21 de octubre de 2019

Natalia Sosa, 4 poemas 4 (+1)


Fotografía de Aëla Labbé

MI PRIMER POEMA

¿Por qué fundiste, Señor, alma en
[mi cuerpo?
Pudiste ahorrar de tu pasión dolores
si en vez de alma me hubieses dado
[forma
de otro ser inconsciente.
En mí siempre dolientes tus llantos y
[clamores,
en mí siempre tus ojos penosos y severos,
siempre unida tu pena a mi pecado.
¿Por qué, Señor, por qué me diste alma?
¿Por qué no me dejaste en barro
[convertida?
Hubiera sido hermoso ser senda o ser
[camino,
tener forma de árbol o ser rosa,
no ser de tu dolor el centro mi destino.

de Muchacha sin nombre y otros poemas, Las Palmas, 1980




Fotografía de Aëla Labbé

EL CANSANCIO

Vengo desde muy lejos,
he caminado mucho.
Mi alma está cansada,
mas prosigue
por un extraño afán de fatigarse.
Yo voy con ella.
Es, el camino,
una muerta y pálida tristeza
que con nadie comparto.
Nadie sabe qué negra es la llanura
ni qué inmenso el desierto
que me aguardan.
Inútilmente me fatigo
y ando
en búsqueda de algo,
de la Nada.

***

Mi destino es seguir siendo la misma,
recorrer mis distancias sin descanso.

de Muchacha sin nombre y otros poemas, Las Palmas, 1980



Fotografía de Aëla Labbé

AMOR

Amor me ha dirigido el dardo más
[certero,
el que clavó en mi pecho su espita de
[colores
por donde el vino embriagador derrama
su esencia más hermosa.
Me ha llenado las manos de veranos
[rompientes,
de mares de oleajes, de espumas y
[veleros
y ha colmado, oh, bendito, de panes y de
[mieles
mi sufrido jardín de vieja tierra roja.
Oh, incansable muchacho, oh,
[irreverente niño,
cómo silba en el viento tu pértiga de
[sueño,
cuando tensas el arco de la pasión más
[dulce.

de Diciembre, 1992



Fotografía de Aëla Labbé

DICIEMBRE

Hoy llegas a mi puerta y me miras los
[ojos,
indagas en el fondo de mi pupila herida
buscando no sé qué de dejados despojos
o desastrosas huellas que olvidaron tu
[huida.

***

No parecen las mismas al tocarme tus
[manos,
cuando apresaban locas el candor de la
[tierra;
tienen el abandono de armoniosa
[nostalgia
y mudez de diciembre, su hielo amargo y
[triste.

***

Nuestros labios radiantes fueron sólo
[diciembres
y llevaban el estigma de lo impúdico y
[torpe.
Me resisto a creerlo:
¡Nuestros labios tenían incendiados
[celestes,
labios con la suprema inocencia de los
[dioses!

de Diciembre, 1992



No soy Natalia, Ediciones Torremozas, 2019
Coordinada por Blanca Hernández Quintana
para leer una reseña en Canarias 7



B O N U S  T R A C K 

HIPOCRESÍA

A Pedro Perdomo Acedo

No soy la que camina con la risa en la boca,
ni la que va de paso con la mano extendida.
No soy la compasiva, ni la triste y callada:
soy la que lleva en sí la hipocresía.
No os canséis de mirarme con la mirada abierta,
cual lobos al acecho de mi temor oculto.
Yo soy la hiedra extraña que trepa en una risa
y llora en la raíz, bajo la tierra roja.
Yo soy la piedra dura donde la mar se agota,
la fusta que no tiembla, la espuela congelada:
mi semblanza presento sin dolor y sin sombra.
Miradme, conocedme, sabedme de esta forma
terrible que no oculto.
Mañana seré otra de la que ahora escribe.
Su presencia está cerca:
ceñida a mi cintura
trepará
locamente
hasta mi boca.

de Cuando es sombra la tarde, 1999
en No soy Natalia, Torremozas, Madrid, 2019



Natalia Sosa Ayala
(Las Palmas de la Gran Canaria, España, 1938 - 2000)
leídos en Los poetas de mi silencio, de Marisol Herrera Sabater
ULPGC - Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Biblioteca Universitaria, 2010

2 comentarios:

lunaroja dijo...

Podés creer que acabo de descubrirla a través de una amiga? No sé como no te leí cuando posteaste esto. Ya te seguía...
Vivo en la isla donde nació.
Besazo.

EG dijo...

Hola Ale! Sabés que estoy tratando de recordar cómo fue que llegué a ella??? Creo que se publicó un libro o estaba por publicarse un libro sobre ella, leí algo por ahí y empecé a buscarla...

Un abrazo mi amiga poeta y gran lectora

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