YO, PECADORA
Confieso,
que maté a una flor por la espalda
y le disparé a la cigüeña.
Confieso
que me comí todas las manzanas
y que suspiro tres veces
al encenderse la luna.
Que le mentí a la inocencia
y golpeé a la ternura.
Confieso que he deseado a mis prójimos
y que tengo pensamientos impuros
con un santito.
Confieso que me vendí por dinero.
Que no soy yo
y que he pecado de pensamiento,
palabra y omisión
y confieso, que no me arrepiento.
(de Las Tentaciones de Eva, Colección de Premios Luis Oyarzún, 2003
Secretaria Ministerial de Educación, Región de los Lagos, Puerto Montt)
Quiero sentir el calor de su boca
y el animal desatado de su lengua
y caminar sobre sus dientes,
desnuda.
Encontraré su aliento y volaré
siguiendo la paloma que cruza las palabras,
me tentará la manzana que cuelga en su garganta
y la ignoraré porque 2000 años
me han dado la experiencia.
Un suspiro me arrastrará por todo su pecho
y al fin, entre lágrimas rojas, encontraré a dios palpitando
en su trono.
(de Las Tentaciones de Eva, Colección de Premios Luis Oyarzún, 2003
Secretaria Ministerial de Educación, Región de los Lagos, Puerto Montt)
LOS AROMAS DE UN HOMBRE
como un Adán recién puesto en la tierra.
Hay olor a cascadas en tu pecho,
hojas secas y flores en tu aliento.
Un olor marino te atraviesa el cuello,
aroma de campo que desciende en tu cuerpo.
Musgos bajo tu ombligo
fragantes de deseo.
Olor de lava quemando tus piernas.
Cenizas en que ardiste.
Huele a humo tu ausencia.
(de Las Tentaciones de Eva, Colección de Premios Luis Oyarzún, 2003
Secretaria Ministerial de Educación, Región de los Lagos, Puerto Montt)
Repito este mi rezo
por si vienes.
Aquí, frente a las olas
me arrodillo.
Invoco tus cabellos
anudados por la sal.
Espero a que aparezcas
en la tercera ola niño-pez.
Que me trague el mar.
Que me lleven desnuda por la espuma.
Y allí, donde entre piedra venga arena.
Espero me ilumines en la tercera ola.
Ya sabes que son tres los arco iris
derramados en el aire.
Ya sabes que me duermo entre las rocas
esperando a que aparezcas.
Repito este mi rezo
hasta que vengas.
Envuelto en esas algas que te crecen
desde el sueño a la tristeza.
Fotografía de Sarah Ann Loreth |
DE AGUAS Y BARBECHO
III
Soy la maldita:
la que puso manzana en tu boca,
la que dio de la misma a los otros
condenándolos
bajo el sol a doblar la espalda.
La que te besa en la boca cuando te traiciona.
Mientras tú,
en esta historia te lavas las manos.
(de Pu llimeñ ñi rulpázuamelkaken. Seducción de los venenos,
Colección Entre Mares, LOM Ediciones, Santiago, 2008)
Colección Entre Mares, LOM Ediciones, Santiago, 2008)
Roxana Miranda Rupailaf
(Osorno, Chile, 1982)
POETA/PROFESORA DE LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIÓNpara leer una entrevista en Revista Ñ
1 comentario:
Me ha encantado! NO sabría cual elegir, son todos inmensos. Qué potentes estos versos, reivindicar la piel y el deseo, la libertad, la hembra.
Gracias!
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