21 de agosto de 2017

María Elena Cruz Varela, 2 poemas 2


Charlotte Rampling, s/d del autor de la fotografía




LA TRAMPA

No obstante, sólo puedo alegar a mi favor
que a veces cedo.
Caigo en minúsculas trampas que nos arma la vida.
En trampas como jaulas para cazar gorriones.
Que algunos días. ¡Oh, días específicos!
Al abrir el balcón. Al asomarme y ver
con todos los sentidos.  Y oír con todos los sentidos.
Y oler con todos los sentidos. Soy un terco violín
en evidencia. A veces –excusa delirante-
la vida se me vira como un juego de cartas
mostrándome los triunfos.
Me enamora con labios nuevecitos.
Me apremia. Imprescindible. Un cuarto movimiento:
novena sinfonía de Ludwig van Beethoven.
Como una credencial. Un aquí está mi mano.
Mis millones de manos.
La piel se me estremece de piedad infinita:
El hombre mata. Muere. Miente. Roba. Claudica
de espaldas a esa música en un afán voraz de permanencia.
Confunde libertad con desplazarse.
El hombre duerme armado contra los otros hombres
y contra el hombrecillo
que habita los rincones más claros de su pecho.
A pesar de esa música. A pesar del balcón.
Del sol que estreno. A pesar de esa Oda feroz a la Alegría.
De la limpia mañana
que niega los despojos de la cena de ayer.
No obstante, digo. La vida hoy se presenta como un traje.
Y sé que es una trampa. Pero cedo. Y me dejo embriagar
y acepto cualquier tregua. Y soy una espiral.
Un balancín. Un coro. Porque sucede a veces
que al abrir el balcón. Al asomarme y ver.
Y oír. Y oler. Con todos los sentidos.
La vida me ha sacado barajas de la manga.
No obstante, sólo puedo alegar a mi favor:
Es una trampa. Y me dejo caer.






Charlotte Rampling, ph Paolo Roversi




CANCIÓN DE AMOR PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Difícil escribir te quiero con locura.
Hasta la misma médula. ¿Qué será de mis manos
si les roban la magia sonora de tu cuerpo?
Difícil. Muy difícil un poema de amor en estos tiempos.
Resulta que tú estás. Feroz en tu evidencia.
Resulta que yo estoy. Contrahecha. Acechante.
Y resulta que estamos.
La ley de gravedad no nos perdona.
Difícil es decir te quiero en estos tiempos.
Te quiero con urgencia.
Quiero hacer un aparte. Sin dudas y sin trampas.
Para decir te quiero. Así. Sencillamente.
Y que tu amor me salva del aullido nocturno
cuando loba demente la fiebre me arrebata.
No quiero que me duela la falta de ternura.
Pero amor. Qué difícil escribir que te quiero.
Así. Entre tanto gris. Tanta corcova junta.
Cómo puedo aspirar la transparencia.
Retomar esta voz tan desgastada.
Esta costumbre antigua para decir te quiero.
Así. Sencillamente. Antiguamente. Digo.
Si todo es tan difícil. Si duele tanto todo.
Si un hombre. Y otro hombre. Y luego otro. Y otro.
Destrozan los espacios donde el amor se guarda.
Si no fuera difícil. Difícil y tremendo.
Si no fuera imposible olvidar esta rabia.
Mi reloj. Su tic- tac. La ruta hacia el cadalso.
Mi sentencia ridícula con esta cuerda falsa.
Si no fuera difícil. Difícil y tremendo.
Plasmaría  este verso con su cadencia cursi.
Si fuera así de simple escribir que te quiero.





María Elena Cruz Varela
(Colón, Matanzas, Cuba, 1953)
Reside en Madrid, España
POETA/PERIODISTA/NARRADORA/ACTIVISTA POLÍTICA
de El ángel agotado/The exhausted angel
Fundación Liberal José Martí, 1992
y El ángel agotado, Poesía cubana Siglo XX,
Colección Poesía 33, Plaza & Janés Editores, 1999
para leer más en: EFORYATOCHA
su BLOG

2 comentarios:

Laura dijo...

Preciosos poemas, esperanzadoramente tristes. ¡Gracias!

EG dijo...

siempre pienso en el orden de las palabras:
"esperanzadoramente tristes..." o "tristemente esperanzadores"...parece lo mismo, pero no lo es...y ya no sé qué digo Laura! Gracias!!!

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