Fotografía de Pavel Kiselev |
ARTEFACTO
Durante tres años viviste en su casa
los mismos que antes que ella muriera: tu retrato
de bodas sobre el mantel, sus ropas colgadas
en el clóset, su pelo en el cepillo todavía.
Me dijiste que todo lo regalaste y que luego
vendiste la casa, conservando solo la cruz
de confirmación que llevaba, su nombre en cursiva
grabado al reverso en dorado, tu anillo en la misma
caja, esas fotos que aún evades,
y la colcha con que cubres tu cama prestada-
pequeñas cosas. Meses después me dijiste
que ella la hizo, habíamos dormido bajo su delicado
y sutil, imbricado diseño, como si hubiera estado
su sombra, entre nosotros, tan oscura, tan suave.
(Traducción de Salvador Mayorga)
ARTIFACT
For three years you lived in your house
just as it was before she died: your wedding
portrait on the mantel, her clothes hanging
in the closet, her hair still in the brush.
You have told me you gave it all away
then, sold the house, keeping only the confirmation
cross she wore, her name in cursive chased
on the gold underside, your ring in the same
box, those photographs you still avoid,
and the quilt you spread on your borrowed bed-
small things. Months after we met, you told me she had
made it, after we had slept already beneath its loft
and thinning, raveled pattern, as though beneath
her shadow, moving with us, that dark, that soft.
Fotografía de Andrea Hübner |
CACERÍA DE SUPERFICIES
Siempre lavaste tus artefactos
en la cocina, dando la espalda
al cuarto, a mí, al lodo
que trajiste de cualquier
campo vecino recién arado.
Puntas de flecha, picos de pájaro, agujas y
navajas con forma de hojas surgidas de la tierra
como del fondo de un agua más densa
en la que intentaste observar.
Nunca te cansabas, me dijiste, del pasado tangible
que admirabas, vuelto una y otra vez
en tu mano –la primera
en tocarlos desde la muerte de aquel
que trabajó la piedra. Cepillaste libreros
con ellos y les diste acabado; obsidiana,
cuarzo, sílex, midieron las horas que pasaste
ahí postrado, buscando a los otros,
y también las preciadas horas
de mi soledad, recogidas, atesoradas,
salvadas junto a esos objetos
por tanto tiempo perdidos.
(Traducción de Salvador Mayorga)
SURFACE HUNTING
You always washed artifacts
at the kitchen sink, your back
to the room, to me, to the mud
you'd tracked in from whatever
neighbor's field had just been plowed.
Spearpoints, birdpoints, awls and leaf-
shaped blades surfaced from the turned earth
as though from beneath some thicker
water you tried to see into.
You never tired, you told me, of the tangible
past you could admire, turn over
and over in your hand—the first
to touch it since the dead one that had
worked the stone. You lined bookshelves
and end tables with them; obsidian,
quartz, flint, they measured the hours you'd spent
with your head down, searching for others,
and also the prized hours of my own
solitude—collected, prized,
saved alongside those artifacts
that had been for so long lost.
CAZA DE RELIQUIAS
Siempre lavabas artefactos
en el fregadero, dando la espalda
al cuarto, a mí, al barro
que habías traído hasta casa de cualquier
campo vecinal que hubiese sido arado.
Puntas de lanza, de flecha, punzones y filos
con formas de hojas sacados de la tierra removida
como de debajo de un agua
más densa que intentaste escrutar.
Nunca te cansabas, me dijiste, del tangible
pasado que podías admirar, girado
y girado en tu mano – la primera
en tocarlo desde el muerto que trabajó
la roca. Los alineabas en las estanterías
o remachabas mesas con ellos; obsidiana,
cuarzo, sílex, medían las horas
que pasabas mirando hacia abajo, buscando
más, y también las horas
de mi soledad – coleccionada,
tasada, guardada junto a aquellos
artefactos perdidos hace tanto.
(Traducción de Ángel Talián)
Fotografía de Laurence Aegerter (Marsella, 1972) |
MARCO
Casi todas las cosas que fabricaste para mí
–la mesita de cama, la mecedora, la manta-
se las di a los amigos para que las usaran
para que no me recordaran
las horas que perdiste haciéndolas,
los eternos acabados.
Pero conservé el espejo, quizá porque,
como todos los espejos, la mayor parte del tiempo
son invisibles, parte de un muro o aparecen
por reflejos –inofensivos- porque los reflejos
después de todo, cambian. Ahí lo colgué
al frente, en el corredor oscuro de esta casa
que ya nunca verás; de modo que aumentará
la débil luz convirtiéndose en una
pequeña ventana al revés. Nadie se para
ante él. Esta mañana, sin embargo, al ponerme
el abrigo y alisarme el pelo, vi sobre mi cara
su marco, admirando por primera vez
la forma como el cerezo
que cortaste y puliste tú mismo
había oscurecido,
justo como dijiste.
(Traducción de Salvador Mayorga)
FRAME
Most of the things you made for me–armless
rocker, blanket chest, lap desk–I gave away
to friends who could use them and not be reminded
of the hours lost there, the tedious finishes.
But I did keep the mirror, perhaps because
like all mirrors, most of these years it has been
invisible, part of the wall, or defined
by reflection–safe–because reflection,
after all, does change. I hung it here
in the front, dark hallway of this house you will
never see, so that it might magnify
the meager light, become a lesser, backward
window. No one pauses long before it.
This morning, though, as I put on my coat,
straightened my hair, I saw outside my face
its frame you made for me, admiring for the first
time the way the cherry you cut and planed
yourself had darkened, just as you said it would.
Claudia Emerson
(Chatham, Virginia, EE.UU., 1957-2014)
de Late Wife/Difunta esposa, Colección Southern Messenger Poets,
Editor Louisiana St Univ., 2005
Premio Pulitzer de Poesía 2006
en WIKIPEDIA
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