16 de julio de 2022

Nieves Viviani, Mujeres


Ilustración de Carolina Grandinetti
The prize / El premio

MUJERES 

La muchacha del huerto escondiendo el bulbo de la flor entre verduras,
la silenciosa retraída que lame los ladrillos,
la que es tasada y vendida según su dentadura,
la que de niña encontró una caracola y dedicó su vida a interpretarla,
la que fue quemada por apóstata,
la que fue quemada por mística,
la que fue quemada porque sí,
la dobladora compulsiva de ropas amarillas,
la que no lo sabe pero mañana será Antígona,
la que no lo sabe pero mañana será Casandra,
la vendedora de diarios que jamás sabrá leer,
la que oculta entre sus medias papel de cigarrillo para escribir,
la que ahora está siendo cambiada por cabras,
la que ahora está siendo asesinada por hombres probos,
la que se esconde en un convento para  pensar,
la que sabe que si tiene un hijo parirá su propia muerte,
la que sabe que si no tiene un hijo parirá su propia muerte,
la que sangra su útero a mitad del discurso sobre filosofía de la vida
impartido por hombres,
la que encuentra la palabra salvadora en un libro hallado en el basural,
la que esconde un amuleto en el bolsillo de su hija 
para que atraviese el bosque,
la que cree en los bosques y en sus cantos,
la que teme a los bosques y a sus señores,
la que coloca una flor en las manos del muerto,
la que sabe que debe irse y espera palpitante la llegada de la noche,
la que perdió a toda su aldea por la peste y sólo se pregunta:
¿por qué yo no? ¿ por qué yo no?.
la que sólo conocerá del mundo una caja oscura,
la que atraviesa un desierto psíquico o geográfico para abrazar a su hijo,
la que sostiene a la noche con su melodía ancestral,
la que no comprende cómo su cuerpo puede resistir tanto,
la que rehúsa entregar su alma a una fábrica y canta para adentro, canta,
la que deja el viejo buey con el arado para parir sola bajo el árbol,
la que es repudiada y muerta  por sangrar,
la que es repudiada y muerta  por no sangrar,
la que danza y llora, danza y llora,
la que sabe que su hija podrá tener sus mismos ojos pero jamás su mirada
porque hay cosas que son intransferibles,
la que padeció la tragedia que luego un griego escribió,
la que fue encarcelada por no tolerar iniquidades y aún sigue allí,
la que aprendió que callar puede salvar una vida,
la que aprendió que gritar puede salvar una vida,
la que no pudo amamantar porque sus pechos
les fueron cercenados en la guerra,
la que recita versos alrededor del fuego,
la que fue obligada a cavar su propia tumba,
la que nunca oyó hablar de poesía y ella misma es la poesía en estado puro,
la que aprendió que el amor es uno aunque sus formas sean infinitas,
la que cambió su nombre para poder ser, 
la que desafió a Barbazul , vivió para contarlo y la que no,
la que consumida de pasión rehúsa el trato con personas,
la que dormita sentada por la enfermedad y aun así lee y lee,
la que escribe con sangre porque ya no hay ninguna otra cosa de  que valerse,
la que solamente mira el mar,
la que llora a los muertos silenciosamente en un rincón,
la que reza para que los vivos no sean muertos,
la que prefiere morir corriendo en la nieve antes que ser ultrajada 
por los hombres de su propia familia,
la que para ser aceptada cocina, lava y plancha,
la que habla con animales y con flores,
la que acompaña la muerte del pajarito hasta el final y lo vela llorando,
la que pasa toda su vida reclamando justicia ante los sordos,
la que escribe en un muro los nombres de los desaparecidos,
la que prende un cigarrillo en el patio estrellado
cuando todos duermen , y es su único momento de paz,
la que repite en su pecho la palabra sagrada, impronunciable,
la que sabe que si no aprende rápido las reglas, será descartada,
la que disimula su inteligencia y su pasión para no ser devorada por caníbales,
la que recibe los huesitos en una manta y los mece dulcemente hasta perder la cordura,
la que salta porque el cuerpo no puede soportarlo todo,
la que no entiende la lengua del colonizador pero intuye,
la que entra a una iglesia por primera vez y ríe ante lo bello y lo sagrado,
la que come, respira y sueña con inocencia,
la que cree en todos los cuentos de hadas y encantamientos,
la que amortaja al rebelde cuando todos huyen,
la que abandona la sala porque no puede cantar lo que todos cantan,
la que inventa palabras nuevas para decir lo nuevo,
la que reparte migajas equitativamente,
la que ordena sus cuentas antes de morir, porque primero es lo primero,
la que corta sus piel para ver cómo es la sangre,
la que pide¡ por favor silencio, silencio! porque quieren nacer sus versos,
la que mañana pintará rastros de Absoluto pero serán relegados al galpón de los trastos,
la que enseña que el alma no debe descuidarse y por eso primero alimenta el cuerpo de sus alumnos,
la que vende leche de cabra durante un año para comprar cintas de colores,
la que se mira al espejo y dice:- Algo más debe haber.
La que entierra a su alma por un tiempo, hasta encontrar al amigo indicado,
la que interrumpe los abrumadores discursos académicos con preguntas inoportunas,
la que mira por la ventana y sueña,
la que resiste a todos los recaudadores, especialmente a los de almas,
la que sabe que no es necesario ni leer ni escribir  para abrazar a la poesía,
la que nació tormenta y fuego en la familia de los serenos,
la que nació serena entre los tormentosos,
la que rompió cadenas que sujetaban sus pies y fue un trabajo duro
 porque nadie podía verlas,
la que encontró 243 palabras escondidas en la palabra orquesta,
la que dijo- Es suficiente. Y empezó de nuevo.
La que entendió por qué un tambor no suena aquí igual que en África,
la que provocó la lluvia sin quererlo,
la que dijo.- Es bueno tener los ojos abiertos,
para ver con claridad lo que parece espeso.
La que por negarse fue convertida
en alimento de cuervos,
la que sabe que la música es lo único que tenemos,
la que inventa ceremonias para poder resistir.
Y la que entre ellas avanza 
con la garganta incendiada de ternura y terror.

Y canta.



Nieves Viviani 
(Concordia, Entre Ríos, Argentina, 1973)
POETA/ESCRITORA/DOCENTE/
LICENCIADA EN PEDAGOGÍA SOCIAL
de Poemas, Ediciones del Clé, Nogoyá, Entre Rios, 2020
para leer + en IDENTIDAD COLECTIVA


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente Nieves!!

La Andy dijo...

Amiga te pasaste muuuy emotivo!!! 😃🥰🙌

lunaroja dijo...

Bestial!
Qué belleza...

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