Fotografía de Michael Kellenter |
EL SUFRIMIENTO DE CIRCE
Al final, hice que
tu mujer me conociera como
un dios haría, en su propia casa, en
Ítaca, una voz
sin un cuerpo: ella
paró de tejer, su cabeza se volvió
primero a la derecha, luego a la izquierda.
Aunque era por supuesto imposible
identificar la procedencia
de ese sonido: dudo
que vuelva a su telar
con lo que ella sabe ahora. Cuando
la vuelvas a ver, dile
que así es como se despide un dios:
si estoy en su cabeza para siempre
estoy en tu vida para siempre.
tu mujer me conociera como
un dios haría, en su propia casa, en
Ítaca, una voz
sin un cuerpo: ella
paró de tejer, su cabeza se volvió
primero a la derecha, luego a la izquierda.
Aunque era por supuesto imposible
identificar la procedencia
de ese sonido: dudo
que vuelva a su telar
con lo que ella sabe ahora. Cuando
la vuelvas a ver, dile
que así es como se despide un dios:
si estoy en su cabeza para siempre
estoy en tu vida para siempre.
CIRCE'S GRIEF
In the end, I made myself
Known to your wife as
A god would, in her own house, in
Ithaca, a voice
Without a body: she
Paused in her weaving, her head turning
First to the right, then left
Though it was hopeless of course
To trace that sound to any
Objective source: I doubt
She will return to her loom
With what she knows now. When
You see her again, tell her
This is how a god says goodbye:
If I am in her head forever
I am in your life forever.
Louise Glück
(Nueva York, EE.UU., 1943 - 2023)
(Nueva York, EE.UU., 1943 - 2023)
en La Diferencia entre Pepsi y Coca Cola ,
Antología de Poesía Norteamericana Contemporánea,
Ediciones Vitruvio, 2007
Antólogo y traductor Julio Mas Alcaraz
Antólogo y traductor Julio Mas Alcaraz
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7 comentarios:
Increíble poema, me encantó ese giro final para la historia de Circe y Ulises :)
gracias por compartir :)
Besos Anouk A., cuánto tiempo pasó desde la última vez que "nos leímos"?
Qué linda sorpresa!
precioso. Grandísima poeta
Hermosho.
Haaaaaaaaaaaaa ese final dios mio!! Que certeza tan grande,
abrazo Emma.
Fantàstico, Emma. Me encantò.
Siempre me mató de pena Circe, que querés que te diga. Y Penélope se merecía saber la verdad. De paso le podría haber comentado lo de las sirenas.
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