6 de marzo de 2013

Gemma Gorga, Últimas reflexiones antes de apagar el ordenador


Obra de Andrew Wyeth (1917 - 2009), Wind from the Sea/Viento del Mar, 1947

ÚLTIMAS REFLEXIONES ANTES DE APAGAR EL ORDENADOR 


¿Cuánto tiempo les queda, a los libros, 

tal y como los conocemos? El olor de las hojas 
cosidas en el orden necesario 
para la emoción, el peso inequívoco 
de la materia sostenida entre 
las manos, la elasticidad de la luz
    –a veces cóncava, a veces convexa–
al pasar cada página. Imagino
la perplejidad de todos esos seres
nacidos con el alma de papel
     –la carcoma, por ejemplo, las arañas, los ácaros,
los insomnes que chupan la sangre blanca
de la celulosa– cuando ya no existan 
libros en las repisas. Pienso también,
claro, en las ventajas derivadas
del cambio: las casas se expandirán,
se abrirá el espacio, aparecerán 
paredes donde no las sospechábamos.
De esa manera tendremos más metros
cúbicos para llenarlos de soledad. 

ÚLTIMES REFLEXIONS ABANS D'APAGAR L'ORDINADOR

¿Quant de temps els queda, als llibres, tal com
ara els coneixem? L’olor de les fulles
relligades en l’ordre necessari
per a l’emoció, el pes inequívoc
de la matèria sostinguda entre
les mans, l’elasticitat de la llum
–a voltes còncava, a voltes convexa–
en passar cada pàgina. Imagino
la perplexitat de tots aquells éssers
que van néixer amb l’ànima de paper
–posem els corcs, les aranyes, els àcars,
els insomnes que xuclen la sang blanca
de la cel∙lulosa– quan no existeixin
llibres a les lleixes. Penso també,
és clar, en els avantatges derivats
del canvi: les cases s’eixamplaran,
s’estendrà l’espai, apareixeran
parets allà on ja no les sospitàvem.
D’aquesta manera tindrem més metres
cúbics per omplir-los de solitud.

ÚLTIMES REFLEXIONES ANTES D’APAGAR L’ORDENADOR

¿Cuántu tiempu-yos queda, a los llibros, tal como
los conocemos? El golor de les fueyes
encuadernaes nel orde necesariu
pa la emoción, el pesu inequívocu
de la materia sostenío ente
les manes, la elasticidá de la lluz
–dacuando cóncavo, dacuando convexo–
al pasar cada páxina. Imaxino
la perplexidá de toos aquellos seres
que nacieron cola alma de papel
–el foroñu, les arañes, los ácaros,
los insomnes que zuquen el sangre blanco
de la celulosa– cuando nun existan
llibros nes estanteres. Pienso tamién,
claro, nes ventayes derivaes
del cambiu: les cases van agrandase,
medrará l’espaciu, van aprucir
parés onde yá non les barruntábemos.
D’esta manera vamos tener más metros
cúbicos pa enllenalos de soledá.

(fabla asturiana)




Gemma Gorga 
(Barcelona, España, 1968)
POETA/PROFESORA
LICENCIADA Y DOCTORA EN FILOLOGÍA HISPÁNICA
de Instruments òptics / Instrumentos ópticos, Valencia, 2005
Traducción de la autora
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para ESCUCHARLA

5 comentarios:

vera eikon dijo...

No concibo la lectura (la vida) sin esa voluptuosidad del libro-cuerpo, asi como la sexualidad no se reduce al orgasmo, sino que es en la caricia, el beso, o ese brillo febril en los ojos, donde se dimensiona y convierte en conmoción esa experiencia...Me niego, me niego...Beso

Darío dijo...

Leer Los bárbaros (sección libros ) de Baricco. Hermoso.

EG dijo...

Tampoco yo Vera, son tan necesarios en mi casa y en mi ser, que no concibo que dejen de ser parte del mundo.

Y la soledad qué? igual anda rondando, siempre.

EG dijo...

No leí nada de Baricco, salvo algunos fragmentos de Seda. Lo voy a tener en cuenta Darío.

Besos a los 2

Javier López-Gomis dijo...

La literatura ha de ser cuerpo. Cada vez más -y no al revés-.

Saquemos el libro a la calle y hagamos de los instantes maravillosos momentos de libro: que los libros pesen, que huelan, que vibren en las manos... como la vida misma.

Gracias por compartir este poema, no conocía a esta autora.

Besos!

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