Indiana |
Hija, si en algún momento,
mientras estás ocupada en crecer,
-dura y lícita tarea-
puedes mirarme a los ojos,
hazlo.
No te dejes las preguntas
para cuando sea la misma voz
la que cuestione y la que responda.
Mira que en esta familia
tenemos la dolorosa costumbre
de conocernos mejor de muertos.
de La alambrada de mi boca, Baile del sol, 2007
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12 comentarios:
uf, me ha llegado como un arponazo al corazón.tristes recuerdos.
Hermosos ojos los de ella.
Y sabias, muy sabias palabras.
Un abrazo.
Siempre te leo.
No me he conocido mejor que a través de mis hijos.
Durísimo. Y casi una sentencia del comportamiento humano.
Y cuantos esperamos a que se nos mueran las gentes para quererlas.
Espero que mi hijo me mire a los ojos, pero con los tiempos que corren...
Yo creo que quiero a mis muertos como los quise de vivos, salvo alguna excepción.
Saludos
Hola Dissortat! yo también los quiero igual, excepto a uno de ellos, porque lo quiero más y más
...pero no habla de quererlos, sino de conocerlos, y es ahí donde solemos ser lentos en aceptar a los otros como son, o intentar indagar en profundidad (creo)
Que nuestros hijos, el futuro, miren hacia delante, con la mirada cargada de recuerdos.
Un beso, amiga!
El problema es que los hijos tienen preguntas pero no les gustan nuestras respuestas.
Un gran poema.
Me gusta mucho
tanto como la foto
Estaría bueno, agregar, que cuando ellos averiguen una respuesta que nosotros no dilucidamos, nos la compartan... y nosotros aceptar que ellos también nos enseñan a diario-
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