11 de octubre de 2010

Amy Benoit, Hora pico

Fotografía de Bruce Gilden
HORA PICO

para subirme al subte 
esta mañana, tuve que atravesar 
a los codazos una pared de gente 
una vez dentro del vagón, asfixiada 
y comprimida, vi que, ocupando 
una butaca entera del fondo, 
había un perro de la calle que dormía olvidado 
de sí mismo y todo lo demás, plácidamente
inflando y desinflando los pulmones.
nosotros somos, me parece a mí, un poco 
como él: nos abandonan
al mundo, deambulamos 
sin propósito, y en ese 
olvido de nosotros mismos, sin razón 
aparente nos cobijan, nos dan 
amor, nos dejan que durmamos, y todos 
los demás son de otra especie



Amy Benoit 
(Estados Unidos)
Traducción Ezequiel Zaidenwerg
para leer + en EMMA GUNST

4 comentarios:

sostienelasirena dijo...

mientras nos alojen los otros, mientras me dejen descansar, inflando los pulmones, mientras no me echen a patadas, para sentarse ellos, yo me banco ser una alienigena o que tal vez (tal vez) lo sean ellos.

Darío dijo...

Ya creo que sí. Estamos tan desprotegidos y frágiles como él, todos.

Iñigo Biain dijo...

Muy linda idea... muy fuerte visualmente... Y estar rodeados por otra especia es una idea potente también... :)

EG dijo...

qué buen poema no? cuántas veces estamos así? Demasiadas, diría yo...

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