20 de junio de 2010

José Ángel Barrueco, Fingir el sueño


Ilustración de Eveline Tarunadjaja



FINGIR EL SUEÑO

Leía mucho por las noches
como ahora, como siempre
al oír el portazo de mi padre
tras regresar a casa del trabajo,
cerraba el libro, apagaba la luz y fingía el sueño
unos minutos después sentía
el movimiento de la manija de la puerta
una mano giraba el pomo:
despacio
muy despacio
en silencio casi absoluto
abría un ojo y notaba la luz filtrándose
en el cuarto desde el exterior
en la rendija entre la puerta y la jamba
asomaba su cara como una aparición fantasmagórica
¿estás dormido?
pero yo no contestaba
fingía un sueño profundo
aguantaba la respiración
alguna vez respondí,
y eso supuso varias horas
de monólogo o, lo que era peor,
alguna bronca, algún desahogo
sobre su trabajo, su madre o la mía
y los disgustos que le daban
en la distancia,
ahora veo que
no hay nada
tan triste en la noche
como un hijo fingiendo
su sueño para no hablar con su padre.





José Ángel Barrueco 
(Zamora, España, 1972)
su blog: ESCRITO EN EL VIENTO
para leer MÁS

3 comentarios:

MBI dijo...

Gracias por avisarme...me ha gustado saber que tú tb...y tantos más...no dormiamos...

Fede dijo...

Que buen texto... Dejando una enseñanza ideal detrás de la dureza que denota!!

Saludos!

EG dijo...

Fede, muchas gracias!

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