SOY MUJER
Trataron de convencerme
de mi vocación para el sacrificio,
de mi invulnerabilidad ante el deseo,
de cargar un fardo de culpas.
Muchos me soñaron
como una sombra callada.
He recibido embustes.
He aceptado aplausos.
Me he equivocado.
Hice antesala
esperando turno para una dádiva.
Transé.
Insospechada,
espesa,
la vigilia habitaba la bodega de mi casa.
Cual bombillo desnudo
mientras yo sufría una pesadilla,
alumbró mi cara.
Desperté
jurándome fidelidad,
con los ojos maltratados, en una calurosa mañana.
Desde ese día
no ha sido nada fácil,
pero en mis territorios
se instaló la esperanza.
Recuperé mi orgullo de madre
del que alguien quiso avergonzarme.
Defendí mi espacio en la lucha
y en el trabajo.
Exigí una heredad
para el cultivo
de mi ser lleno de ansias,
con algunos deseos concretos
y otros… no tan inmediatos.
Mi heredad de mujer que precisa,
también,
la geografía del amado.
de mi vocación para el sacrificio,
de mi invulnerabilidad ante el deseo,
de cargar un fardo de culpas.
Muchos me soñaron
como una sombra callada.
He recibido embustes.
He aceptado aplausos.
Me he equivocado.
Hice antesala
esperando turno para una dádiva.
Transé.
Insospechada,
espesa,
la vigilia habitaba la bodega de mi casa.
Cual bombillo desnudo
mientras yo sufría una pesadilla,
alumbró mi cara.
Desperté
jurándome fidelidad,
con los ojos maltratados, en una calurosa mañana.
Desde ese día
no ha sido nada fácil,
pero en mis territorios
se instaló la esperanza.
Recuperé mi orgullo de madre
del que alguien quiso avergonzarme.
Defendí mi espacio en la lucha
y en el trabajo.
Exigí una heredad
para el cultivo
de mi ser lleno de ansias,
con algunos deseos concretos
y otros… no tan inmediatos.
Mi heredad de mujer que precisa,
también,
la geografía del amado.
(de La sonrisa de Penélope y su costumbre del adiós,
Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1993)
Fotografías de Míla Preslova |
PENÉLOPE
Si hay que decir adiós, se dice
Si hay que llorar, se llora
¡Todo tiene su tiempo!
Hoy
Con la aguja de mi reloj
con las puntadas del esfuerzo
el amor
los besos
con el hilo vivido
tejo
¡Este es mi tiempo!
Mañana
Con las mismas agujas
con las mismas puntadas
con el mismo hilo
con toda mi voluntad
mi pericia y mi cuidado
tal vez, como Penélope, desteja.
(de La sonrisa de Penélope y su costumbre del adiós,
Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1993)
Fotografía de Marius Filipoiu |
OCURRE
Ocurre
que la vida entre papeles,
informes, reuniones y cursos
me arrebata el tiempo
Ocurre
que los retoños de la plantita
sobre mi escritorio
pasan inadvertidas y sin cuidado.
Ocurre
que la queja doliente y laberíntica
de la compañera hastiada
por la explotación doméstica
y el trabajo rutinario
no encuentra mi eco.
Ocurre
que aplazo mi salida por esas calles
para conversar con aquella niña de grandes ojos negros,
y de mirada crecida de tristeza
que anda, huraña, por ahí,
vendiendo chicles o pidiendo limosna
sin ir a la escuela.
Ocurre
que la nota oficial del recibo telefónico:
“Todo costarricense tiene derecho a la educación”
sólo esboza en mí una sonrisa doliente
por una intención de crítica pospuesta,
Ocurre
que me desaniman
los cambios que el maestro
reconoce apenas en lo más evidente.
Ocurren
tantos llantos,
regocijos, soledades,
agonías, victorias…
que sólo han contado
con mi propia ausencia…
(de La sonrisa de Penélope y su costumbre del adiós,
Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1993)
Fotografía de Marius Filipoiu |
¿POR QUÉ?
¿Si duele
hoy una trivialidad
y mañana una espina lastima demasiado.
Si empiezan a cansar
los temores, las fobias,
las excusas del amado.
Si maltratan los límites
y las cosas han cambiado.
Si algo se va achicando,
por qué fingir no mirarlo?
(de La sonrisa de Penélope y su costumbre del adiós,
Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1993)
EN ESTOS TÉRMINOS
Ya no lo amo.
Y he amado a muchos después de haberlo amado a él.
Y he amado en grande.
Pero si hubiera podido,
toda la vida lo habría amado a él.
(de Aposentos del deseo, Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1º edición, 1996)
ME RESISTO
Está ahí
como para que yo palpe
su sonrisa.
Pero
en este juego de escondido,
…de no sé,
…de se me olvidó,
…de ahorita llego,
lo que percibo
es una mueca
que inyecta en mis labios
la palabra despedida,
el desamor,
la desesperanza,
los pasos del adiós.
Me resisto:
Para no claudicar
de mi afán por la pareja en libertad,
respetada, amada, cuidada,
es más convincente la ausencia
que la tribulación
de compañías a medias.
Prefiero la certeza
de un quebranto
a la incertidumbre
de este acaso.
(de Aposentos del deseo, Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1º edición, 1996)
Está ahí
como para que yo palpe
su sonrisa.
Pero
en este juego de escondido,
…de no sé,
…de se me olvidó,
…de ahorita llego,
lo que percibo
es una mueca
que inyecta en mis labios
la palabra despedida,
el desamor,
la desesperanza,
los pasos del adiós.
Me resisto:
Para no claudicar
de mi afán por la pareja en libertad,
respetada, amada, cuidada,
es más convincente la ausencia
que la tribulación
de compañías a medias.
Prefiero la certeza
de un quebranto
a la incertidumbre
de este acaso.
(de Aposentos del deseo, Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1º edición, 1996)
(San Rafael Arriba de Desamparados,
Costa Rica, 1950)
Costa Rica, 1950)
POETA/DOCENTE DE LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA
LICENCIADA EN FILOLOGÍA ESPAÑOLA/
MAGISTER EN LINGUÍSTICA
LICENCIADA EN FILOLOGÍA ESPAÑOLA/
MAGISTER EN LINGUÍSTICA
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