15 de diciembre de 2019

Sharon Olds, El feto en la cabina de votación


Fotografía de Aloma Sand




EL FETO EN LA CABINA DE VOTACIÓN

Cuando abrí con la palanca, y la cortina
se cerró con un golpe, y alcé la vista,
ahí estaba, un adhesivo ovalado
como un capullo chato tejido por encima de las palancas,
como si yo no fuera el único ser
viviente ahí dentro. Por un instante, sentí
que casi podía entender lo de seguir
al líder de los embriones,
su enorme cabeza única, su belleza
desordenada, la cola de meteorito de su cuerpo,
su carrera en el lugar, casi podía tomarlo
por mi dios. Pero hacer
que otros lo aceptaran—
sacrificarlos a él— parecía arcaico,
sus señales las de una esfinge de Pandora
o una mariposa de la muerte. Mientras miraba de candidato
a candidato, de reojo el feto
parecía un ojo con un iris desparejo,
y su mirada parecía seguirme—
pensé que se suponía que yo estaba
sola en la cabina, del modo en que se supone que
una mujer está sola con su cuerpo.
Ella no tiene que dárselo a nadie nunca más,
ni siquiera a un niño concebido por ella misma.
Un hombre ha remontado la ruta del aire
y ha caminado en la luna. Una mujer ha remontado
el canal de su cuerpo hasta el rosado
ático de la matriz, con su pequeña escoba,
llorando o cantando—ninguna larva, ninguna
telaraña, ninguna crisálida
pero ella decide.



THE FOETUS IN THE VOTING BOOTH

When I swung the lever over, and the curtain
slammed shut, and I looked up,
there it was, an oval sticker
like a flat cocoon spun above the levers,
as if I were not the only living
thing in there. For a moment, I felt I could
almost understand following
the leader of the embryo,
its huge, unvarious head, its messy
beauty, the meteor-tail of its body,
its rushing in place, I could almost take it
for my god. But to make
others take it -
to sacrifice them to it - it looked archaic,
its markings those of a Pandora sphinx
or a death's-head moth. As I glanced from candidate to
candidate, in my side-gaze the foetus
looked like an eye with an uneven iris,
and its gaze seemed to be following me -
alone in the booth, the way a woman
is supposed to be alone with her body.
She doesn't have to give it to anyone anymore,
not even a child of her own conceiving.
A man has gone up the road of the air
and walked on the moon. A woman has gone
up the passage of her body to the rosy
attic of the womb, with her whisk broom,
weeping on singing - or larvum, no intricate
orb-web, no chrystalis
but she decides.




Inés Garland y Sharon Olds en Eterna Cadencia
Sharon Olds 
(San Francisco, Ca., EE.UU., 1942)
PREMIO PULITZER DE POESÍA 2013
de The Unswept Room, Alfred A. Knopf, NY, 2002/2008
en La habitación sin barrer, Gog y Magog Ediciones, 2018
Edición bilingüe
Traducción de Inés Garland
para leer más en BUENOS AIRES POETRY
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué dificil remontar un poema después de un comienzo flojo como el que nos ofrece la traductora (no la autora).
Pero esas dos palabras del final, she decides.
Amén.

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