Fotografía de Ana Cabaleiro |
Y estoy mirando y este mundo es mío,
volverme sin embargo
y tratar de sonreír
aquí,
entre amigos,
nuestras rengas meditaciones entre paredes
culpables:
la realidad revolotea torpemente
más allá,
inaccesible al sonoro ritual de la calumnia.
Y de pronto,
en medio de nuestras mansas postergaciones,
podríamos tristemente morir
y después de todo es para siempre.
Ni siquiera mordisquear un resto de vida
desde una última cama
o aceptar la sumisa corrosión
purificada por inútiles palmas y coronas.
Así nomás morir,
acaso sin merecerlo.
Ya era triste el porque sí de una bala
que desdeña el heroico cuerpo a cuerpo.
Contemplo el festejo augural de todas nuestras
muertes,
el bellísimo hongo de la desaparición,
yo, espléndido residuo de opulentos colores,
cumpliendo el éxtasis de las descripciones,
repartiéndome vagamente entre mis monstruosos
descendientes.
Ninguna canción
ni la falsa historia podrían memorarnos,
no somos irritados héroes nacionales.
Apenas puedo jugar... Rolando... Orlando...
y morir salpicada por la erudición.
Apenas hombres arrasados por oleadas de
penurias,
por oleadas de irreparable ciencia,
acaso resignados,
acaso indiferentes,
todavía cantando para resistir al miedo de siempre.
Me rebelo,
gruño a los buitres solemnes y agrietados
que deciden por mí, por nosotros,
no quiero confiarme, delegar,
este mundo es mío y asumo su peso.
Me rebelo
y miro distraídamente mis futuras uñas marchitas
así.
Betina Edelberg
(Buenos Aires, Argentina, 1921-2010)
POETA/ESCRITORA/PROFESORA DE LITERATURA FRANCESA/
BAILARINA/COREÓGRAFA
10 comentarios:
La postura final es genial.
Un beso Emma
Pienso como Carmela. El final es inapelable. Rebelarse y mirarse las unas.....Bicos
Cuanta belleza nos reserva el mundo.
Ha helado ya sobre las hojas muertas.
Hay una chica con una melena
lisa y rubia, larguísima,
y otra chica con su gloriosa mata
de pelo pelirrojo.
EL sol lanza chispazos sobre las hojas muertas.
Cuánta belleza nos reserva el mundo.
Abrázame, que la vida me pesa,
como si no fuera a morir nunca.
Carmen Jodra
Cuanta belleza nos reserva el mundo.
Ha helado ya sobre las hojas muertas.
Hay una chica con una melena
lisa y rubia, larguísima,
y otra chica con su gloriosa mata
de pelo pelirrojo.
EL sol lanza chispazos sobre las hojas muertas.
Cuánta belleza nos reserva el mundo.
Abrázame, que la vida me pesa,
como si no fuera a morir nunca.
Carmen Jodra
Me encanta Carmen Jodra!
un abrazo Antonio! :)
Precioso canto a uno mismo.
besos Emma, que disfrutes del verano que ya llega
En lo personal y en cuanto a la vida, más resignada que indiferente. Con la muerte es ya otra cosa, estoy más cerca de Jodra que de Edelberg. A mí me resultan opuestos, aunque tal vez mi lectura sea errónea. Ambos me gustan mucho.
Besos
Monumental poema.
Es ENORME este poema, Emma. Al centro del poema esta la vida, aunque "contemple el festejo augural de todas nuestras muertes" Un verso que como todo el poema me parece magistral.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo fuerte.
Leo
Así... ajá.
Besos luneros!
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