7 de agosto de 2013

Elena Castillo Díaz, 3 poemas 3 (+2)


Fotografía de B. Berenika



Todo es nuevo.
Cada día 
empiezo a conocer mi casa, mis vestidos, 
la imagen que se peina en el espejo.
Me recreo, despacio, en los detalles:
Nada me pertenece.





Fotografía de B. Berenika


Es la hora violeta.
Es la hora
en que el mundo se cobra los silencios.
Es la hora sin ruido y sin desgarro
de la oscura memoria abandonada.
Golpean mariposas en el balcón cerrado.
Frágil velo violeta.
Torres blancas.
Es la hora de todos los adioses.
Es la hora de todas las ventanas.



Fotografía de B. Berenika



TRÁMITES

Veamos: sólo tiene
manchas violetas en torno a las muñecas
y el himen roto.
¿Algo más? Ya, la noche
dice usted que encerrada,
pero, ¿quién más lo ha visto?
o ¿quién nos asegura que no fue voluntario?
Y, en fin, ahora diga
¿de qué se queja usted exactamente?




BONUS TRACK (x2)


Y ¿de qué me quejo?
me pregunto
al volver del trabajo
conduciendo mi coche
mientras me cruzo con un camión de cerdos.


Los cerdos son propensos al infarto.
Les dan tranquilizantes,
así llegan en buen estado al matadero.






Elena Castillo Díaz 
(Barcelona, España, 1962)
de Instantáneas, Cáceres: Asociación 8 de Marzo, 2004 
"I Certamen Literario Mª Teresa López Pérez"
para leer una reseña sobre su último poemario SERÉ BREVE
para leer MÁS

4 comentarios:

vera eikon dijo...

Me gusta ese contraste. Los dos primeros poemas son intimistas y cotidianos, que se deslizan suavemente. Y el tercero y el bonus son poemas escritos por una lengua con filo...Abrazo.

Leo Mercado dijo...

Nada nos pertenece.

Darío dijo...

Me encantan.

Carmela dijo...

Me pasa como a Vera, el contraste es genial, ternura, intimidad, cotidianidad y desgarro, fuerza, violenci y denuncia.
U beso, Emma

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