Fotografía de Alexander Kan |
VEN, ANOCHECER
Esa riada vespertina de gente
extinguiéndose a lo lejos,
la luz agonizante
que se repliega de las calles...
No quiero envejecer
como la mujer de la mesa contigua
cuyas arrugas son profundas
como el patrón del jersey
de su pareja.
No quiero hacerme vieja
como la mujer de la otra mesa
cuyo cabello se asemeja a una peluca
más de lo que una peluca
sería capaz de asemejarse al cabello.
No quiero que mi rostro se pierda
en la vitrina de unas gafas,
en modo alguno quiero
la corporeidad que me constriñe
como el incómodo camarote
de esas refulgentes personas
y ruinas, yo entre ellas,
exponiendo el cuerpo al sol
y la vida a escaparates fortuitos.
Přijď setmění
Ten večerní doznívající proud lidí
slábnoucí světlo které ustupuje z ulic
Nechci zestárnout jako žena u vedlejšího stolu
jejíž vrásky jsou hluboké jako vzor svetru
jejího partnera
nechci zestárnout jako žena u druhého stolu
jejíž vlasy se více podobají paruce
než by paruka byla schopna podobat se vlasům
nechci aby se můj obličej ztratil ve výloze brýlí
vůbec nechci svou tělesnost která mě svírá
jako nepohodlná kajuta
těch zářivých lidí a trosek já mezi nimi
nastavující tělo slunci
a život náhodným výkladům
Comenzó con la esquizofrenia.
Una luz oblicua los despertaba cada día.
La casa se estremecía
con el estruendo de los tranvías.
Ya desde pequeños.
Nos vamos acomodando, hora tras hora.
Aquí, en esta escombrera, vivía con mi hermano.
En este lugar nos despabilaba el ruido.
Se erguía acá el árbol de navidad
y al lado, en la cocina, vivía la abuela.
Resonaban aquí los pasos,
el tintineo de los cubiertos,
el agua al correr, la risa,
el peine posado ante el espejo.
Solías tener el pelo largo.
Que de los escombros rescatarás libros,
fotos, cartas y joyas.
Que ahí encontrarás tus manos de niña,
tu cabeza, tu sueño y tu miedo.
A qué nos aferramos.
A la ruina, como siempre.
A qué volvemos.
A las paredes.
El polvo ya no hace ningún mal,
no lo limpies ya más.
SUTINY
Začalo to schizofrenií.
Šikmé světlo je denně budilo.
Dům se otřásal duněním tramvají.
Už odmala.
Zabydlujeme se, hodinu po hodině.
Zde v této haldě jsme žili s bratrem.
Tady nás budil hluk.
Stál tu vánoční strom
a vedle v kuchyni žila babička.
Zněly tu kroky,
cinkání příborů, puštěná voda, smích,
hřeben pokládaný před zrcadlo.
Mívala jsi dlouhé vlasy.
Že budeš ze sutin vytahovat knihy, fotky,
dopisy a šperky.
Že tam najdeš své dětské ruce, svou hlavu,
svůj spánek a strach.
K čemu se upínáme.
Ke zmaru jako vždy.
K čemu se vracíme.
Do zdí.
Prach už tomu neublíží,
už ho neutírej.
B O N U S T R A C K
ph Pavel Wellner |
(Praga, República Checa, 1976)
POETA/PROSISTA/DRAMATURGA
de Antología de poesía checa contemporánea,
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús
Editorial Pre-textos, Colección La Cruz del Sur, 2012
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