5 de febrero de 2013

Aída Elena Párraga, Mujeres


Fotografía de Helen Korpak
MUJERES

Yo he visto a una mujer nacer del agua 
con el vientre cargado de promesas, 
con el mundo retozando en sus espaldas. 
He visto sus ojos que imaginan 
un fruto cayendo de su cuerpo 
rodando por veredas y caminos 
creciendo con raíces arraigadas en su pecho. 
Yo sentí en la piel la sonrisa y el presagio, 
la dulce lágrima en la explosión del universo, 
la esperanza de unas alas que se gestan 
aprendiendo a volar entre sus sueños. 
Yo he visto a una mujer 
iluminando el mundo con su vientre 
único faro que la guía 
único asidero a su presente... 
Extraña es de ser tierra la alegría 
y de un satélite amando su creciente. 
Yo he visto a una mujer nacer del agua 
con el mundo ensanchándole el ombligo, 
como dulce granada que madura, 
preparando su carne al sacrificio. 





Aída Elena Párraga 
(San Salvador, El Salvador, 1966)
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7 comentarios:

David Mariné dijo...

este poema no es un ramillete de flores, es un manojo de campos.
abrazo.

vera eikon dijo...

Yo he visto a esa misma mujer nacer de un poema. He visto el dolor del poema cuando la mujer se arrancó de raiz. He visto el poema preparar su carne al sacrificio. "La mujer escribe, y eso es lo que importa.."La mujer es. Me encantó. Beso

Javier López-Gomis dijo...

La mujer... ese aire para el mundo, ese mundo que es el mundo.
Precioso poema...

Mua!

batalla de papel dijo...

Hermoso!!! Da aliento.

Leo Mercado dijo...

todos nacemos
del agua
de una mujer

Anónimo dijo...

Qué bonito es ser mujer al leer esto :)

FRANCISCO PINZÓN BEDOYA dijo...

Gracias por compartirlo, es un grito de mujer... hermosa

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