11 de diciembre de 2013

Marta Noviembre, Navidad, dulce Navidad


Fotografía de Trond Andersen

NAVIDAD, DULCE NAVIDAD


Llueven reclamos sobre cabezas permeables,

sobre los ojos de nadie, o sobre los ojos 
cegados que se deslizan sin nombre
por los pasillos de esta ciudad frigorífico, 
mientras las bombillas de bajo consumo 
revelan abundantes sombras en la acera
y los televisores vociferantes anuncian
la llegada del supermesías de juguete,
ahora que la inocencia perdió el autobús
y sólo quedan lazos y tarjetas de crédito,
me atrinchero tras un banco de la Gran Vía
y tomo aire antes de lanzarme a la corriente.



Marta Noviembre 
(Barcelona, España, 1976) 
Reside en Madrid
para leer MÁS
extraído de su BLOG

5 comentarios:

María Gladys Estévez dijo...

A veces no queda más remedio que lanzarse a la corriente, pero sin dejar de luchar...
Precioso pensamiento
Abrazos

Anónimo dijo...

Lo parió...
Fui a quelopariosear al blog de la autora. Me preguntaba si se lanzó a la corriente o contra la corriente. No es un detalle menor.
Abrazo

Amando García Nuño dijo...

Como christmas navideño, es el más auténtico que he leído en los últimos milenios. Desde mi banco de la plaza de Santa Ana, atrincherado y sin aire, lo reenviaré a todos los nadies que conozco.
Abrazos, siempre

Errata y errata dijo...

Las navidades, ese gran circo del mercado capitalista. Si Jesús lo viera, se cruzificaría él mismo.

Errata y errata dijo...

Crucificaría, va con c, bruta.

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