19 de enero de 2011

Ana Pérez Cañamares, Hija...

Indiana


   Hija, si en algún momento,
        mientras estás ocupada en crecer,
        -dura y lícita tarea-
        puedes mirarme a los ojos,
        hazlo.

        No te dejes las preguntas
        para cuando sea la misma voz
        la que cuestione y la que responda.

        Mira que en esta familia
        tenemos la dolorosa costumbre
        de conocernos mejor de muertos.



Ana Perez Cañamares 
(Santa Cruz de Tenerife, España, 1968)
de La alambrada de mi boca, Baile del sol, 2007
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12 comentarios:

Carmela dijo...

uf, me ha llegado como un arponazo al corazón.tristes recuerdos.

Mariana Rojas dijo...

Hermosos ojos los de ella.
Y sabias, muy sabias palabras.

Un abrazo.
Siempre te leo.

Errata y errata dijo...

No me he conocido mejor que a través de mis hijos.

Edmundo dijo...

Durísimo. Y casi una sentencia del comportamiento humano.

Darío dijo...

Y cuantos esperamos a que se nos mueran las gentes para quererlas.

◊ dissident ◊ dijo...

Espero que mi hijo me mire a los ojos, pero con los tiempos que corren...

Yo creo que quiero a mis muertos como los quise de vivos, salvo alguna excepción.

Saludos

EG dijo...

Hola Dissortat! yo también los quiero igual, excepto a uno de ellos, porque lo quiero más y más

EG dijo...

...pero no habla de quererlos, sino de conocerlos, y es ahí donde solemos ser lentos en aceptar a los otros como son, o intentar indagar en profundidad (creo)

ladelacajita dijo...

Que nuestros hijos, el futuro, miren hacia delante, con la mirada cargada de recuerdos.
Un beso, amiga!

José Antonio Fernández dijo...

El problema es que los hijos tienen preguntas pero no les gustan nuestras respuestas.
Un gran poema.

Anónimo dijo...

Me gusta mucho
tanto como la foto

Anónimo dijo...

Estaría bueno, agregar, que cuando ellos averiguen una respuesta que nosotros no dilucidamos, nos la compartan... y nosotros aceptar que ellos también nos enseñan a diario-

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