Fotografía de Amanda Tinker |
Porque no hay instrucciones claras,
sigo las que se me van ocurriendo:
Te quiero cada vez más.
Miro fotos viejas.
No miro fotos viejas.
Hablo de vos. No digo nada.
Camino. Me siento. Me acuesto en el pasto
y dejo que la tierra me sostenga.
Me acuesto en la vereda.
Me disuelvo en el cielo. Lloro. No lloro.
Le pido al mundo que me ayude a permanecer abierta.
Le pido de nuevo: por favor permití que pueda sentirlo todo.
Amo más profundamente a las personas que todavía están vivas.
Me enamoro más profundamente del mundo que queda,
éste mundo, con su primavera, sus guerras, sus mañanas,
éste mundo con sus frutas maduras y pasadas,
éste mundo que insiste en que mantengamos nuestros ojos abiertos,
éste mundo que se abre cuando tenemos los ojos cerrados.
Porque no hay instrucciones claras,
aprendo a inclinarme hacia el amor que está aquí presente,
aunque a veces, lo que está presente es lo que está ausente.
Hay infinitas maneras de hacer esto bien.
Esa es la única manera.
MEETING YOUR DEATH
Because there are no clear instructions,
I follow what rises up in me to do.
I fall deeper into love with you.
I look at old pictures.
I don’t look at old pictures.
I talk about you. I say nothing.
I walk. I sit. I lie in the grass
and let the earth hold me.
I lie on the sidewalk, dissolve
into sky. I cry. I don’t cry.
I ask the world to help me stay open.
I ask again, please, let me feel it all.
I fall deeper in love with the people
still living. I fall deeper in love
with the world that is left—
this world with its spring
and its war and its mornings,
this world with its fruits
that ripen and rot and reseed,
this world that insists
we keep our eyes wide,
this world that opens
when our eyes are closed.
Because there are no clear instructions,
I learn to turn toward the love that is here,
though sometimes what is here is what’s not.
There are infinite ways to do this right.
That is the only way.
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HACE 20 AÑOS, HACE 10 AÑOS, LA SEMANA PASADA
Si pudiera retroceder en el tiempo
y ofrecer un consejo a mi yo más joven,
no lo haría.
La dejaría fallar de nuevo.
La dejaría vacilar. La dejaría perder.
La dejaría tropezar,
forcejear y estrellarse.
Pero me acercaría más
y le haría saber
que estoy profundamente enamorada de ella.
Ahora es tan fácil darle esto,
esta autocompasión que florece,
esto que ella creía que
era imposible.
TWENTY YEARS AGO, TEN YEARS AGO, LAST WEEK
If I could go back in time
and offer advice to my younger self,
I wouldn’t.
I would let her fail all over again.
I’d let her falter. I’d let her lose.
I’d let her stumble
and struggle and bomb.
But I would lean in close
and let her know
I am deeply in love with her.
It’s so easy now to give her this,
this self-compassion in full bloom,
this thing she believed
was impossible.
Fotografía de Amanda Tinker |
MICELIO*
Ahora entiendo por qué el dolor
es como un hongo,
por qué prospera en condiciones de oscuridad.
Por qué brota directamente
de lo que está muerto.
Qué curioso cómo surge y se despliega
floreciendo espontáneamente
en un reino propio.
Como un hongo,
la mayor parte del dolor nunca se ve.
Crece y se expande debajo de todo.
A veces permanece latente durante años.
El dolor, como un hongo,
puede ser casi insoportablemente hermoso,
incluso exótico, delicado, velado,
puede tener cualquier forma y color.
Me acerco más y
como un hongo, el dolor,
me pide que viaje a regiones
de sombra y penumbra.
Estoy asombrada por lo que encuentro:
misterio, abundancia, asombro.
Como un hongo, el duelo
puede ser tremendamente generativo.
No todo crecimiento tiene lugar
en la luz.
*El micelio es el conjunto de hifas que forman la parte vegetativa de un hongo, que se expande por debajo del suelo creando una red de conexión entre todas las especies vegetales, algo así como la red de internet, que les permite no solo comunicarse, sino que además cuidarse, protegerse, alimentarse y abastecerse de agua. Cuando se tala un árbol del bosque, este micelio comunica al resto de los árboles que uno de ellos está agonizando, y los demás, a través del micelio, comienzan a cuidar el tronco que queda para tratar de salvar esa vida. Lo alimentan, le dan agua y lo protegen. Porque ese tronco moribundo es parte de la familia del bosque.
MYCELIAL
Now I understand how grief
is like a mushroom—
how it thrives in dark conditions.
How it springs directly
from what is dead.
Such a curious blossoming thing,
how it rises and unfurls
in spontaneous bourgeoning,
a kingdom all its own.
Like a mushroom,
most of grief is never seen.
It grows and expands beneath everything.
Sometimes it stays dormant for years.
Grief, like a mushroom,
can be almost unbearably beautiful,
even exotic, delicate, veiled,
can arrive in any shape and hue.
It pulls me closer in.
Like a mushroom, grief
asks me to travel to regions
of shadow and dim.
I’m astonished by what I find—
mystery, abundance, insight.
Like a mushroom, grief
can be wildly generative.
Not all growth takes place
in the light.
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SECUELAS
Durante años, he huido
de esta ira.
Esta noche dejé de correr,
dejé que la ira me atrapara,
dejé que ardiera en mí
una conflagración salvaje,
me aterrorizó,
y luego la vi irse.
Por primera vez en años,
no estoy corriendo.
Qué quieto está.
Lo que sea que se haya convertido en cenizas
no era esencial.
Lo que queda es tan crudo,
tan hermoso.
Fotografía de Amanda Tinker |
Hoy se siente tan simple:
estamos aquí para cuidarnos unos a otros.
¿Cómo podríamos olvidarlo?
Como si el suelo pudiera olvidar
que está aquí para alimentar a los árboles
Como si los árboles pudieran olvidar
que están aquí para alimentar la tierra.
¿Cómo podría algo
interponerese en el camino de la generosidad?
Cómo podríamos saludarnos
con otras palabras que no fueran:
«¿Cómo puedo ayudarte?»
Como si la luz pudiera olvidar
que está aquí para iluminar.
Como si la oscuridad pudiera olvidar
que está aquí para ayudarnos a sanar.
Fotografía de Natalie Goulet |
No hay una manera hermosa de decir esto.
Estaba lloviendo. No les voy a contar
cómo el cielo gris se desplegaba
como una rosa sombría,
cómo el aire brumoso suavizaba
todo lo oscuro y yermo.
Estaba lloviendo.
Y resbalé. Y cuando me caí, me dolió.
Mucho. Pero me levanté. Me levanté.
(Estados Unidos)
Reside en Southwest Colorado
POETA/MAESTRA/STORYTELLER
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1 comentario:
Bellísimo. Muchas gracias.
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