Obra de Anna y Elena Balbusso |
COSTUMBRE LOCAL
Todo objeto que toma forma humana
parece cobrar alma tener vida
por supuesto
se adora en esta tribu
cristos yacentes barbies maniquíes
máscaras avatares estatuillas
un tronco que desciende por el río
También la llama
Como es lógico
desde la antigua roma
colina abajo arrojamos
a los hijos imperfectos
ESTRELLA NO DEJA NI HUELLA
Limpio con furia el espejo
—feroz azote del trapo—
mi azogue contra su azogue
Y sin embargo aquí siguen
mis ojos
a ambos lados de esta nada
mirándome llorar
Ilustración de Jeannie Phan |
MATERIAL DE OFICINA
Es imposible que se pierda
—se dijo, cogiéndose otra vez
en un despiste—.
Carmen tiene que estar,
la dejé entre los papeles.
Instalación realizada por Jennifer Rubell |
MORIR DE PIE
A las maniquíes
seres raptados de un instante de la vida
se nos nota cansadas
tristes
tensas
aburridas
de vestir a la última
de hacer como si-
de poner la mueca de estar
de vuelta
de morir de lo nuestro
disimularlo
y seguir de pie
en las interminables tardes
de los domingos
seres raptados de un instante de la vida
se nos nota cansadas
tristes
tensas
aburridas
de vestir a la última
de hacer como si-
de poner la mueca de estar
de vuelta
de morir de lo nuestro
disimularlo
y seguir de pie
en las interminables tardes
de los domingos
Fotografía de Mariam Sitchinava |
VALIUM 10
No es la misma:
la media pastilla de valium diez
que se toma en bata esta animalita
flaca de miedo,
que la entera que se tragaba aquella fiera
de las medias rotas,
sobre las colchas rojas,
para olvidarse por seis horas
de lo vida que es la vida.
—A esta camaleona
se le atrancó la cremallera
del último vestido—.
CONMIGO NO PUEDO
Que nunca estés. Mejor así.
No verte, no recordarte, no saber.
Allá estás bien.
Lo contrario es incómodo:
aprenderte, descuartizar eufemismos,
ceder a la luz de los focos
que al paso por la carretera te delatan.
Sí. Hay cosas que es mejor
cubrir de tierra
y a ti,
/// asesino/ fuego/ enferma/ pordiosero/
hermana loca/ aquel de aquella noche/
tu hedor sobre ese banco,
abuelo que chocheas ///
te pongo lejos. Yo te arranco la presencia.
Conmigo lo intento, conmigo no puedo.
Reclusa de mí misma
que aquí dentro cumples pena
y en el oscuro en punto de esta noche
asomas
por mis barrotes costillas:
cierra los ojos, que así no te veré
y déjame libre: escapa de mí.
Ya casi amanece, ¡date prisa!
Que Mañana
puede que yo sea tú
/// asesino/ fuego/ enferma/ pordiosero/
hermana loca/ aquel de aquella noche/
tu hedor sobre ese banco,
abuelo que chocheas///
y de mí
tengo miedo.
Me dormí llorando.
Soñé con peces.
Carmen Camacho
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