y la bufanda cubriéndote la mitad de la cara.
Los árboles te detienen
y no sabes adónde vas
como escarcha errante y sola
caminas y bebes la niebla.
(1)La segunda Intifada palestina, o Intifada de Al-Aqsa, estalló el 28 de septiembre de 2000 y cesó el 8 de febrero de 2005, tras el acuerdo de tregua celebrado en la cumbre de Sharm El-Sheikh. Se caracterizó por un gran número de enfrentamientos armados entre la resistencia palestina y el ejército israelí. La chispa del estallido fue la entrada de Ariel Sharon en el patio de la mezquita de Al-Aqsa, acompañado de sus guardias. (N.T.)
(Berlín, Alemania, 1986)
Creció en Ramalla, Palestina
Vive y trabaja en Ramallah
POETA/DRAMATURGA/NARRADORA
de Biografía de los habitantes de la ciudad de R,
Editorial Al-Ahlia, Amman, 2021
Traducción de María Luisa Pietro
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