Fotografía de Hellen Van Meene |
LAS SEÑALES
¿Acaso era necesario decir que las señales del amor
eran tan evidentes como el sello que llevaba en la frente el acusado
como la ola invisible lamiendo el ala de nuestro corazón?
¿Acaso necesitábamos preguntarnos qué era lo que nos
acercaba y nos hacía rechazarnos,
serpientes agonizando en nuestro propio laberinto?
Todo nacía de madrugada, con la avidez del que espera
uno y otro día
en silencio la partida, la ruptura del círculo,
el imposible beso de la figura de barro que nos llama.
Todo nacía en verano, donde la realidad y el sueño
se confunden
cogidos de la mano del absurdo, de lo que no es jamás regreso
de la siempre partida hacia otra parte.
Día que aguardas el silencio de la luz construyéndote
y llegas atónito ante las puertas que te fueron negadas.
Thelma Nava
(Ciudad de México, México, 1932 - 2019)
en Poesía en movimiento: México, 1915-1966, Siglo Veintiuno Editores
Selecciones y notas de Octavio Paz, Alí Chumacero, José Emilio Pacheco,
Homero Aridjis //
Prólogo de Octavio Paz
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2 comentarios:
Tumbada entre las flores, las amapolas muerden
los restos de ternura que me quedan.
Ariadna G. García
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