26 de mayo de 2020

Martha Canfield, 3 poemas 3 (+1)


Marie Sophie Wilson-Carr fotografiada por Giorgio Palmas


EL ÚLTIMO ROSTRO

Empieza cada día
se repite bajo distintas formas
y yo ando siempre detrás de sus huellas
preguntando cuál y preguntando a ti
pero tú no quieres
y me dices déjalo
y el día empieza a ponerse dorado
encima de los cerros
y la nube toro empieza a ser hoja de parra
cuando de pronto hablas
del sol negro de la melancolía
y al salir está la gata
como un ovillo negro
sobre la hierba luminosa
mirándonos apenas
mientras nos vamos en un aire
cargado de innombrables
–dame la mano olvídate–
y me parece que huelo a jacinto y a narciso
–dame la mano déjalo–
y ya no vuelvo a hacer preguntas

pero sin darme cuenta
espero
espero
y se me ocurre que tan diversos rostros
habrán de confundirse alguna vez
y llegará el momento
en que todo sea uno y el mismo
y en que ya no andaremos
porque el aire entre tu boca y la mía
será toda la música
y la tierra entre tu pie y el mío
todos los caminos
de tu frente a la mía nueve cielos
luego el inefable
y a este amor de los dos
que crece como un globo raptado por las nubes
le caerán los nombres y los cantos
será ahora y después
será frecuencia y cero
será raíz y aire
será uno y el mismo
          menos los dos
que no seremos
          menos los dos
cuando no importe

Bogotá, 1973

Colección Iluminaciones, Editorial Renacimiento, 2006
*Escrito originalmente en prosa


L’ULTIMO VOLTO

Inizia ogni giorno
si ripete sotto diverse forme
e io cammino sempre dietro le sue impronte
domandando quale e domandando a te
ma tu non vuoi
e mi dici lascialo
e il giorno inizia a farsi dorato
sulle colline
e la nuvola toro diventa foglia di vite
quando all’improvviso parli
del sole nero della malinconia
e all’uscita c’è la gatta
come un gomitolo nero
sull’erba luminosa
che ci guarda appena
mentre noi ce ne andiamo in un’aria
carica di cose innominabili
– dammi la mano, dimentica –
e mi sembra che odoro di giacinto e narciso
– dammi la mano, lascialo –
e già non torno a fare domande

ma senza rendermene conto
aspetto
aspetto
e mi sembra che tanti diversi volti
si confonderanno finalmente
e arriverà il momento
in cui tutto sarà uno e lo stesso
nel quale già non cammineremo
perché l’aria tra la tua bocca e la mia
sarà tutta la musica
e la terra tra il tuo piede e il mio
tutte le strade
dalla tua fronte alla mia nove cieli
e poi l’ineffabile
e a questo amore dei due
che cresce come un globo rapito dalle nuvole
gli cadranno i nomi e i canti
sarà ora e dopo
sarà frequenza e zero
sarà radice e aria
sarà uno e lo stesso
          meno noi due
che non ci saremo
          meno noi due
quando non importerà più




Marie Sophie Wilson-Carr fotografiada por Giorgio Palmas


COMO EL PAN

Una es la palabra que nombra
la comunión de mi amor
con tu silencio.

Para buscarlo subo
por la mítica escala
hasta el espacio abierto
donde toda suspensión es armonía.

Dejo atrás los objetos
las voces y las nubes
la insólita frescura en donde arde
la luz de la mirada en la que nace
la fuerza que realiza la subida.

Y el intenso perfume de la seña.

No hay palabra que nombre
el espacio acordado
el silencio de claves en su pausa
la altura sumergida
o la navegación
al fin inmóvil.

Peces de luz en el aire sin aire
sabemos sin saber
el nombre que callamos.


COME IL PANE

Una è la parola che nomina
la comunione del mio amore
con il tuo silenzio.

Per cercarlo salgo
per la mitica scala
fino allo spazio aperto
dove ogni sospensione è armonia.

Lascio dietro gli oggetti
le voci e le nuvole
l’insolita frescura dove arde
la luce dello sguardo dalla quale
sgorga la forza per riuscire a salire.

E l’intenso profumo del segnale.

Non c’è parola che nomini
lo spazio concesso
il silenzio di chiavi in pausa
l’altezza sommersa
o l’immobile
navigazione.

Pesci di luce nell’aria senz’aria
sappiamo senza sapere
il nome che non pronunciamo.


Marie Sophie Wilson-Carr fotografiada por Giorgio Palmas


TIEMPO-SERPIENTE

¿Cuántos minutos tienen
las horas de un amable conversar?
Estábamos seguros
que algunos eventos del pasado
constituyeran la raíz
de ciertas situaciones actuales.
Así, guiados por nuestro razonar
ante los ojos nuestros
los tiempos sucesivos
adquirieron la forma de serpiente
y el aire seguro acogedor
de nuestro cuarto
nos sostenía como si eso fuera
el interregno cálido
de un sueño a ojos abiertos.
Pero de pronto las disquisiciones
encontraron un orden imprevisto
y yo te iba diciendo
y tú me ibas diciendo
y el brazo circular
del tiempo de serpiente
sin fin fue dando vueltas
con amor acunándonos
como madre abrigándonos
dejando abierto solamente un paso
una pequeña salida ascensional
a través de la cual los corazones nuestros
en la ebriedad de lo que al mismo tiempo
es nuevo y es antiguo
subían y gozaban
cantaban y volvían
al ingrávido centro
del instante sublime
del tiempo atemporal.


TEMPO-SERPENTE

Quanti minuti hanno
le ore di un affabile conversare?
Noi eravamo sicuri
che certi eventi del passato
costituissero la radice
di varie odierne situazioni.
Così guidati dal nostro ragionare
davanti ai nostri occhi
i tempi successivi
acquistarono forma di serpente
e l’aria della stanza
sicura e avvolgente
ci sostenne nel caldo interregno
del sogno ad occhi aperti.
Ad un tratto tutte le riflessioni
trovarono un ordine imprevisto
e io dicevo a te
e tu dicevi a me
e il braccio circolare
del tempo di serpente
rotava senza fine
ci cullava amoroso
ci avvolgeva materno
lasciava aperto soltanto un varco
una piccola uscita ascensionale
attraverso la quale i nostri cuori
nell’ebbrezza di ciò che al tempo stesso
è nuovo ed è antico
salivano e gioivano
cantavano e tornavano
nel centro senza peso
dell’istante sublime
del tempo senza tempo.

Traducción al italiano de Alessio Brandolini
Leídos en FILI D'AQUILONE

B O N U S  T R A C K

EL CAMINO DE TU VOZ

Entonces tu voz empieza
a abinicar el aire pesado de la tarde
finales de febrero y el sol cayendo a pique
y a través del velo sudoroso del ambiente
unos como pasos ya precipitados
gorriones temerosos en campo de recreo
que salen de mí
y se van de mí
y yo los dejo
y se apoyan en el ala tan cálida
de tu voz querida
y el aire de la tarde abre rutas
hasta hoy insospechadas
y en el balanceo nos vamos
tú y tu voz mi agitación
y este susurro
que ya no tiene aquí ni tiene ahora
desde donde vamos
vasy yo te sigo
persiguiendo hechizada aquello que no sé
y tampoco podría saber si lo adivino
vagamente un poco
pálido si quieres
y triste como el gesto inicial de la sonrisa
donde creo por fin encontrarte
y quedarme serena
un instante alargado larguísimo
hasta que el sol se esconde
y volvemos otra vez
a cortar flores y arreglar jarrones
para dejarlos
así muy quietos
arriba de las mesas.


Martha L. Canfield
(Montevideo, Uruguay, 1949)
Reside en Italia desde 1977
POETA/ESCRITORA/PROFESORA/
TRADUCTORA/CRÍTICA LITERARIA
Lectura contagiada por María Germaná
para leer + en AURORA BOREAL
y + en ARQUITRAVE

1 comentario:

lunaroja dijo...

Son todos magistrales,pero el segundo me arranca lágrimas...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...