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| Foto de emmagunst |
ENTRE EL ATARDECER Y EL CREPÚSCULO
Sabrás que sin querer amo tu nombre,
el rumor de tus palabras y silencios.
Sabrás que amo la tierra que tú pisas,
el pueblo donde vives, sus caminos,
que busco en cada árbol tu recuerdo,
la cadencia escondida de tus sílabas.
Sabrás que sin amarte yo te amo,
como se ama la vida o la justicia,
como ama la savia a su manzano.
Ya sé que no lo sabes; no lo sepas:
quiero amarte con el alma limpia,
como pino o piedra, mar o lagartija,
como el mismo rumor de tus arterias.
Sabrás -y no lo sabes- que te añoro.
Sabrás -jamás lo sepas- que te quiero
como al pan, la libertad, el sol poniente
o la sombra desgarrada de los cuervos.
el rumor de tus palabras y silencios.
Sabrás que amo la tierra que tú pisas,
el pueblo donde vives, sus caminos,
que busco en cada árbol tu recuerdo,
la cadencia escondida de tus sílabas.
Sabrás que sin amarte yo te amo,
como se ama la vida o la justicia,
como ama la savia a su manzano.
Ya sé que no lo sabes; no lo sepas:
quiero amarte con el alma limpia,
como pino o piedra, mar o lagartija,
como el mismo rumor de tus arterias.
Sabrás -y no lo sabes- que te añoro.
Sabrás -jamás lo sepas- que te quiero
como al pan, la libertad, el sol poniente
o la sombra desgarrada de los cuervos.
(A Coruña, España, 1957)
de Entre lusco e fusco, Sada: Ediciós do Castro, 1980
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2 comentarios:
Precioso. Yo ando sintiendo esos amores, últimamente. Pero no los voy a decir.
amo este poema, lo siento tan cercano
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