18 de septiembre de 2012

Marjorie Agosin, 2 poemas 2 (+1)

(*) s/d del autor de la fotografía
LO MÁS INCREÍBLE

Lo más increíble
eran gente como nosotros
bien educados y finos.
Versados en las ciencias abstractas,
asistían al palco de las sinfonías
al dentista
a las escuelitas privadas
algunos jugaban al golf...

Sí, gente como usted, como yo
padres de familia
abuelos
tíos y compadres

Pero enloquecieron
se deleitaban en las quemas
de niños y libros,
jugaban a decorar cementerios
compraban muebles de huesos mancos
comían orejitas y testículos

Se figuraban ser invencibles
ceremoniosos ante el deber
y hablaban de la tortura
con palabras de médicos y carniceros

Asesinaron a los jóvenes de mi país
y del tuyo.
Ya nadie podría creer en Alicia tras los espejos
ya nadie podría pasearse por las avenidas
sin el terror calándole entre los huesos.

(de Zonas de dolor, 1989)


THE MOST UNBELIEVABLE PART

The most unbelievable part,
they were people like us
good manners
well-educated and refined,
Versed in abstract sciences,
always took a box for the symphony
made regular trips to the dentist
attended very nice prep schools
some played golf.

Yes, people like you, like me
family men
grandfathers
uncles and godfathers

But they went crazy
delighted in burning
children and books
played at decorating cemeteries
bought furniture made of broken bones
dined on tender ears and testicles.

Thought they were invincible
meticulous in their duties
and spoke of torture
in the language of surgeons and butchers.

They assassinated the young of my country
and of yours.
Now nobody could believe in Alice through the looking glass,
now nobody could stroll along the avenues
without terror bursting through their bones.

And the most unbelievable part
they were people
like you
like me
yes, nice people
just like us.

(de At The Threshold of Memory,
A Bilingual Critical Anthology, 2003)


(*)

LA ARPILLERISTA (*)

La arpillerista
artesana de despojos
quema con rabia y frío
mientras tiernamente
escoge los residuos de sus muertos
salva el sudario de su esposo
los pantalones dejados en las ausencias
se sumerge en la tela de sangre espumante, silenciosa
y a pesar de que es frágil, crece
soberana sobre su ruca de adobe
sus harapos curtidos
y determinada a contar su historia
más cierta que la tejida por su hermana Filomena
Disruptiva y hermosa,
ella une los fragmentos desgarrados
como una piel verdosa,
y con su disfrazado dedal
escondido en el bolsillo de su delantal modesto
y su aguja  inofensiva,
conjura ejércitos victoriosos
borda sonriente gente humilde, triunfantes,
trae los muertos a la vida
hace agua, campanarios, escuelas, comedores,
soles enormes,
y los picos de la Cordillera de los Andes
abriéndose como portales
de esta ciudad espléndida

(de Scraps of Life: Chilean Arpilleras:
Chilean Women and the Pinochet Dictatorship Hardcover, 1987)

(*) mujeres chilenas que emplearon imágenes de tortura y represión en el bordado
folclórico como medio para denunciar el abuso de los derechos humanos en su país. 
Sus arpilleras retratan y explícitamente articulan lo prohibido. 
En una época de censura donde nadie podía hablar en Chile, 
estas mujeres comienzan a bordar lo que las palabras no pueden decir.


B O N U S  T R A C K 


Ph Francesco Brigida

CARTA DE UNA MUJER PERFUMADA

I

Para escribir cartas de amor
no es necesaria
la cautela
ni el orden
ni encontrar la perfecta esquela
tan sólo encender la lámpara
como se enciende el cuerpo del amor.
Untarse toda,
perfumarse toda
de mieles y sortilegios
elegir la caligrafía más desvelada,
la más humilde.
Entonces, se extiende
se acaricia el empeine de sus plumajes
y comienzan a recogerse las palabras
como el deseo del amor

II

Para escribir cartas de amor
es necesario estar reposada
elegir las palabras como si fueran banquetes clandestinos
vestirse toda de rojo, color deseo, color relámpago
y decir: en esta tarde arrodillada de luz
yo te amo, te entrego un manojo de suaves palabras
como la llave de mi alma

III

Me ilumino toda al nombrarte
nada se pierde
con llamarte en el bosque fallido
con escribirte como sonámbula como
maga toda vestida
de verde
escribir
más que una carta de amor
basta con extender mi mano hacia la tuya
es esa la
vigencia
del perfume



Marjorie Agosin 
(Maryland, EE.UU., 1955) 
Vivió en Chile
POETA/ESCRITORA/CRÍTICA LITERARIA/ACTIVISTA DD.HH
para leer + en ANAQUEL AUSTRAL
y MÁS

6 comentarios:

Sinuhé dijo...

Lo más increíble: iban a misa... y dicen que Dios los perdonaba.

¡Nunca más!

Darío dijo...

Hay sociedades especializadas en matar a sus hijos...doy fe...Un abrazo.

Leo Mercado dijo...

Poesía sanguinaria....

Me gustó mucho.

batalla de papel dijo...

Poemas dolorosos como la historia que narran.
¡Qué la historia nunca se repita!
Un abrazo

patri dijo...

Dolorosos y bellos, muy bellos. Gracias.

Noelia Palma dijo...

!!!!!!!!!!!!!!!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...