CUANDO MORIMOS NOS QUEDAMOS EN CASA
En las tardes de otoño, mi hija y yo
preparamos té de jazmín en una tetera china,
la hoja seca tiene un aroma hermoso, decimos
y nos acercamos para olerla.
La hoja mojada con el agua se transforma,
tiene un color nuevo, como rosado, parece otra.
el agua que pasa por la hoja
con la ligereza con la que el agua atraviesa las cosas,
conoce el reposo.
Hay dos pocillos en la mesa
dorados y rojos,
con el dibujo de un dragón
que con el fuego de su boca
puede calentar el universo
y todo lo que entra en esa taza.
¿Qué es el amor mamá? pregunta mi hija
y me dice que el amor es querer a otro,
quererlo mucho,
que siempre hay otro que te quiere
que el amor no es para siempre,
y que dura el tiempo que estamos vivos.
Después, se acerca
y al oído, bajito, confirma
que me ama todavía porque no murió,
me dice que no tengo que preocuparme
que cuando estemos muertas va a haber otros
viviendo y amando
y que por eso
cuando morimos nos quedamos en casa.
(Rosario, Santa Fe, Argentina, 1978)
POETA/DOCTORA EN FILOSOFÍA/INVESTIGADORA/
GESTORA CULTURAL/TALLERISTA
de Cuando morimos nos quedamos en casa, Alción Editora, 2018
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