31 de enero de 2012

Affonso Romano de Sant' Anna, El amor, la casa y los objetos


 s/d del autor de la fotografía

EL AMOR, LA CASA Y LOS OBJETOS

El amor mantiene ligados los objetos.
Cada uno en su luz, 
en su restricto o voluminoso 
                                          modo de ser.

El amor, y solo el amor, edifica 
paredes dobles, vigas maestras, tragaluces, 
conductos y puertas, sumando 
a la luz íntima el sol externo.

Cuando hay amor, los objetos 
se tornan suaves. No hay asperezas 
en sus formas y frases.

Como un gato, el cuerpo 
pasea entre aristas y no se hiere.
Nada le es hostil.
Nada es obstáculo. 
Nada está perdido 
en el trajín de la casa.

Es como si el cuerpo, más allá de frutas y flores, 
aún inmóvil, creara alas.

De ahí cierta displicencia de los objetos 
                                                            en la mesa 
                                                en el estante 
                                                              en el piso 
como cuerpos tendidos en los tapetes 
                                                              o en la cama, 
pues es ésta la forma de permanecer
cuando se ama.
Lo que no sea así, no es amor.
Es orden exterior a las cosas.


Pues cuando amamos, los objetos nos miran 
sin envidia. Por el contrario, secretas glorias 
afloran de sus formas 
como del cuerpo afloran los labios 
y en la poltrona el pelo de su fauna aflora.

Las casas tienen raíces 
                                  cuando hay amor.
Aun ratones, cucarachas y caballos, 
amén de plantas y pájaros 
emiten vibraciones en los subterráneos 
de la casa de quien ama.

El cuerpo rezuma aromas luego del baño, 
almizcle fluye de los sexos, lavanda 
baña los gestos. Enrollados en sus toallas 
los cuerpos como olas 
se deshacen en orgasmos en la sábana de la tarde.

Los objetos entienden a los hombres, cuando hay amor.
Van a las fiestas y a las guerras, y si acaso 
se suicidan cayendo de los anaqueles 
son capaces de ostentar su vida 
aun como naturalezas muertas.

El amor no somete, el amor arraiga 
cada cosa en su lugar y, como el Sol, 
pasea iluminando las espirales de oro y plata 
que adornan nuestros cuerpos.

No hay límite entre la casa y el mundo, cuando hay amor.
Los amantes invaden todo a toda hora 
y el paisaje del mundo al paisaje de la casa 
se incorpora.



O AMOR, A CASA E OS OBJETOS

O amor mantém ligados os objetos.
Cada um na sua luz,
no seu restrito ou volumoso
– modo de ser,

O amor, e só o amor, arquiteta
paredes duplas, vigas mestras, telhas vãs,
condutos e portas, justapondo
à luz interna o sol exterior.

Quando há amor, os objetos
tornam-se suaves. Não há asperezas
em suas formas e frases.

Como um gato, o corpo
passeia entre arestas e não se fere.
Nada lhe é hostil.
Nada é obstáculo.
Nada está perdido
no trânsito da casa.

É como se o corpo, além de frutas e flores,
mesmo parado, criasse asas.

Daí uma certa displicência dos objetos
na mesa
na estante
no chão
como corpos derramados nos tapetes
ou cama,
que esta é a forma de estar
quando se ama.
O que não for isto, não é amor.

É ordem exterior às coisas.
Pois quando amamos, os objetos nos olham
sem inveja. Antes, secretas glórias afloram de suas formas
como o corpo aflora os lábios,
e a poltrona, o pelo de sua fauna, aflora.

As casas têm raízes
quando há amor.
Até ratos, baratas e cavalos,
além de plantas e pássaros
antenam vibrações nos subterrâneos
da casa de quem ama.

O corpo trescala aroma após o banho,
almíscar flui dos sexos, alfazema
banha os gestos. Enrolados em suas toalhas
os corpos como as ondas
se desmancham em orgasmos no lençol da tarde.

Os objetos entendem os homens, quando há amor.
Vão às festas e guerras, e se acaso
suicidam caindo das prateleiras
são capazes de ostentar sua vida
mesmo numa natureza-morta.

O amor não submete, o amor permeia
cada coisa em seu lugar e, como o Sol,
passeia iluminando as espirais de ouro e prata
que decoram nossos corpos.

Não há limite entre a casa e o mundo, quando há amor.
Os amantes invadem tudo a toda hora
e a paisagem do mundo à paisagem da casa
se incorpora.



Affonso y Marina Colasanti
Affonso Romano de Sant'Anna 
(Belo Horizonte, Brasil, 1937)
Traducción del portugués de John Casanova
para leer MÁS
su WEB

14 comentarios:

çç dijo...

Los curvos rostros enamorados no tendrán domicilio pues continuamente ablandan el corazón y legislan objetos, perfumes y cimientos que se derrumban en la palma de la mano. Magífica composición, espero poder encontar algo suyo ahora que me llevo a la biblioteca, buscando poesía también de Marly de Oliveira, Carlos Drummond de Andrade, Joâo Cabral de Melo Neto...

Un día un escrito dijo que la literatura había muerto y que Dostoyevski sería un gran periodista. Clarice le preguntó a Affonso Romano si opinaba igual.
"Siempre habrá literatura porque siempre habrá sueños, siempre habrá mitos. No se escribe para la literatura, se escribe para cubrir un vacío, para vencer la discontinuidad. Lo que hay no es la muerte de la novela o de la poesía sino la transformación de los géneros. No hay géneros agotados, hay personas agotadas ante ciertos géneros".

No te distraigo más, alguien me espera.

vera eikon dijo...

Es el amor el que nos mantiene íntimamente ligados, al mundo y a las cosas...Es como una gravedad dulce, algo que a la vez nos arranca y nos devuelve al ser, a los seres. Nuestra marejada interior extendiéndose a todo, y a todos....En fin. Cuánta belleza en este poema. Beso, querida

mondo dolce dijo...

Últimamente estás colgando unos poemas muy arqueológicos! y por eso, te adoro!
abrazo muchacha!

Unknown dijo...

Verdades hemosamente escritas.

abrazo.

no es lo que parece dijo...

Me gustó mucho, además de lo que dice me resultó muy armónico. Besos

Darío dijo...

A-lu-ci-nan-te! De cabo a rabo, me voy pensando en el amor, haciendo una comunión de todo, y veo los objetos mirándome sin envidia. Un abrazo.

EG dijo...

es fantástico el final de tu comentario! Vaya amigo, lo bien que hace!!! :)

EG dijo...

Vera, fluye como el agua debajo de un puente...y es cristalino, sí.
Te cuento que Affonso es el marido de Marina Colasanti, poeta que he subido hace poco sin saber de esta mágica unión. Un abrazo!

EG dijo...

Gracias Cronopia! es mutuo...sin embargo es sin querer esto de los poemas "arqueológico", la lectura me lleva por caminos extraños... beso

EG dijo...

Abrazo Halcón!

Besos "no es lo que parece", y muchas gracias por todo!

EG dijo...

Joven!!! I love you, a vos y a tu ciclotimia!!!:)

Noelia Palma dijo...

no lo había llegado a leer...
me encanta, qué querés que te diga!

el maquinista ciego dijo...

Qué poema!!
No puedo decir nada, sobrecogido mi pecho por tanta belleza y verdad. Casi seguro son las mejores palabras sobre el amor que he leído nunca........se va este tren lleno de alegría y calma.
Un abrazo Emma y muchas gracias por enseñárnoslo ;))

ana maría parente dijo...

Muy bonito ,original y rigurosamente cierto.

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