(*) s/d del autor de la fotografía |
Lo más increíble
eran gente como nosotros
bien educados y finos.
Versados en las ciencias abstractas,
asistían al palco de las sinfonías
al dentista
a las escuelitas privadas
algunos jugaban al golf...
Sí, gente como usted, como yo
padres de familia
abuelos
tíos y compadres
Pero enloquecieron
se deleitaban en las quemas
de niños y libros,
jugaban a decorar cementerios
compraban muebles de huesos mancos
comían orejitas y testículos
Se figuraban ser invencibles
ceremoniosos ante el deber
y hablaban de la tortura
con palabras de médicos y carniceros
Asesinaron a los jóvenes de mi país
y del tuyo.
Ya nadie podría creer en Alicia tras los espejos
ya nadie podría pasearse por las avenidas
sin el terror calándole entre los huesos.
(de Zonas de dolor, 1989)
THE MOST UNBELIEVABLE PART
The most unbelievable part,
they were people like us
good manners
well-educated and refined,
Versed in abstract sciences,
always took a box for the symphony
made regular trips to the dentist
attended very nice prep schools
some played golf.
Yes, people like you, like me
family men
grandfathers
uncles and godfathers
But they went crazy
delighted in burning
children and books
played at decorating cemeteries
bought furniture made of broken bones
dined on tender ears and testicles.
Thought they were invincible
meticulous in their duties
and spoke of torture
in the language of surgeons and butchers.
They assassinated the young of my country
and of yours.
Now nobody could believe in Alice through the looking glass,
now nobody could stroll along the avenues
without terror bursting through their bones.
And the most unbelievable part
they were people
like you
like me
yes, nice people
just like us.
(de At The Threshold of Memory,
A Bilingual Critical Anthology, 2003)
La arpillerista
artesana de despojos
quema con rabia y frío
mientras tiernamente
escoge los residuos de sus muertos
salva el sudario de su esposo
los pantalones dejados en las ausencias
se sumerge en la tela de sangre espumante, silenciosa
y a pesar de que es frágil, crece
soberana sobre su ruca de adobe
sus harapos curtidos
y determinada a contar su historia
más cierta que la tejida por su hermana Filomena
Disruptiva y hermosa,
ella une los fragmentos desgarrados
como una piel verdosa,
y con su disfrazado dedal
escondido en el bolsillo de su delantal modesto
y su aguja inofensiva,
conjura ejércitos victoriosos
borda sonriente gente humilde, triunfantes,
trae los muertos a la vida
hace agua, campanarios, escuelas, comedores,
soles enormes,
y los picos de la Cordillera de los Andes
abriéndose como portales
de esta ciudad espléndida
(de Scraps of Life: Chilean Arpilleras:
Chilean Women and the Pinochet Dictatorship Hardcover, 1987)
(*) mujeres chilenas que emplearon imágenes de tortura y represión en el bordado
folclórico como medio para denunciar el abuso de los derechos humanos en su país.
Sus arpilleras retratan y explícitamente articulan lo prohibido.
En una época de censura donde nadie podía hablar en Chile,
estas mujeres comienzan a bordar lo que las palabras no pueden decir.
B O N U S T R A C K
CARTA DE UNA MUJER PERFUMADA
I
Para escribir cartas de amor
no es necesaria
la cautela
ni el orden
ni encontrar la perfecta esquela
tan sólo encender la lámpara
como se enciende el cuerpo del amor.
Untarse toda,
perfumarse toda
de mieles y sortilegios
elegir la caligrafía más desvelada,
la más humilde.
Entonces, se extiende
se acaricia el empeine de sus plumajes
y comienzan a recogerse las palabras
como el deseo del amor
II
Para escribir cartas de amor
es necesario estar reposada
elegir las palabras como si fueran banquetes clandestinos
vestirse toda de rojo, color deseo, color relámpago
y decir: en esta tarde arrodillada de luz
yo te amo, te entrego un manojo de suaves palabras
como la llave de mi alma
III
Me ilumino toda al nombrarte
nada se pierde
con llamarte en el bosque fallido
con escribirte como sonámbula como
maga toda vestida
de verde
escribir
más que una carta de amor
basta con extender mi mano hacia la tuya
es esa la
vigencia
del perfume
Marjorie Agosin
(Maryland, EE.UU., 1955)
Vivió en Chile
POETA/ESCRITORA/CRÍTICA LITERARIA/ACTIVISTA DD.HH
para leer + en ANAQUEL AUSTRAL
y MÁS
6 comentarios:
Lo más increíble: iban a misa... y dicen que Dios los perdonaba.
¡Nunca más!
Hay sociedades especializadas en matar a sus hijos...doy fe...Un abrazo.
Poesía sanguinaria....
Me gustó mucho.
Poemas dolorosos como la historia que narran.
¡Qué la historia nunca se repita!
Un abrazo
Dolorosos y bellos, muy bellos. Gracias.
!!!!!!!!!!!!!!!
Publicar un comentario