Fotografía de Dara Scully |
El verano de la infancia no huele sólo a hierba,
a lilas y a piedras calientes, como los adultos piensan a veces.
También hay un hedor dulce a pájaro muerto
a aire viciado de sótano lleno de trastos viejos,
a ese escalofrío que te envuelve cuando entras a ver lo que se oculta al fondo
de la oscuridad.
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4 comentarios:
A esto me remito.
Besos van
Con la infancia, a veces, pasa como con los sótanos. Nos seduce el escenario, su evocación de aventuras, pero hay que saber escapar de su aire viciado.
Gracias por revelarnos a la Edelfeldt.
Nada mejor que la infancia para ilustrar a Dara :)
Maravilla!! Voy a husmear su blog. Bicos
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