23 de febrero de 2011

Miriam Reyes, Nos apegamos demasiado a los hombres


Ilustración (a lápiz) de Laurie Lipton



Nos apegamos demasiado a los hombres
esas criaturas bidimensionales e inocentes
a su piel
adherente como una tela de araña

Me quedaría allí hasta que no dejase nada de mí
Nada.

hasta que empezamos a pesarles
como si de pronto engordásemos.
Entonces nos preguntamos
qué pasó y
cuándo.

Inevitablemente nos ponemos
éticas patéticas pelenpenpéticas
pesadas peludas pelenpenpudas
nos salen canas arrugas
caries estrías verrugas
la sangre no circula.

Nos explotan por dentro.
Se llevan nuestra piel pegada a tiras
y en sus manos algún órgano fácil de vender.

En realidad no saben lo que hacen
sólo quieren liberarse de la carga.





Miriam Reyes 
    (Orense, España, 1974)
    de Bella durmiente, Hiperión ediciones, 2004
en Yo, interior, cuerpo, Antología poética de Miriam Reyes,
Editado por el II Festival Internacional de Poesía de Córdoba
(Argentina, 2013)
Compilación de Miriam Tessore / Prólogo de Mariel Manrique
para leer MÁS
su WEB


11 comentarios:

sylvia dijo...

Estoy fascinada con Laurie Lipton desde que la pusiste el otro día!

Errata y errata dijo...

La cara de la mujer de la ilustración me hace acordar al muñeco de una película de terror llamad "juegos de niños".
En cuanto a los hombres, ellos también engordan y les salen arrugas y se ponen pelo....El tiempo pasa para todos.

J. G. dijo...

esa foto además impone

vera eikon dijo...

Pues sí que la mujer de la foto da miedo!!! En cuanto al poema, me encanta. Sobre todo eso de "a su piel adherente como una tela de araña". Creo que en ese verso se recoge muy bien la dinámica de las relaciones entre hombres y mujeres. Pienso que en un primer momento las mujeres somos más susceptibles al amor y ala idealización de la persona amada. Sin embargo en ese sentido los hombres son como más primitivos(no lo digo por ofender a nadie) y en realidad el hábito y la dependencia son los sentimientos que predominan en ellos con el tiempo. Pero quizás esta sea una apreciación personal...

Blue dijo...

Me encanta el poema, Emma, pero me he quedado pensando en eso de "bidimensionales"...
;-)
Besos

vera eikon dijo...

Blue,
Yo también me quedé con lo de "bidimensionales" y (lo voy a decir así "polo baixiño") me parece bastante acertado
Bicos

Verónica Molina dijo...

Es cierto, en general las mujeres somos demasiado dependientes del amor que nos inspira el otro. Entonces lo terrible del amor es que si bien nos pone radiantes durante los quince minutos (?) que dura la conquista, también nos pone pesadas y llenas de verrugas, ponele, cuando nos amesetamos.

El asunto es como para no dejar de sufrir, parece.

Darío dijo...

Yo no me voy a poner este saco. Te lo advierto!

José Antonio Fernández dijo...

Así que los hombres son bidimensionales. Pues yo sólo me veo una, no sé donde me he dejado la otra. Si alguien la ha visto, es mía, plisss.
Abrazos.

Isabel dijo...

Que triste... si pasa todo eso es porque no hay amor de por medio =(

EG dijo...

Triste, pero no menos real, millones están juntos sin haberse percatado que el amor se terminó.

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