10 de agosto de 2017

Ilse Aichinger, 6 poemas 6


Fotografía de Charlie Davoli

DEDICATORIA

No os escribo cartas,
pero no me costaría morir con vosotros.
Descenderíamos por las lunas,
el primer descanso aún tendría lugar
con los corazones de lana,
el segundo nos encontraría con lobos
y matas de frambuesa
y el fuego que no alivia, en el
tercero yo ya estaría
en vuestro cielo con vosotros
a través de delgadas nubes cayendo
con sus exiguos musgos
y abundancia de estrellas
que cruzamos tan fácilmente.

(Traducción de Aina Torrent-Lenzen)

WIDMUNG

Ich schreibe euch keine Briefe,
aber es wäre mir leicht, mit euch zu sterben.
Wir ließen uns sacht die Monde hinunter
und läge die erste Rast noch bei den wollenen Herzen,
die zweite fände uns schon mit Wölfen und Himbeergrün
und dem nichts lindernden Feuer, die dritte, da wär ich
durch das fallende dünne Gewölk mit seinen spärlichen
Moosen
und das arme Gewimmel der Sterne, das wir so leicht
überschritten,
in eurem Himmel bei euch.






Fotografía de Charlie Davoli

CONTADOS

El día en que
viniste al hielo sin zapatos,
el día en que
se llevaron a los dos terneros
al escorchador,
el día en que
con una bala atravesé mi ojo,
pero no más,
el día en que
en el folleto del carnicero ponía
que la vida continúa,
el día en que continuó.

(Traducción de Aina Torrent-Lenzen)


ABGEZÄHLT

Der Tag, an dem du
ohne Schuhe ins Eis kamst,
der Tag, an dem
die beiden Kälber
zum Schlachten getrieben wurden,
der Tag, an dem ich
mir das linke Auge durchschoß,
aber nicht mehr,
der Tag, an dem
in der Fleischerzeitung stand,
das Leben geht weiter,
der Tag, an dem es weiterging.





El poemario Verschenkter Rat apareció en 1978. Su publicación causó sorpresa porque hasta entonces solamente habían aparecido poemas sueltos. Los poemas de Verschenkter Rat no vienen ordenados según su nacimiento. Cada uno de ellos representa una noticia de un día, que no es posible situar cronológicamente. El estilo es lapidario y apodíctico. La autora cuestiona y pregunta. También aquí abundan las paradojas. En todo momento define Ilse Aichinger qué es la realidad, no aceptando una manera determinada de entenderla: la rompe, la deshace, la desintegra. Muchas de sus obras se desarrollan en estaciones finales o en lugares vacíos, en los que nada puede ser prometido ni garantizado. Los textos de Ilse Aichinger se han vuelto con el tiempo más y más lacónicos. A veces, se limitan a reproducir cadenas de palabras extrañas o poco claras de significado. Durante largas temporadas, Ilse Aichinger ha dejado de escribir. Su obra es el testimonio de una poética del silencio en sentido literal.

(de Ilse Aichinger: La poetisa del silencio, estudio de su obra por Kathrin Kinne y Aina Torrent-Lenzen)




Fotografía de Charlie Davoli

RESPUESTA INVERNAL 

El mundo es de la materia 
que exige contemplación: 
ya no quedan ojos 
para ver los prados blancos 
ni oídos para oír entre las ramas 
el revolotear de los pájaros. 
Abuela, ¿a dónde se han ido tus labios 
para saborear las hierbas 
y quién nos huele el cielo hasta el final? 
¿De quién son las mejillas que aún hoy 
se desuellan en los muros del pueblo? 
¿No es un bosque sombrío 
éste en el que hemos caído? 
No, abuela, no es sombrío, 
lo sé, he vivido mucho tiempo 
con los niños en el linde 
y tampoco es un bosque. 


(de Consejo gratuito, Colección Linteo Poesía nº 28,
Ediciones Linteo, 2011 / Traducción de Rosa Marta Gómez Pato)


WINTERANTWORT

Die Welt ist aus dem Stoff,
der Betrachtung verlangt:
keine Augen mehr,
um die weißen Wiesen zu sehen,
keine Ohren, um im Geäst
das Schwirren der Vögel zu hören.
Großmutter, wo sind deine Lippen hin,
um die Gräser zu schmecken,
und wer riecht uns den Himmel zu Ende,
wessen Wangen reiben sich heute
noch wund an den Mauern im Dorf?
Ist es nicht ein finsterer Wald,
in den wir gerieten?
Nein, Großmutter, er ist nicht finster,
ich weiß es, ich wohnte lang
bei den Kindern am Rande,
und es ist auch kein Wald.




Fotografía de Charlie Davoli

FUERA DEL PAÍS 

Libros de bibliotecas extrañas, 
palomas fortalecidas. 
Si dependiera de los lugares 
que somos capaces 
de abandonar, 
con sus frambuesos, 
con las telas 
que ya se pliegan con el viento; 
cambian silenciosos detrás de nosotros, 
mientras nosotros permanecemos 
en las cálidas espaldas 
de los jardines, de piedra 
o de arena. 

(de Consejo gratuito, Colección Linteo Poesía nº 28,
Ediciones Linteo, 2011 / Traducción de Rosa Marta Gómez Pato)



Fotografía de Charlie Davoli

VIEJA MIRADA

Me he acostumbrado a esta ventana
y a que la nieve caiga a través de mis
      ojos;
pero ¿quién siguió a los que se perdieron
a través de la puerta abierta del jardín?
¿Quién dispuso lo que allí había,
el barril de lluvia,
y la luna como luna,
todas las hierbas heladas?
¿Quién se columpiaba antes de la mañana
y hacía chirriar las cuerdas?
¿Quién puso la mano de cera
en la ventana de la cocina,
se sentó en el blanco
y me acogió a mí misma?

(de Consejo gratuito, Colección Linteo Poesía nº 28,
Ediciones Linteo, 2011 / Traducción de Rosa Marta Gómez Pato)




Fotografía de Ben Zank

EL LINDE DE LA MONTAÑA

Pues qué haría yo 
si no estuviesen los cazadores, 
           mis sueños, 
esos que por la mañana 
del otro lado de las montañas 
descienden, bajo la sombra. 

(de Consejo gratuito, Colección Linteo Poesía nº 28,
Ediciones Linteo, 2011 / Traducción de Rosa Marta Gómez Pato)




Ilse Aichinger 
(Viena, Austria, 1921-2016)
para leer más en OJOS DE PAPEL
en WIKIPEDIA

1 comentario:

una chica de ojos marrones dijo...

me han encantado!! los seis! así que de aquí me voy a ver si encuentro algo de ella para seguir leyendo!!
gracias por estos maravillosos descubrimientos!!
y muchos besos!!

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