Todavía no he leído a Proust
ni La náusea de Sartre.
No recuerdo con nitidez
ningún capítulo de Don Quijote.
Tardé demasiado en encontrarme con Camus.
A veces, no estoy de humor para Bergman.
Nunca he terminado de ver Metrópolis
ni ninguna película de Chaplin.
He abandonado las salas de cine
sólo para ir al baño.
No oigo a Malher con frecuencia
ni soy capaz de distinguir
los movimientos de una sinfonía.
Creo que detesto la ópera
y que Shönberg me hace daño.
He subestimado a Mozart.
Prefiero dormir una siesta
antes que ir al teatro.
Lo mismo me da Stanislavski o Grotowski.
La peste de Artaud
me produce jaqueca.
No siento suficiente respeto por Rembrant.
He encontrado a Rodin despreciable.
Me gusta el urinario de Duchamp
más que todo el academicismo,
pero desconfío del arte conceptual.
No acabo de entender a Hegel,
soy platónica sólo a ratos.
Y hay siempre una hora del día en la que cambiaría
-sin duda y sin remordimiento-
la Crítica de la razón pura
por un buen plato de sopa.
4 comentarios:
Esta chica es de las mías...
Buenísima...
Un beso
Ana
Lacompañoenelsentimiento...
Estupendo
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