26 de marzo de 2015

Claudia Magliano, 2 poemas 2


Fotografía de Julian Hibbard


Comemos carne todo el año viernes santo cuaresma herejía/ muerte al ganado impreso
con fuego/ un lote de corderos se exhibe en las vitrinas frías de los supermercados/ una
pata de cabra/ abracadabra la muerte del ganado es mágica porque no la vemos como
aquellos muertos flotando en el río no la vemos y tragamos una y otra vez tragamos ni
la sangre se salva de caer en el vacío para volverse espuma roja disecada por el aire/ no
queda ni un solo resto/ nada/ salvo el rabo de las ovejas que nadie quiere/ hay ciertas
cosas que no se comen/ agradecer al señor este alimento no el viernes santo no
cuaresma herejía/ hoy morirá aquella vaca. No lo sabe.




Fotografía de Julian Hibbard


Los hombres carnean porque son rudos son machos son duros en el oficio de matar a los
animales no tienen miedo los hombres los animales son sólo presa y ese es su destino
matarlos y las mujeres en la cocina esperan la carne caliente húmeda de sangre que
sobre los hombros traen los machos para el desayuno/ las mujeres no dicen nada como
los animales mientras los matan no dicen nada/ no hay rastros de lucha en la muerte de
las vacas ni de las ovejas/ no hay rastros de huida/ ese es su destino ser ganado ganancia
alimento de otras bestias algo menos sublimes.




Claudia Magliano 
(Montevideo, Uruguay, 1974)
de res, Ático Ediciones, Serie Poética Breve, 
Montevideo, 2010
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2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Poesía viva. Cruda poesía.

Darío dijo...

Potentísimo.

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