LYRIC SHAME
Yo que perdí la infancia de todos los idiomas
Yo que ahora tengo el pico encorvado
Yo que ahora vengo a desdecirme
Yo que he rehusado oficios y tareas
Yo que ofendí el hombro de Atenea
Yo que fui mascota de viles mentores
Yo que fui cría de nodrizas elementales
Yo que no puedo dormir si hay libros en el cuarto (ellos mienten)
Yo que no pude dormir después de escuchar la voz de Alejandra Plath
Herr Gawd, Herr Lucifah, yo que temí que no atendieran el llamado
Yo que estrené el vestido del ramaje putrefacto
Yo que hablé en señas con las amortajadas
Yo que sufro la persecución del metrónomo infernal
Yo que asumí medidas y pociones de piedra roja
Yo que quemé en la hoguera los libros de la grima
Yo que exijo el caos y el debido proceso
Yo que no fui expulsada de la república
Yo que he olvidado bibliotecas enteras una y otra vez, y luego otra vez
Yo que he perdido libros que nunca tuve
Yo que exijo la devolución de los libros que nunca tuve
Yo que no supe dar puntada cierta sin clavarme
Yo que fui humillada por todos los aguaceros a las cinco en punto
Yo que siempre tuve una caligrafía dudosa, en el mejor de los casos
Yo que me perdí en los andenes de mis sentidos y mis tinteros
Yo que al ausentarme brillo en ingrata presencia
Yo que viví en cuartos sin cerrojo
Yo que trepé a la percha de una arpía
Yo que nunca había leído a Ibarbourou ni a Gema Gavidia ni a Clara Sabater
(magistrales, muchas gracias, de nada, hasta siempre)
Yo que nunca supe desembarazarme
Yo que encerré las aves en mis costillas
Yo que fui incapaz de darles presa viva
Yo que supe de un poema inenarrable
Yo que escribí cartas a gatos abisinios
Yo que creí que mis madres eran eternas
Yo que ando abuhada y encarnecida
Yo que ahora tengo un pico de plata
Yo que ahora empuño un pico y una pala
Yo que soy explícita piedra dura qué locura
Yo que esculpí la tierra y su paisaje
Yo que ahora escupo guijarros y lentejas
Yo que malgasto la gracia y el aplomo
Yo que fui ahijada de un carcelero
Yo que supliqué ser desheredada
Yo que recibí en herencia la ciudad de Caracas
Hasta el día del juicio final riendo y llorándome de mí misma
Hasta el día del juicio final desigualándome de los Cadenas
Hasta el día del juicio final hilando y deshilándome del carrete
Hasta el día del juicio final evitándome a toda costa cuando me encuentro
Yo que vengo a hundir el pico en mi tierra talada
Yo que ahora vengo a desdecirme
Yo que ofendí el hombro de Atenea
Yo que ahora tengo el pico encorvado
Yo que perdí la infancia del idioma
Yo que nunca supe tensar el hilo
Fotografía de Lise Sarfati |
MIRROR WOMAN
What in the world have I stitched and patched?
Cuando mueras,
quemaré
tu ropa,
tus pañuelos
y tus sábanas,
rasgaré tu máscara
de oxígeno,
y enviaré
tu espíritu
a las páginas
del Kuunmong.
¿Qué demonios
o ángeles
he cosido
y remendado?
¿A quién he
atado en
mis fardos?
Mi gusano
de seda
tiene
seis ojos
que vigilan
el cauce
de mi aguja
por lo que antes
fue tu cuerpo.
B O N U S T R A C K
DECRETO
La República expulsa a todos sus ciudadanos,
Y prohíbe la salida a todos sus poetas.
(Halifax, Canadá, 1957)
Nacionalizada venezolana
POETA/TRADUCTORA/SOCIÓLOGA/LICENCIADA EN LETRAS/MÚSICA
de El hilo atroz, Poesía Ediciones, 2021
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