Obra de Eddy Stevens |
Estimados amigos
tropa alegre de gente inteligente porteña y vivaracha
que puebla nuestras calles arboladas florecidas
con su ingenio y sus noches de bohemia
con sus poemas y sus libros y artículos y ensayos igualmente florecientes
siempre amaneciendo cada día en mi pantalla
con sus blogs y sus citas y sus invitaciones
y sus presentaciones
y sus consideraciones y reflexiones
con fotos de Venecia y de osos polares y de castillos húngaros
con nietos y biznietos que sonríen cual frutillas en un prado lejano
convocándome a la guerra, a la paz o a la Virgen de Luján
a recobrar un deudo o saldar una deuda
con la historia, la patria o la poesía
muy queridos amigos
vengo aquí a recordarles
que a mis setenta y cuatro años
he recordado a Mallarmé:
la chair est triste et j´ai lu tous les livres
en mi recuerdo sin embargo, la chair era gloriosa, y en cuanto a libros,
todos están en Internet,
hay noches en que Dante me persigue tenazmente porque aun no he leído su Inferno,
el Quijote me espera ansiosamente bajo un sauce a la orilla de un verano inaccesible
trabada como estoy por nuestras creatividades, amistades y necesidades
de Cruz Roja, de aplausos y pequeñas bendiciones
para nuestros narcisos heridos y afligidos
(qué es la fama? un frenesí?)
y por lo tanto ruego
un poco de piedad para esta anciana atosigada atolondrada perseguida y acosada
por el esperma incontenible de nuestro genio incomprendido
yo vengo a ofrecernos una tregua
a nadie haré leer mis poemas −salvo éste, que será el último, por cierto−
a nadie contaré mis esperanzas
de Premio Nobel,
nadie sabrá de mis diarios ni de mi mente metafísica
los yunques y crisoles de mi alma
trabajan para el polvo y para el viento,
todo me ha sido dado y sin embargo aun no he escrito el poema
(a veces me canso de ser hembra)
mis papeles se irán conmigo al río
donde Heráclito me espera en el lugar de siempre
(hoy es siempre todavía)
yo les ofrezco en cambio este patio perfecto de silencio
donde canta la calandria inmortal de mis infancias.
Obra de Mary Jane Ansell |
CANTO DE AMOR A LA TRISTEZA
Démosle lugar a esta tristeza.
Su covacha de escobas,
Su peluquería de barrio con olor a cucaracha,
Ese señor gordo que arrastra pantalones nublados,
Este sótano del que sale como un tumor la noche.
Hay tantas ganas de llorar en el aire,
Tanta viejita torcida para siempre,
Tanta muchacha obesa,
Tanto chico tonto,
Tanta casa en ruinas,
Tanto perro perdido,
Tanto árbol olvidado en un carro de basura.
Démosle a esta tristeza su carita de mugre,
Su almohada de sollozos,
Su cama en la vereda,
Su amigo cartonero,
Su caballo cansado,
Su teléfono mudo.
Dejémosla jugar en la vereda rota,
En la tarde zurcida,
En la mirada gris del jubilado
Recostado en su banco como un felpudo sucio.
No permitamos que la decoren y la tapen y la disfracen para fiestas,
Para Año Nuevo o Reyes,
Para San Valentín, para las murgas,
Ni para Navidad.
..Que no la descubran los noteros,
..que no la proteja la parroquia,
..que no la muestren por televisión.
Ella quiere ser ella, la tristeza.
Sin gritos, ni pañuelo, ni protesta.
Sin proyecto barrial, sin elecciones.
Sin la mano tendida.
Sin consuelo.
La tristeza, nomás.
Obra de Eddy Stevens |
A veces en la noche me atropellan
Los tranvías que vienen de mi infancia
Ellos alzan sus tridentes
Y avanzan bamboleándose con sus trolleys de estrellas
Como antiguos y ardientes trineos de una fiesta infinita
Que viene a rescatarme desde entonces.
Yo los oigo venir por los rieles de mi vida
Y nos vamos por calles habitadas por fantasmas que sonríen
Entre nombres de amigos perdidos y días de memoria y de sol.
Y me voy con el tranvía sesenta de mi infancia
Cruzamos la ciudad
En un alegre estruendo de maderas y de vidrios crujientes
Los guardas me regalan boletos capicúas
Mi abuela nos espera en su casa de Barracas
Solemne y hermosísima
Entre alfombras azules y dragones dorados
Y el tranvía cabalga por la noche
Y me deja fielmente, puntualmente,
En la orilla invencible de mi infancia
Donde nunca he dejado de habitar.
Obra de Eddy Stevens |
SIRENA
Tuvo una hermana azul que le cantaba a Ulises
pero ella es roja y puta y loca y atraviesa la ciudad desmelenada
Ella ulula y ondula
ella se enrula y maúlla y aúlla
viola esquinas y vuela los semáforos
Ella horada la noche y destruye los sueños y perfora
el corazón más hondo del silencio.
Va por los narcos, va por los chorros, va por los heridos, va por el incendio,
va por el cadáver.
Viene por nosotros.
B O N U S T R A C K
PIDO PERDÓN
Mis antepasados no fueron ilustres.
Es verdad que he frecuentado algunas instituciones famosas
Pero también es cierto que anduve por algunos manicomios.
Pido perdón.
No me he casado.
Nunca tuve hijos.
Pido perdón.
Supe andar en bicicleta
Pero ahora tiendo a accidentarme.
No cocino muy bien.
Tampoco sé planchar.
Pido perdón.
Tuve amigos célebres
Pero los que más quería acabaron suicidándose.
Pido perdón.
A veces pienso, algunas tardes, que he escrito algunas cosas necesarias.
Pido perdón.
Siempre me asombra el mundo
Por ser tan injusto como bello.
Soy vieja.
Peso sesenta kilos.
Todavía me como las uñas.
Pido perdón.
Ivonne Bordelois
(Juan Bautista Alberdi, Bs. As., Argentina, 1934)
POETA/ENSAYISTA/LINGÜISTA
extraídos de ESPACIO MURENA
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