s/d del autor del autor de la fotografía |
Por la puerta de aquella mi casa
un buen día salieron
todos mis vestidos,
hileras de zapatos,
abrigos viejos,
libros entrañables,
cajas con fotos y calzones,
y las ganas de seguir.
Uno a uno en el camión rentado,
se montaron bultos,
los años que pesaban,
el sartén,
y un par de tazas sin café.
Por el mismo quicio,
cruzaron mudas de ropa,
bolsas llenas de tristeza,
y el temblor en mis pies,
que se aferraban a ese suelo.
Mi lengua tropezaba,
mis entrañas se abatían.
Pero el vértigo de lo incierto,
del futuro promisorio
insistió con la succión.
Esa puerta vio salir
mi porvenir y las cobijas,
el frío de mi espalda,
los abrazos.
Algo se aferró a quedarse,
adherido está en las paredes,
junto al aroma de tabaco,
y el brillo de tus ojos.
Ya hay resignación y entiendo bien
que mudar es desprenderse
para siempre,
aunque el corazón
mantenga intactos los latidos
y no haya más remedio que seguir
del otro lado del umbral.
Rosa Espinoza
(Mexicali, Baja California, México, 1968)
POETA/NARRADORA/EDITORA
de Señero. Poemas 1994-2014, Colección Pinosalados,
Ediciones El Drenaje, México, 2014
su blog ROUS IS ROUS
para leer MÁS
2 comentarios:
Deshacernos de lo viejo e inútil y seguir adelante.
Me gustó mucho, un poema sencillo y entrañable.
Besotes.
Hay que dejar algo, sin dudas... Un abrazo.
Publicar un comentario