4 de noviembre de 2013

Natasha Tiniacos, 3 poemas 3


Fotografía de Elif Sanem Karakoç

¿RECUERDAS CUANDO ÉRAMOS CANÍBALES?

¿Recuerdas cuando éramos caníbales
y no lo sabíamos?
Solía decirte: quiero devorarte,
brincarte encima,
mascar tus músculos, tus corvas, tus lóbulos, cartílagos,
cuando
hasta los huesos, dije,
te chuparía
si no fuera porque insisto
en comer de tu mano
como un perro enfermo
salvaje, atroz, voraz me llamarías.

Tu sabor pone mi tronco
como un signo de exclamación
erecto
a tientas
en tu animalia.
Lamería tu delicada carne,
desollaría tu pelo,
haría pequeñas incisiones en tus glúteos
para que de ahora en adelante
te ladees hacia mí.
Mordería lentamente tus pulmones
y una vez más confundirme con fuego.

Tan insaciable tú, dirías
si por reflejo ingiero lo que siempre he detestado:
hígado, lengua, cuello de gato,
ratón, grillo, grama,
hasta volver a ser la niña escondida en el patio
con miedo
y que con urgencia te pide
aliméntame.


Fotografía de Elif Sanem Karakoç

MONÓLOGO INTERIOR DE UN HIDRANTE

Ni el perro que diariamente se inclina
sobre mi costado frío se molesta
en olerme cuando inundo la calle,
los carros no se detienen,
no les inmuta el flujo de la cosa esta
que sueña con la piel y la sustancia.
Pierdo la confianza física,
la frondosidad de mi ser metálico
y me diluyo,
me deshago
enviudando la acera
pues nadie se acerca en fin
a consolar mi llanto
que es como todos los llantos:
torrente contra el fuego.



Fotografía de Elif Sanem Karakoç

ON LINE O NUNCA

Entonces para ti es todo o nada,
nada de cómo estás sino qué llevas puesto
no te importa de mi día, la relevancia de mis diligencias
sólo ha dejado tierra en mis zapatos.

Qué gano después de ir la selva
donde soy presa de oficio:
tu palidez en mi pantalla
moviéndose cual molusco pixelado
(así eres tú,
directo al grano).
Salta tu nombre como un cachorrito
ansioso por ser galleta,
adivino que tu apurada ortografía
quiere aflojar mi carne
y en esta ficción breve
sólo digo ajá para que rindas.

Me das náuseas, me desconecto.
Ay de aquellos tiempos cuando un encuentro era
largo y tendido.




ph Florencia Alvarado
Natasha Tiniacos 
(Maracaibo, Venezuela, 1981)
de Historia privada de un etcétera, La Cámara Escrita, 2011
para leer MÁS
su BLOG

4 comentarios:

Darío dijo...

Me gustó su contundencia. Esa cosa brutal.

vera eikon dijo...

Torrente contra el fuego....magnífico. Abrazo.

EG dijo...

si Darío, tiene eso, y más aún.

EG dijo...

Vera, toda vos sos metáfora, sos poesía pura.

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